Ritmos latinos en Nepal

22 de Enero de 2012
Grupo Mestizo

El 3 y el 10 de diciembre, el estadio Tundikhel de la ciudad de Katmandú acogió el Primer Concierto de Música Latinoamericana en Nepal, en el cual los artistas ecuatorianos Mónica Santacruz (voz), Roberto Zurita (piano), Jorge Vega (percusión) y Elizabeth Jaramillo (danza), miembros del grupo Mestizo, fueron el “plato fuerte” de esas presentaciones, que reunieron unos 4.000 asistentes en cada una.

“Ofrecimos música folclórica ecuatoriana, valses peruanos, son cubano, tangos, bossanova... La música tiene su propio lenguaje, logramos muy buena comunicación con el público, a pesar de mostrar un repertorio mayoritariamente en español e inglés, y de música instrumental de piano”, señala el pianista Roberto Zurita, quien explica que la invitación les llegó a través de Nanda Bahadur Singh, mentalizador de los conciertos y profesor de posgrado de la Universidad de Tribhuban, quien conocía a la cantante Mónica Santacruz y de la calidad de estos artistas, tres de ellos graduados en el Conservatorio Antonio Neumane, mientras que la bailarina Elizabeth Jaramillo se graduó en la academia de danza Raymond Maugé.

A cambio de su arte, Katmandú les brindó a los ecuatorianos una experiencia inolvidable, señala Mónica. “Lo que más me gustó fue la calidez de la gente; es una ciudad mágica  que conserva muchas de sus tradiciones ancestrales y una arquitectura que asombra en el centro histórico”, indica refiriéndose a edificaciones como el Palacio Real, construido en el siglo XVII y anterior sede de la monarquía, que se abolió en junio del 2008 tras 239 años de gobernar el país; y el complejo budista de Swayambhunath, también llamado Templo de los Monos porque habitan muchos primates en algunos sectores.

El percusionista Jorge Vega también quedó impresionado por el barrio Thamel, el cual “es muy turístico, con cantidad de bares, restaurantes, tiendas artesanales, hoteles y sitios de entretenimiento para los visitantes. No es el Katmandú clásico que esperas encontrar, sino una versión muy moderna y cosmopolita, con viajeros de todo el mundo”, indica Jorge, quien recuerda con entusiasmo haber conocido además la cordillera de los Himalayas y la montaña más alta del mundo, el Everest, “los cuales puedes contemplar desde miradores naturales espectaculares en el cercano pueblo de Pokhara”.

La comida, “algo picante y deliciosa”, y el clima frío pero agradable los acompañaron en todo el viaje, dice la bailarina Elizabeth Jaramillo, quien subraya la espiritualidad que se respira en Katmandú, cuyos habitantes mostraron una calidez humana que los “abrigó” con suma amabilidad, menciona ella.

Esa conexión con el público provocó que en los conciertos coreara las canciones, aunque mayormente no las entendían, a excepción quizás de La Bamba y el Waka Waka, de la colombiana Shakira, o temas de los Beatles, como  Let it be y Twist and Shout. La música fue el idioma que primó, coinciden los cuatro integrantes del grupo Mestizo, quienes dictaron además talleres de música latinoamericana durante su paso por Katmandú.

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