¿Despilfarro eléctrico?

13 de Julio de 2014
AFP

Con tantísimos aparatos eléctricos y electrónicos que hay en todo el mundo hay que suponer que existen cifras de cuánto dinero se gasta por mantenerlos encendidos mientras no los usamos. Sería interesante que exista un estudio sobre esta problemática ecológica y de malos hábitos de las personas de no saber ahorrar en época de crisis energética. Leonardo Santelices

El consumo excesivo de los aparatos conectados a internet costó $ 80.000 millones (58.000 millones de euros) en el 2013, así lo informó Agencia Internacional de la Energía (AIE) en París (Francia). El excesivo consumo de electricidad de los aparatos conectados a internet, como las impresoras o las consolas de videojuegos, representó el año pasado esa cantidad de dinero.

Según la AIE, los 14.000 millones de aparatos electrónicos conectados a la red que hay en el mundo son “tecnológicamente ineficaces” y las pérdidas por su consumo excesivo podrían alcanzar 120.000 millones de dólares en el 2020.

“La demanda eléctrica de nuestras economías cada vez más digitales aumenta a un ritmo alarmante”, sobre todo porque cada vez más aparatos, como las lavadoras o las neveras, están conectados a la red, advierte la agencia. El organismo asegura además que la mayoría de aparatos consumen la misma energía en posición de espera (stand by) que cuando están encendidos.

Según Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la AIE, el problema es que estos aparatos no utilizan las últimas tecnologías disponibles con las que podrían consumir un 65% menos en modo de espera.

En el 2013, los 14.000 millones de aparatos conectados a internet consumieron 616 teravatios/hora, de los cuales 400 “se perdieron por culpa de una tecnología ineficaz”, según Van der Hoeven. Esa cantidad es equivalente a la electricidad consumida anualmente por Gran Bretaña y Noruega juntas.

“Los consumidores están perdiendo dinero a causa de esta pérdida”, lamenta la responsable de la AIE, y cree que con las medidas adecuadas se podrían llegar a ahorrar en los próximos años “el equivalente al cierre de 200 centrales eléctricas de carbón de 500 MW y reduciría en 600 millones de toneladas las emisiones de CO2. La producción innecesaria de energía da lugar a centrales e infraestructuras de distribución más costosas e innecesarias”.

La AIE recomendó el desarrollo de políticas de eficiencia energética que no necesariamente deben partir de cero, sino mejorar las existentes.

La agencia calificó de indispensable que la política y la tecnología vayan de la mano, por lo que vio importante que se colabore de forma constante con la industria del sector en favor de mejores prácticas.

Por último, también recomendó establecer estándares internacionales de tecnología lo antes posible para que los usuarios estén bien informados acerca de la calidad y la eficiencia energética de los dispositivos en el mercado.

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