Monasterios que atraen al turismo mundial

26 de Julio de 2015
  • Abadía del Monte Saint Michel (Francia)
  • El Escorial (España)
  • Abadía de Melk (Austria)
  • Monasterios de Meteora (Grecia)

En el pasado, estos recintos solo recibían a monjes de clausura que deseaban alejarse del mundo. Hoy, estos impresionantes edificios convocan la atención del turismo global.

Abadía del Monte Saint Michel (Francia)
La maravilla de Normandía

Lo común es que un atractivo turístico se localice es un lugar fácilmente accesible para que los viajeros puedan visitarlo. Pero no hay nada común en estos monasterios, los cuales fueron construidos casi como fortalezas que ayuden a aislar a los monjes y así fortalecer su espiritualidad.

Eso explica que la palabra monasterio proceda del  griego monasterion, de la raíz  mono   (“uno solo”), porque originariamente los monjes cristianos eran ermitaños y muy solitarios.

Quizás el mayor ejemplo de ello en Europa sea la abadía del Monte de Saint Michel, inaugurada en 1523 por monjes benedictinos en la región de Normandía, en el norte de Francia, a tres horas y media de París.

Esta abadía (monasterio regido por un abad) se levanta en un monte rocoso rodeado de una maravillosa bahía que, con la marea alta, convierte a ese destino en un islote, que desde 1979 es Patrimonio Mundial de la Unesco.

El escritor Víctor Hugo  decía: “El Monte Saint Michel es para Francia lo que la Gran Pirámide es para Egipto”. Tenía razón. Este escenario, aunque no es tan conocido como la parisina torre Eiffel, resulta un emblema del turismo francés.

Por ello, las autoridades emprendieron hace diez años unos intensos trabajos para evitar que el sedimento arrebate el carácter acuático del monte (su zona baja corría el riesgo de convertirse en una pradera en 2040), por lo que se construyeron una presa sobre el río Couesnon que genere fuerza hidráulica que limpie de sedimentos la bahía y un puente-pasarela de 400 metros que permite el acceso de los visitantes.

El Escorial (España)
Presunta puerta al infierno

Según una leyenda medieval,  cuando Lucifer fue expulsado de las cortes celestiales se refugió por un tiempo en una cueva situada a los pies del monte Abantos  (sierra de Guadarrama, cerca de Madrid), justo antes de ser desterrado al infierno. En esos días, el ángel rebelde creó siete puertas para acceder desde la Tierra a las tinieblas, una de las cuales estaría en el sitio donde el rey Felipe II mandó a construir, entre 1562 y 1586, el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Felipe II ordenó construir una estructura típicamente renacentista basada en el mítico  Templo de Salomón, con el cual guarda muchas similitudes, como una geometría oculta sustentada por el cuadrado, el círculo y el triángulo. Los textos bíblicos aseguran que los planos del Templo de Salomón fueron diseñados directamente por Dios, por lo que se dice que este monumento español buscaba sellar para siempre aquella supuesta entrada al inframundo.

Abadía de Melk (Austria)
Junto al gigante y a la rosa

El río Danubio acompaña a la abadía de Melk desde su fundación en 1809, en la cima de un acantilado rocoso, cuando Leopoldo II, rey de Austria, entregó uno de sus castillos a los monjes benedictinos.

Sin embargo, su asombroso aspecto barroco nace de una restauración dirigida por el arquitecto Jakob Prandtauer entre 1702 y 1736, años en que este edificio ya tenía fama por albergar una gran colección de manuscritos en su biblioteca. Es más, Umberto Eco confesó que su mayor best seller, El nombre de la rosa, nació como idea al leer un manuscrito que provino de la abadía de Melk. Por ello bautizó como Adso de Melk a uno de sus personajes. Este monumento aún alberga una escuela fundada en el siglo XII.

Monasterios de Meteora (Grecia)
Suspendidos en el cielo

El carácter del aislamiento se eleva hasta las alturas en la  llanura de Tesalia, en  Grecia, donde hay un lugar irrepetible llamado  Meteora, cuyo nombre significa  “rosas en el aire”.

Este lugar espectacular está formado por un conjunto de peñascos de piedra arenisca de hasta 600 metros de altura, en cuyas cumbres operan monasterios bizantinos que datan de muchos siglos atrás.

Meteora puede visitarse partiendo desde Atenas para llegar a la ciudad de Kalambaka, en el valle del río Pinios. Desde allí se inicia esta excursión que combina naturaleza increíble y religiosidad y que desde 1988 es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

En total hay  24 monasterios, de los cuales varios están en ruinas y seis se conservan casi intactos y se pueden visitar. Uno de ellos es Gran Meteoro, fundado en 1336 por monjes cristiano ortodoxos que antes se refugiaban en las cuevas del lugar. (M.P.)

 

Monasterios ecuatorianos
Religiosidad monumental

La intensa vida religiosa del Quito colonial tenía lugar en plena ciudad, por lo cual los monasterios y claustros se localizaban dentro de lo que hoy conocemos como el Centro Histórico de la capital.

Por ello resulta fácil realizar un recorrido turístico, incluso a pie, por estos sitios tan emblemáticos. Este paseo puede llevarnos al monasterio de San Francisco, el cual forma parte del conjunto arquitectónico más grande entre los centros históricos de Iberoamérica.

Construido entre 1550 y 1680, está formado también por la iglesia principal, la capilla de San Buenaventura, la capilla de Cantuña y el convento de siete patios, todo junto a una hermosa plaza.

“Con todo lo que he invertido en su iglesia, y en las torres que sobresalen en la ciudad, debería verlas desde aquí”, fue una expresión de  Carlos V, rey de España, para hablar de ese conjunto que financiaba en la novel villa de Quito.

Otro monasterio de especial importancia es El Carmen Alto, habitado por monjas carmelitas. Su único contacto con el exterior es un torno giratorio a través del cual venden productos como miel, vino de consagrar, hierbas, galletas, medicinas naturales, agua bendita y chocolates.

Su museo fue antiguamente la casa de Marianita de Jesús y en el patio central se encuentra el lugar en el que la santa habría regado su sangre y en el que creciera una azucena.

La ruta turística por los monasterios puede continuar en la iglesia de Santo Domingo, desde cuya cúpula es posible contemplar una vista panorámica del Quito actual. Su iglesia tiene una historia que se remonta al año 1581.

Quito Turismo, empresa municipal que promueve a la capital como destino de viajes, y Quito Eterno, que brinda guianzas con actores que interpretan a personajes tradicionales de la ciudad, ofrecen tours en estos y otros puntos religiosos de la urbe.

En la ciudad de Cuenca se destaca el monasterio de las Conceptas, que fue fundado en 1599 por petición de autoridades civiles y eclesiásticas, en vista de que en el lugar había gran número de doncellas descendientes de los conquistadores, “distinguidas por su riqueza y nobleza de la sangre”, dispuestas a convertirse en esposas de Jesucristo mediante votos perpetuos de pobreza, castidad y silencio.

A lo largo de los siglos el monasterio ha acumulado tesoros de arte religioso. Las secciones más antiguas del convento son los comedores y el templo. El Museo de las Conceptas, sección abierta al público desde 1986, exhibe imágenes, pinturas religiosas, utensilios de la antigua vida conventual y juguetes de las niñas que ingresaron al monasterio y se convirtieron en monjas de clausura. (I)

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