Salvador la pionera

27 de Abril de 2014
  • Elevador Lacerda, que mira hacia la Bahía de Todos los Santos.
  • Iglesia de San Francisco (atrás) en el barrio de Pelourinho, sector colonial.

Cuando la corona portuguesa inició la colonización de Brasil, la primera localidad fundada fue San Salvador de la Bahía de Todos los Santos, el 29 de marzo de 1549, hoy conocida como Salvador de Bahía.

A menos de 50 días del inicio del Mundial de Fútbol, el gobierno brasileño tiene el desafío de afianzar la paz en esta hermosa ciudad que atravesó momentos difíciles desde el martes 15 de abril, debido a una huelga de la Policía para reclamar mejoras laborales.

A pesar de tales problemas, Salvador de Bahía se ha comprometido a brindar seguridad a las decenas de miles de visitantes que llegarán para atender la celebración de seis partidos en el estadio Arena Fonte Nova: España-Holanda (13 de junio), Alemania-Portugal (16 de junio), Suiza-Francia (20 de junio), Bosnia Herzegovina-Irán (25 de junio), además de un partido de octavos de final (1 de julio) y otro de cuartos (5 de julio).

Los espectadores de tales encuentros conocerán una ciudad con un amplio patrimonio cultural, histórico y arquitectónico, porque Salvador fue la primera capital del Brasil colonial (1549-1763), sede gobiernista que posteriormente se mudó a Río de Janeiro (1763-1815).

Uno de sus principales puntos de interés es el Elevador Lacerda, inaugurado en 1873 para transportar a los pobladores entre las llamadas Ciudad Alta (arriba de un acantilado) y la Ciudad Baja (a orillas de la bahía).

Tal obra también funciona como mirador que brinda una vista de otras atracciones locales, como las amplias playas de la Baía de Todos os Santos (Bahía de Todos los Santos).

Patrimonio de la Humanidad

Con una población metropolitana similar a Guayaquil (unos 3,5 millones de habitantes), Salvador de Bahía creció bajo la influencia de portugueses, descendientes de africanos e indígenas por igual, situación que contribuyó a la riqueza cultural que caracteriza actualmente a la ciudad.

La herencia africana se deja sentir desde las exhibiciones de capoeira (una mezcla de arte marcial y baile) en el mercado Modelo hasta el ritmo de los agogôs y atabaques (instrumentos de percusión) en los ritos del candomblé, religión nacida en Brasil.

Tales manifestaciones habitan en el sector histórico de Salvador, nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad (Unesco) en 1985 por considerarse un bien cuidado ejemplo del urbanismo del siglo XVI.

La arquitectura colonial se concentra en el sector de Pelourinho (picota, en portugués), llamado así porque en esos tiempos allí se encontraba una columna de piedra utilizada para amarrar a los esclavos mientras eran castigados públicamente mediante azotes durante el periodo de la colonia.

Una vez que la esclavitud fue abolida en Brasil (1888), esta zona de la ciudad comenzó a atraer artistas de todos los géneros: cine, música, pintura, convirtiendo al Pelourinho en un centro cultural que hoy exhibe una restaurada arquitectura que acoge a restaurantes, bares, hoteles, galerías de arte y demás locales dedicados a la atención de los turistas.

El Pelourinho acoge además buena parte de las 350 iglesias de Salvador de Bahía, como la Catedral Basílica, el Convento de San Francisco, la iglesia de Nossa Senhora do Carmo, la Casa da Misericórdia y la iglesia de la Concepción de la Playa (Conceição da Praia).

Para las compras se recomienda visitar el Mercado Modelo, que en 1971 comenzó a operar en el antiguo edificio de la Aduana, en la plaza Cayrú, zona donde los buques anclaban para dejar su mercancía.

Hoy, esa infraestructura aloja unos 200 estands con una variedad de piezas de arte y artesanías hechas en Bahía, dos restaurantes, y varios bares que sirven bebidas típicas y aperitivos.

Los locales de comida tradicional suelen ser atendidos por mujeres bahianas con sus delantales blancos (típica postal de la ciudad), quienes tienen la sazón perfecta para brindar platillos locales como el bollo frito de feijao relleno con camarones, poco apto para estómagos delicados. También son imperdibles para los turistas la moqueca (mariscos y pescados en leche de coco), la “casquinha de siri” (carne de cangrejo servida en su caparazón) y las dulces cocadas (postre frutal con coco, leche y azúcar).

Así que buen provecho, porque esas delicias sabrán mucho mejor aderezadas con el sabor apasionante del mundial. (M.P.)

Fuentes: FIFA, ocioytiempolibre.net, Wikipedia, Telesur.tv, quierobrasil.com.

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