‘Las mujeres no deben dejar de estudiar’

La vida fue muy injusta conmigo cuando fui una niña. Me tocó vivir con una mujer que no era nada para mí. Nunca conocí a mis padres, porque ellos murieron en un accidente. En realidad no me acuerdo de nada, pues me dijeron que yo me salvé, y como sucedió en un pueblo, la señora se hizo cargo de mí. Lamentablemente, me hizo su pequeña sirvienta, desde los 7 años me tenía limpiando la casa y me hacía que la acompañara a lavar grandes cantidades de ropa. Lo único bueno que hizo fue mandarme a estudiar a la escuela y gracias a Dios mi profesora siempre se preocupó por mí. Cuando crecí, seguí el colegio, gracias a mis lavados de ropa, y me gradué. Pero no pude seguir la universidad porque metí la pata. Me embaracé y mi marido me maltrataba por ser celoso, decía que me creía mejor que él, solo porque había estudiado y él no, así que me separé. Ahora me siento aliviada. Pero les escribo para que otras mujeres que leen El Especialista no dejen de estudiar y salgan adelante. Yo espero hacerlo pronto.

Jannine,
Guayaquil