La movida en Machala

17 de Junio de 2018
  • Los bares y restaurantes del centro comercial Oro Plaza están de moda en Machala.
  • Un cangrejo gigante recibe a los visitantes en el parque Acuático, en la parroquia Puerto Bolívar. Atrás, la carabela que tiene juegos infantiles.
  • El llamado muelle de cabotaje funciona como un centro de eventos a cargo de la Casa de la Cultura, núcleo de El Oro. Su estructura se destaca en las caminatas por el tranquilo malecón de Puerto Bolívar.
Texto y fotos: Moisés Pinchevsky

Durante una reciente visita localizamos dónde está la farra, además del lugar más tradicional del malecón y algunos parques renovados.

Me lo dice un machaleño: los habitantes de esta sureña tierra son mayormente hinchas del Audaz Octubrino, sin importarles que su equipo juegue en la segunda categoría del campeonato nacional de fútbol.

Otra de sus características es que, al momento de buscar playa, enrumban rapidito al muelle de Puerto Bolívar para tomar uno de los botes que los llevan a las tranquilas arenas de la cercana isla de Jambelí.

Aprendí aquello en esta ciudad que suelo visitar en mis desplazamientos hacia el sur del país o al norte de Perú (la frontera queda a poco más de una hora, aproximadamente). En mi más reciente viaje también pude conocer que el lugar de moda para una salida nocturna es el centro comercial Oro Plaza, cuyo exterior está poblado por una agradable zona de bares que abren todos los días, pero se repletan de jueves a sábado por su animado ambiente con música en vivo, cocteles, piqueos y comida rápida.

Pero no solo funciona en las noches. Las tardes también se disfrutan en el after office con una cerveza fría y videos musicales o partidos de fútbol en sus pantallas (esto estará a full durante el Mundial de Rusia).

Luis Feijoó, gerente del local Skuisyto, comenta que esta movida nació hace unos cuatro años, pero que se ha afianzado últimamente en este sector ubicado en el km 1,5 de la avenida 25 de Junio, en el ingreso de la ciudad. “Este es el ‘Samborondón’ de Machala”, indica, resaltando su ambiente exclusivo. “Aquí hay heladerías, pizzerías, bares, restaurantes… Hay de todo”. Skuisyto se especializa en los cocteles con maracuyá y platos con carnes.

Alexander Játiva, el administrador del local Tikilón, indica que los machaleños adoran llegar a tomarse un coctel y pedir, por ejemplo, el piqueo Tikilón, que lleva camarón, carne de res, cerdo y pollo, además de patacones y ensalada ($ 16) para cuatro personas. “Viene mucha gente a pasarla bien”. Entre ellos, los turistas también encuentran un sitio para relajarse.

Por sus plazas

Los turistas en Machala también podrán encontrar un centro urbano con zonas regeneradas por el Municipio local, como la avenida 25 de Junio, la principal de la urbe, y parques que tienen un look atractivo. La plaza central Juan Montalvo es el espacio más visitado: cuenta con tres piletas, vegetación y a sus alrededores vemos la catedral, la Gobernación y el Palacio Municipal.

La visita también nos lleva al parque Acuático (parroquia Puerto Bolívar), donde un cangrejo gigante nos recibe para luego acceder a una gran carabela que acoge juegos para los niños. Allí conocimos al “capitán” del barco, don Fausto Nieto, hombre de 75 años de edad que allí vende helados, pero que hace mucho más: su conciencia de buen ciudadano lo motiva a defender la integridad de los juegos infantiles. “No son juegos para grandes”. Por ello se considera un vigilante espontáneo que acompaña la labor de los guardias que protegen el lugar.

El parque está cerca del malecón de Puerto Bolívar, donde siempre puedo disfrutar de una caminata relajada. Allí observo el punto más tradicional de la zona, el llamado muelle de cabotaje, que por décadas había sido utilizado para congregar a los usuarios del transporte marítimo. Ahora, su estructura está a cargo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y suele ser empleada como sede de eventos profesionales, culturales o sociales que se animan, a través de grandes ventanales, con la fantástica vista de las aguas del estero Hyalá, que se deriva en el océano Pacífico.

Acaba de pasar por una renovación, lo cual confirma que Machala siempre logra sorprendernos con pequeños y grandes detalles en cada visita.

LOS HELADOS DEL ‘MÁS QUERIDO’

Machaleño que se respeta toma helados donde don Polivio (foto), en pleno centro de la urbe. Así que fuimos a conocer a este amable hombre que nació en Cuenca hace 77 años. Pero vende helados en el centro de Machala desde hace 48, cuando llegó junto con su esposa procedentes de Portoviejo, donde aprendió ese oficio. “Mi suegro me enseñó a hacer los helados, de coco y de naranjilla. Necesito diez cocos (de $ 1,50 cada uno) y cien naranjillas cada día”, indica Polivio Campoverde Campoverde, quien se dedica por la mañana a prepararlos. “Cuando hace sol, a las 17:00 ya se acabaron los helados”.

Con este oficio crio a sus siete hijos, junto con su esposa, fallecida hace cinco años. Dos treinteañeras llegan a pedir helados de naranjilla. “Lo conocemos desde que estábamos en el colegio”, dice una de ellas.

Ahora lleva doce años en la esquina de Juan Montalvo y Bolívar, de 14:00 a 18:00, donde los machaleños suelen hacer una parada refrescante con “el más querido”, como dice Polivio, palabras que son confirmadas con cada nuevo cliente que llega.

 

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