Inflado y desinflado

26 de Enero de 2014
  • Jordan Belfort, actualmente tiene 52 años y vive en Los Ángeles (EE.UU.).
  • Leonardo DiCaprio en una escena de El lobo de Wall Street.
  • El libro sobre Jordan Belfort.

El título hace referencia al pump and dump, el fraude usado por Jordan Elfort, el verdadero Lobo de Wall Street, personaje central del filme de Martin Scorsese, el cual retrata la decadencia moral y económica de un hombre.

Se hizo famoso por montar fiestas descomunales en la misma oficina de la compañía, ser un confeso adicto a las mujeres y a las drogas, fue dueño de uno de los yates más lujosos del mundo (que originalmente sería para Coco Chanel), presumía de ganar 50 millones de dólares al año (en un solo día, conseguía embolsarse algo más de doce millones de dólares en tres minutos). Ganó tanto dinero que la mafia lo puso de ejemplo y enviaba a sus ‘aprendices’ para que aprendieran cómo era posible ganar tanto dinero en poco tiempo. Pero, el destino le tenía preparado a Jordan Belfort su propia dosis de pump and dump (infla y desinfla).

En la vida real Jordan Belfort fue uno de los personajes más extremos que se han podido ver por Wall Street. Sus ganancias se originaron al inflar el precio de las acciones de compañías para hacer ganancias millonarias. En 1987 llegó al mundo de las finanzas y en solo un año consiguió hacerse con el control de Stratton Oakmont, una de las agencias de corretaje más importantes del mundo. Operaba como boiler room, o lo que es lo mismo, un lugar donde se vendían bonos basura utilizando todo tipo de técnicas injustas, deshonestas y fraudulentas.

En El lobo de Wall Street (con Leonardo DiCaprio como protagonista) y Martin Scorsese (director), la reacción al retrato que hace el cineasta sobre los excesos de la bolsa neoyorquina ha sido curiosamente similar. Críticos y cinéfilos la han juzgado como una glorificación de la codicia desenfrenada. Pero la mala reputación de la película como una orgía de drogas, sexo y dinero también ha resultado muy atractiva para el público. En dos semanas la película recaudó 63,3 millones de dólares en taquilla y posiblemente termine siendo uno de los mayores éxitos de Scorsese en términos monetarios y para Belfort también, ya que gran parte de ese dinero servirá para seguir pagando la deuda de $ 110 millones que ha ido cancelando durante los últimos años, según la orden de un juez de Los Ángeles, por haber perjudicado a las personas que confiaron en él, pero que al final los hizo perder todos sus ahorros.

De allí que su caída fue tan estrepitosa como su ascenso. Fue imputado en 1998 por estafa y blanqueo de dinero. Belfort reconoció los cargos y se mostró dispuesto a colaborar con el FBI. Solo estuvo 22 meses en prisión. Actualmente, Belfort dejó las drogas, pidió perdón y se volcó en la redacción de dos libros donde cuenta su auge, El lobo de Wall Street y su caída, Atrapando al lobo de Wall Street. Los beneficios de los libros también le han permitido librarse de buena parte de su deuda.

En una entrevista con The Telegraph, Belfort reconoció que era emocionalmente inmaduro, inseguro y tenía una predisposición a buscar la gratificación instantánea: “Quería siempre lo mejor, la suite presidencial, el Ferrari, una casa en la playa, la rubia más despampanante, el vino más caro, un yate... Quería ser el rico de Wall Street definitivo”.

El ex descontrolado corredor de bolsa vive ahora en un hogar modesto, un piso de tres habitaciones en un área relativamente barata de Los Ángeles, y de los viejos tiempos solo conserva un reloj Bulgari de 9.000 libras (casi $ 15.000 al cambio actual) y el cuadro que tenía en el dormitorio de su antiguo yate. Para ayudar a solventar su existencia da charlas motivacionales sobre cómo hacerse rico. “Las personas tienen derecho a redimirse. He cometido algunos errores terribles. Pero un leopardo puede cambiar sus manchas”, declaró Belfort.

 

La polémica

El filme es una nueva confirmación de la próspera colaboración entre Scorsese y DiCaprio, su nuevo actor fetiche que posee una relación fluida y casi simbiótica con el director que le otorga fuerza y verosimilitud dramática a cada historia. Pero también se convirtió en la cinta más discutida de la temporada de premios por lo que Scorsese y DiCaprio han estado a la defensiva, evitando que su película sea vista como un retrato provocador de la decadencia frenética. Casi todos los críticos de cine y muchos cinéfilos han debatido la moralidad de la película: ¿si disfruta el exceso hedonista de Belfort un poco demasiado o si lo que busca es condenar el encanto de la autoindulgencia?

“(Belfort) lo hace porque puede”, comentó Scorsese en una entrevista reciente con la agencia AP. “Si puedes hacer cualquier cosa es porque puedes, ¿qué somos como personas?, ¿podemos caer fácilmente en eso? Creo que sí”, destacó.

La revista Forbes lo tildó de “un Robin Hood perverso que le robó a los ricos para repartirse el botín con su alegre banda de corredores”. Y, en un análisis económico de la CNN, Xavier Serbia (el ex Menudo) comenta con un especialista que “Belfort apenas ha cancelado $ 15 millones. En el filme no se muestran a las víctimas del fraude que son más de mil personas que no han recuperado su dinero en su mayoría de más de 60 años. El juez comprobó que cometió un fraude ¡y Hollywood le hace una película! Creo que Hollywood se equivocó al no establecer el fraude en el filme”.

La mayor crítica llegó cuando LA Weekly publicó una carta escrita por Christina McDowell, la hija de un abogado con el que trabajó Jordan Belfort, en la que describía las penas de aquellos a quienes este estafó. “Su película es un intento imprudente por seguir pretendiendo que ese tipo de ardides son divertidos incluso cuando el país sufre por otra serie de escándalos de Wall Street”, escribió McDowell.

Para los críticos de El lobo de Wall Street, las casi tres horas de película no juzgan lo suficiente las acciones de los personajes. Y, encima de la lluvia de críticas positivas y desfavorables, la justicia estadounidense acusa a Belfort de no ceder las ganancias que está recibiendo por los derechos –más de un millón de dólares de los que Belfort ha recibido unos $ 950.000– de la película. “Todo se ha ido al fondo de compensación de las víctimas”, aclaró Jordan.

En cambio, DiCaprio confía en su álter ego en la vida real. “Hasta donde yo sé, no está sacando nada de esto”, declaró el actor. Además hay quien ha pagado unos $ 4.700 por asistir a las charlas sobre técnicas de venta que imparte Belfort.

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