El océano Pacífico: Un caldero

27 de Diciembre de 2015
John Schwartz (The New York Times)

El calentamiento de las aguas hace que haya menos nutrientes en el océano, lo que al mismo tiempo ha alterado la distribución de la fauna.

El huracán Patricia fue una sorpresa. El huracán del Pacífico oriental se fortaleció explosivamente antes de golpear la costa de México, excediendo con mucho las proyecciones de los científicos que estudian esas tormentas. Y, si bien la fuerza de la tormenta se disipó rápidamente cuando tocó tierra, persistió una interrogante: ¿qué hizo que fuera tal monstruo? Aparecieron explicaciones por todas partes, con teorías que incluían al cambio climático (o no) y a El Niño. Sin embargo, la respuesta es más complicada.

Gabriel Vecchi, el jefe del grupo de variaciones climatológicas y previsibilidad en el laboratorio de dinámica geofísica de fluidos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) en Nueva Jersey, equiparó el reto con Clue, el juego de mesa. “Están todos estos sospechosos y, en este momento, los tenemos a todos en el cuarto”, dijo. “La clave es ir y sistemáticamente averiguar quién estaba dónde y cuándo para que podamos excluir personas o fenómenos”.

Al ampliar la metáfora, notó que los criminales sospechosos podrían trabajar juntos como cómplices y, todavía, podría haber un personaje desconocido.

Por el momento, el Pacífico, el mayor océano del mundo es un sitio problemático, que crea tormentas y causa problemas a las personas y a la vida marina en toda la cuenca y más allá. Una lista parcial incluye el fuerte sistema de El Niño, que se ha formado a lo largo del ecuador, y otra zona donde, inusualmente, persiste agua caliente que ha estado en la costa norteamericana, a la que se llama irónicamente La Mancha. Y un ciclo de más largo plazo de calentamiento y enfriamiento, conocido como la Oscilación del Pacífico, que podría estar cambiando de una fase de calentamiento a una de enfriamiento. Encima de todo eso está el agobiante avance del cambio climático causado por la acumulación de los gases invernadero generados por la actividad humana.

Cada fenómeno opera en una escala temporal diferente, pero, por ahora, parecen estar sincronizados. Y los efectos colectivos podrían ser muy poderosos.

Parte del equipo de investigadores que monitorean Groelandia.

Cambios dramáticos

A La Mancha se la ha asociado, entre otros efectos, con el tiempo inusualmente seco y caliente en el occidente de Estados Unidos. En el océano, las aguas más calientes, con menos nutrientes, de La Mancha –a unos 2,2 °C por encima del promedio– están alterando la red alimentaria de la vida marina. Algunas especies de peces están apareciendo donde no se los esperaba, incluidos los luna tropicales en las costas de Alaska, y se ha encontrado una cantidad insólita de esqueléticos cachorros de león marino y de osos marinos de Guadalupe varados en las costas de California.

El agua caliente también se ha relacionado con las dañinas capas de algas, sin precedente, a lo largo de las costas, que han provocado toxicidad en mariscos por lo que se han clausurado pesquerías en Washington, Oregón y California.

El insólitamente fuerte patrón climático de El Niño, en el que la superficie del océano se calienta y libera cantidades inmensas de calor a la atmósfera, ha atraído más atención, en parte, porque tiende a provocar lluvias fuertes en el sur de California, que se encuentra en medio de una intensa sequía, y temperaturas más frías y lluvia en todo el sur de Estados Unidos durante el invierno y, potencialmente, hasta la primavera. (La franja norte del país tiende a tener condiciones algo más calientes y más secas). Sin embargo, los efectos de El Niño se sienten en todo el planeta y estos se han vinculado a la sequía en Australia y los incendios de turba en Indonesia.

La otra gran fuerza en acción, la Oscilación del Pacífico, es un periodo prolongado –a veces, se extiende por décadas– de aguas relativamente más frías o más calientes. Desde más o menos el 2000, la oscilación ha sido en un estado frío, lo que muchos climatólogos dicen que ha permitido que el océano absorba una gran cantidad de calor generado por los gases invernadero como parte del cambio climático. Es posible que esto, a su vez, haya evitado que aumenten las temperaturas promedio mundiales en la superficie.

El Niño ‘empuja’

Los climatólogos han llamado a esta condición el hiato en el calentamiento y quienes niegan el abrumador consenso científico sobre el calentamiento lo han usado para generar dudas sobre si existe el cambio climático. Ahora, no obstante, parece que la Oscilación está entrando en la fase de calentamiento, notó Gerald A. Meehl, científico sénior en el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica; y un fuerte El Niño tiende a empujar al ciclo hacia una fase nueva. Así es que la Oscilación y El Niño “pueden sumarse para darte un cambio realmente grande hacia el calentamiento general. Eso le va a dar un mayor empujón a un sistema de calentamiento mundial. Estas cosas se van a sumar”, notó.

Si bien ningún evento climático solo se puede relacionar con el cambio climático, el calentamiento persistente ya parece estar incrementando la fuerza potencial de las tormentas, dijo Kerry Emanuel, experto en huracanes en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Que las tormentas alcancen su potencial completo depende de otros factores, explicó.

NOAA anunció que el mundo estaba en medio del tercer evento global de decoloración de corales que se haya registrado. Una decoloración grave puede llevar a la muerte de los arrecifes y la pérdida del hábitat de vida marina y la protección costera de las tormentas. (I)

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