Friluftsliv: Vida al natural

06 de Mayo de 2012
  • El fiordo Geirangerfjord aloja la cascada De Syv Sortre (de las siete hermanas).
  • La montaña Trollveggen (pared del troll) tiene 1.100 m de altura.
  • La arquitectura de Alesund es de estilo art nouveau.
  • El lago Lungegardsvann embellece el centro de Bergen.

En Noruega tienen una palabra (algo trabalenguosa, por cierto) para describir el entusiasmo por la vida al aire libre. ¿Qué podemos aprender los ecuatorianos de los escandinavos?

Acampar bajo el cielo brillante de luceros nocturnos para, a la mañana siguiente, dejarse abrazar por los destellos del sol madrugador que ilumina la tienda de campaña.

Navegar violentamente en ríos espumosos que terminan cubriéndonos la piel con el brillo del agua bendita que baja de los nevados.

Caminar sobre montañas para luego dejarse sorprender por la vista panorámica que corona precipicios que bajan en picado hasta estrellarse en los valles.

Los ecuatorianos quizás llamemos a eso ecoturismo. Los noruegos lo consideran algo más: es una fijación por la “vida al aire libre”, porque les brinda una satisfacción espiritual que raya entre lo cultural y lo religioso. Es el llamado “friluftsliv”.

Noruega es un territorio con un carácter rural perfecto para dejarse envolver por esa filosofía de vida. Para los turistas, el frilufstliv quizás cobre un sentido especial al conocer los famosos fiordos, tal como se conocen a los estrechos valles glaciares invadidos por el mar y que se lucen bordeados por montañas.

Son especialmente visitados los fiordos de Flam, Alesund, Stavanger, Hellesylt, Geirangerfjord, Vik, Trondheim, Andalsnes y Molde (Romsdalsfjord) y Oslo (Vikenfjord), que se dejan explorar a bordo de cruceros que transportan cada año a miles de pasajeros de todo el mundo. Todo un friluftsliv acuático.

Esas excursiones también son muy solicitadas por los habitantes de este país como una manera de reencontrarse con la naturaleza que fueron abandonando debido al boom industrial del siglo anterior. Hasta que en 1960, los noruegos –especialmente los más ricos– comenzaron a reenamorarse de su territorio privilegiado provocando todo un boom de la vida al natural.

Tan fuerte fue esa tendencia, que el gobierno instituyó una especialidad en educación que brinda una licenciatura en frilufstliv para enseñar a los niños a acampar, cocinar al aire libre, a navegar y vestirse adecuadamente para enfrentar el frío en la naturaleza local. Aunque mayormente aprenden a amar a su país.

Trollveggen
Coronar una cumbre

El noruego moderno se lleva muy bien con el senderismo y la escalada. Un principiante puede optar por una colina sencilla que termine por llevarlo a algún punto elevado que le brinde como premio una vista sensacional.

Una muy popular en Noruega brinda el pico Slogen, accesible tras tomar el ferry que navega por el fiordo Hjorund.

En 1872, un joven británico calificó sus vistas como “las mejores de Europa, y desde entonces se ha llenado de turistas. Aunque los expertos buscan el espectacular Trollveggen, que con sus 1.100 metros de altura es la pared vertical más alta del continente.

Pero no es necesario conquistar su cumbre. La satisfacción es posible con solo acercarse a su increíble estructura vertical, que domina un paisaje rocoso que acoge a los visitantes con la dura ternura de la piedra viva.

Alesund
La ciudad de los fiordos

Esta urbe conecta a sus habitantes y turistas directamente con la mística filosofía del friluftsliv.

Rodeada de elevadas montañas y estrechos valles inundados en los fiordos, la llamativa arquitectura art nouveau expresa la alegría de vivir de los noruegos, con la tendencia de usar varios materiales en un mismo edificio cargado de color, como la piedra, el ladrillo, la cerámica, el vidrio y la madera.

Su estrecha conexión con el aire libre se concreta al navegar por sus canales, salir de campamentos en las cercanías o hasta encaramándose en los árboles de las áreas verdes en la zona urbana. Las opciones son diversas, solo es necesario apagar el televisor, vestirse para la aventura y enrumbar a la montaña. Las mejores vistas se obtienen desde el mirador Kniven en la colina Aksla, que brinda toda una experiencia de senderismo. Allí arriba vale respirar profundo y descubrir que la naturaleza es nuestra verdadera casa. (M.P.)

Fuente de apoyo: Lonely Planet
Calendario

Festivales al aire libre

El espíritu del friluftsliv se manifiesta de manera especial en los festivales noruegos a campo abierto.

El principal tiene lugar del 11 al 17 de julio en la ciudad de Andalsnes, llamado Norsk Fjellfestival, con la participación de escaladores y alpinistas de toda Europa y otros continentes.

Las jornadas combinan excursiones durante el día y música y cuentos durante la noche. Turistas de diversos países son atraídos por este evento considerado el pretexto ideal para aproximarse a los paisajes montañosos de Noruega. El hospedaje cuesta en promedio unos 70 dólares diarios.

Otra importante reunión al aire libre ocurre a inicios de diciembre como apertura a los festejos navideños. Para este acontecimiento el centro de la ciudad de Bergen, la segunda más importante de Noruega, reúne a los habitantes y turistas con antorchas para el Festival de la Luz, que provocan un animado ambiente festivo alrededor del lago Lungegardsvann.

Las áreas verdes alrededor de este lago es el punto adecuado para relajarse y contemplar la estructura de esta urbe que, respetuosa de su ambiente natural, ha sabido asentarse en las colinas manteniendo intocables amplias zonas de vegetación.

La ciudad de Alesund es la sede del festival gastronómico más grande de Noruega, el Matfestivalen, bajo el sol veraniego de agosto.

Los restaurantes ofrecen un menú especial a base de productos del mar, los cuales son preparados por los mejores chefs de Noruega y muchos del extranjero.

Este festival se beneficia también de actividades en los escenarios naturales de la zona.

 

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