‘La agresividad no lleva a nada bueno’

Tengo 20 años y tres desde que decidí cambiar mi mal comportamiento. Resulta que desde que tenía 10 años, mis compañeros de clase siempre me decían que yo era un tremendo bobo, solo vivían pegándome.

Eso hizo que poco a poco mi corazón se vaya dañando, sentía odio hacia ellos, incluso cuando llegaba a la casa mis padres siempre me aconsejaban que no me dejara tratar así, porque tenía que aprender a defenderme. Al principio ellos iban adonde la directora a comunicarle que mis compañeros me lastimaban. Una vez uno de ellos me pateó tan fuerte en el pie que me lo hincharon, después otro me pegó en la cabeza.

Sinceramente no comprendía por qué tanta agresividad, hasta que decidí hacerle caso a mis padres. Al que me pateó lo pateé y al que me golpeó  en la cabeza también se lo hice, claro que no como ellos a mí, pero les dejé claro que no debían meterse conmigo. Pero el problema es que ese sentimiento de odio, no se fue de mí, y creo que al contrario, fue creciendo, tanto como mi agresividad. Me convertí en el chico problema a los 15 y mis padres terminaron llevándome adonde una psicóloga educativa de las que responden en El Especialista. Fue una buena idea, me hizo ver lo mal que estaba y lo valioso que era. Además, elevé mi autoestima y aprendí que la agresividad no lleva a nada bueno.

Pedro,
Guayaquil