Ciudad de contrastes

20 de Mayo de 2018
  • Turistas recorren en Moscú, Rusia, los aledaños de la Catedral de San Basilio en la Plaza Roja.
  • Los rascacielos de la zona nueva de Moscú.
  • El campanario de Iván el Grande.
  • El interior del Estadio Olímpico Luzhnikí.
  • Estación de metro Komsomólskaya-Koltsevaya.
Friedemann Kohler (DPA)

Entre el Kremlin y los rascacielos, Moscú espera a millones de turistas que preparan maletas para el Mundial de Fútbol 2018.

¿Por primera vez en Moscú? Entonces el reconocimiento de la capital rusa debe comenzar en la Plaza Roja. El corazón de Moscú es tan grande como diez campos de fútbol. Al parecer, el nombre no tiene nada que ver con los muros del Kremlin o el pasado comunista. Krasnaya Ploshchad significa tanto Plaza Roja como Plaza Bonita.

Desde hace siglos, el Kremlin es el centro del poder en Rusia. Sobre su muralla se alza la Torre Spassky con el reloj que indica la hora en el país más grande del mundo. Desde fuera también se puede ver el palacio del Senado con la cúpula plana y la bandera blanca-azul-roja de Rusia. Allí dentro gobierna su país el presidente Vladimir Putin. En la Plaza Roja, los turistas hacen cola para ver en el mausoleo el cadáver del líder soviético Lenin.

Desde hace poco, a la Plaza Roja se ha juntado el parque futurista Zariadie, y sobre el río Moscova hay un bonito mirador. Esta es la imagen que Moscú ofrece a quienes acudan en junio y julio al Mundial de fútbol: vieja y moderna, extravagante y discreta, bonita y fea, aspectos que se unen para crear una metrópoli llena de contrastes, pero viviente. Con motivo de la fiesta del fútbol, la capital, que pronto cumplirá 871 años, se ha engalanado. Edificios, calles y áreas situadas junto al río han sido saneados.

La gigantesca ciudad con sus 12,5 millones de habitantes ha ganado en calidad de vida y urbanidad en los últimos años. Y ningún turista tiene que perderse por no saber ruso: en muchos lugares hay indicadores de camino en inglés.

Aunque Moscú es una ciudad grande, las atracciones turísticas están todas concentradas en el centro. Muchos lugares de interés se encuentran a poca distancia andando desde el Kremlin, tales como la calle comercial Tverskaya, el Teatro Bolshoi y la plaza Pushkin. Otro paseo podría comenzar en el puente de los Patriarcos. Desde la catedral de Cristo Salvador, el puente peatonal cruza el Moscova.

Íconos imperdibles

La enorme iglesia blanca es una réplica, resultado de una historia movida. En 1931, el dictador soviético Josef Stalin mandó dinamitar la original. En su lugar quería edificar una torre gigantesca, el Palacio de los Soviets. Sin embargo, la construcción no llegó más allá de los cimientos. Después de la Segunda Guerra Mundial, la zanja se convirtió en una piscina al aire libre en el centro de Moscú que está abierta todo el año. Sin embargo, cuando Rusia se acordó de sus raíces ortodoxas después de la desaparición de la Unión Soviética, la catedral de Cristo Salvador se reconstruyó entre 1995 y 2000.

El colosal edificio de hormigón de la nueva galería Tretiakov no es ninguna belleza. La parte antigua del museo está escondida en el barrio de Samoskvorechie y muestra los íconos más bonitos.

En la parte nueva del museo se exhibe el arte soviético del siglo XX. Un aficionado al fútbol debería visitar esta exposición para ver lo que probablemente sea el cuadro más impresionante de un portero en todo el mundo. La pintura, de Alexander Deineka (1899-1969), muestra al arquero, de tamaño más que natural, lanzándose al aire horizontalmente.

Un par de pasos más adelante comienza el parque Gorki. Es uno de los lugares de moda en Moscú, con un mobiliario urbano de buen gusto, bonitos cafés, restaurantes, el elegante Museo Garage para arte moderno y áreas donde pueden desahogarse los skaters y ciclistas.

Algo divertido para hacer es alquilar aquí una bicicleta o un patinete y explorar la orilla verde y boscosa del Moscova y volver atravesando el parque deportivo Luzhnikí con su gran estadio. Durante el Mundial se disputarán allí entre la inauguración y la final siete partidos.

La ciudad es tan grande que a uno le gustaría verla desde arriba. La vista panorámica más bonita la ofrece el mirador en la colina de los Gorriones. Abajo se puede ver el estadio Luzhnikí y en el horizonte resplandecen las cúpulas de las iglesias del Kremlin. Durante el Mundial se instalará en esta colina la zona para la hinchada, comunicada con el estadio a través de un nuevo teleférico. Si quiere subir aún más visite la torre de telecomunicaciones Ostankino o el nuevo barrio de rascacielos Moskwa-City.

En el otro extremo, el metro de Moscú es uno de los más profundos de Europa y en sí mismo una de las atracciones turísticas de la ciudad. Transporta diariamente a nueve millones de personas. Cada estación es diferente.

Un lugar más tranquilo es el barrio de Kitai-Gorod, al este del Kremlin. Hasta el momento, las calles silenciosas y en pendiente se han librado de la gentrificación de Moscú. Así era la ciudad en el pasado, con patios acogedores y muchas pequeñas iglesias. Para matar el hambre y la sed conviene visitar los restaurantes en las cercanas calles de Prokovka y Marosseika. Los alrededores de la estación de metro Chistiye Prudy son un punto de encuentro de la vida nocturna.

Información básica

Alojamiento: Moscú tiene una amplia oferta de alojamientos, desde hostales hasta hoteles de lujo. Sin embargo, durante el Mundial de Fútbol, del 14 de junio al 15 de julio, las reservas se agotarán rápidamente y los precios serán más elevados.

Moneda: Es el rublo. Un euro equivale a unos 75, un dólar a unos 63 rublos. Con una tarjeta bancaria se puede sacar sin problema dinero en los cajeros automáticos.

 

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