El polen de las plantas: Palinoteca en las Islas

Por Paula Tagle
02 de Julio de 2017

“Como muchos grandes proyectos, la palinoteca surgió de la visión de una bióloga dedicada por más de veinte años a la investigación y conservación”.

Andrés Tapia analiza el polen presente en el aire de Galápagos.

Galápagos posee la única palinoteca del Ecuador, con una colección de 3.000 muestras, conformada por placas de polen de diferentes familias, géneros y especies, de todas las plantas endémicas, nativas e introducidas de Galápagos.

La palabra ‘pollen’ procede del latín pollen-inis, que significa “flor de la harina” o “polvo muy fino” y, aunque el polen ya era conocido como alimento desde la antigüedad, es únicamente a mediados del siglo pasado que se entiende su importancia como partícula fecundante con potencialidad masculina. Su misión es fecundar a los óvulos para dar lugar a la formación de semillas y asegurar así la continuidad de la especie.

El objetivo de una palinoteca es proporcionar una línea base de polen de todas las plantas presentes en las islas. Las muestras se extraen no únicamente de flores frescas, sino también de insectos, aves y reptiles, entendiendo así la interacción entre los diferentes organismos. De esta manera se puede saber qué animales, sean vertebrados o invertebrados, polinizan cada una de las especies, y se entiende la dispersión de polen por seres vivos, viento y más.

Como muchos grandes proyectos, la palinoteca surgió de la visión de una bióloga dedicada por más de veinte años a la investigación y conservación. Me refiero a Patricia Jaramillo, quien actualmente se desempeña como líder del proyecto Galápagos Verde 2050, a más de ser catedrática de la Universidad, coautora de dos libros y con muchas publicaciones científicas a su haber.

A principios del nuevo milenio Patricia se percató de que en el país no había ningún sitio con colecciones de polen de las plantas del Ecuador, y menos en Galápagos. Se dedicó a leer intensamente sobre el tema y en 2001 llevó las primeras muestras de polen de las colecciones de plantas endémicas a la Universidad de Málaga, para aprender técnicas de acetolizado y para fotografiarlas en el microscopio electrónico. Con la acetolisis se logra la fosilización artificial mediante un tratamiento químico que elimina el contenido celular del polen. Esto posibilita la comparación de diferentes granos de polen y esporas.

Patricia mantiene el vínculo con Málaga, al igual que con la Dra. María del Mar Trigo, palinóloga muy reconocida a nivel mundial, quien apoya con entrenamiento y hasta materiales.

El polen recién aparece en nuestro planeta a partir de 400 millones de años atrás, proporcionando múltiples ventajas al mundo vegetal, como mayor intercambio de información genética, pero por sobre todo desvinculando la fertilización del medio acuático.

A partir del polen las plantas se pueden reproducir a través del aire. Y en este preciso momento se lleva a cabo el primer estudio de aerobiología del archipiélago, realizado por un estudiante de Bachillerato Internacional del Colegio Galápagos, Andrés Tapia, quien analiza el polen presente en el aire. Tiene su captador de polen en el centro de Puerto Ayora. Este sería el primer aporte para Galápagos en este campo, e inició con el apoyo de la Fundación Charles Darwin, la doctora Trigo y, por supuesto, de Patricia Jaramillo.

Como señala el dicho “quien lo hereda no lo hurta”. Andrés es hijo de Patricia. Su padre, Wacho Tapia, está igualmente dedicado a la ciencia y conservación por varias décadas.

La investigación avanza. Patricia ha plantado, literalmente, la semilla, con la creación de la palinoteca y motivando a su propio hijo a iniciarse en la ciencia. La palinoteca es un servicio más del herbario de la Fundación Charles Darwin, que cuenta a su vez con 44.460 muestras, pero eso es ya parte de otra historia. (O)

nalutagle@yahoo.com

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