Tosferina: Una enfermedad persistente y sigilosa

11 de Noviembre de 2012

La vacuna de refuerzo contra la tos convulsa debe ser administrada antes, entre los 8 y 9 años, para proteger a los niños en su preadolescencia.

Lo más probable es que usted piense que nunca ha tenido tos convulsa, la infección bacteriana conocida médicamente como tosferina. Bien podría estar equivocado.

Los niños en Estados Unidos reciben cinco dosis de la vacuna conocida como DTaP contra la difteria, la tosferina y el tétanos antes de ingresar a la escuela. Pero “la enfermedad moderada casi siempre es pasada por alto”, dijo el doctor James D. Cherry, experto en tos convulsa.

Ni la vacuna ni la enfermedad en sí confieren inmunidad de por vida, y cada tres a cinco años hay una epidemia de esta enfermedad en Estados Unidos. Una está ocurriendo ahora, y pudiera resultar ser el brote reportado más prolongado de tosferina en 50 años, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Cherry, profesor de Pediatría en la Universidad de California en Los Ángeles, explicó que en una persona que ha tenido la enfermedad o ha sido inmunizada contra ella, sus síntomas –flujo nasal o nariz congestionada, poca o nada de fiebre y tos– típicamente se asemejan a los del resfriado común. La mayoría de las personas la soportan sin siquiera ir al doctor.

La tosferina es altamente contagiosa, se propaga de una persona a otra a través de los tosidos y estornudos. Si alguien con la infección entra en contacto con un infante no protegido, el resultado puede ser catastrófico. Los bebés que no están totalmente inmunizados pudieran desarrollar neumonía, problemas respiratorios severos y convulsiones aterrorizadoras; incluso podrían morir de tosferina. Más de la mitad de los bebés que la contraen deben ser hospitalizados, reportan los CDC.

Actualmente, la vacuna es administrada a los 2, 4 y 6 meses, y de nuevo entre los 15 y 18 meses y entre los 4 y 6 años. En el 2005, la DTaP reemplazó a la antigua vacuna de tosferina de “célula entera” llamada DTP, que a menudo causaba efectos colaterales severos, convulsiones, llanto incontrolable y flacidez. Aunque se culpó a la antigua vacuna de algunos casos de muerte infantil repentina, este resultó no ser el caso, dijo Cherry.

En el 2010, 27.550 casos de tos convulsa fueron reportados en los CDC, que estiman que muchas más infecciones ocurrieron realmente pero no fueron reconocidas o no fueron registradas. Para fines de agosto de este año se reportaron más de 25.000 casos, incluidos 13 decesos, la mayoría en niños menores de un año de edad.

Un problema persistente

¿Por qué esta enfermedad prevenible sigue siendo un problema tal? Un nuevo estudio muy completo por parte de investigadores del Centro de Estudios Inmunológicos Kaiser Permanente en Oakland, California, documentó por primera vez cuán rápidamente la inmunidad puede desvanecerse con la vacuna actual.

La doctora Nicola P. Klein y sus colegas demostraron que incluso después de que las cinco dosis de la vacuna acelular fueron adecuadamente administradas, la protección contra la tosferina disminuyó durante los siguientes cinco años, y las probabilidades de contraer la enfermedad aumentaron en un promedio de 42% al año. Además, los niños infectados fueron sorprendentemente jóvenes, de 8 a 11 años, no los adolescentes que fueron los principales afectados en epidemias anteriores.

“La antigua vacuna duraba más tiempo”, dijo Klein, inmunóloga pediátrica, en una entrevista. “Originalmente, no pensábamos que esta vacuna fuera sustancialmente diferente de la antigua”.

Se sabía que la actual DTaP no induce una respuesta inmunológica tan fuerte como la vacuna antigua. Se supone que los niños reciben una dosis de refuerzo (TDaP) entre los 11 y 12 años, para evitar brotes en la adolescencia.

La nueva evidencia sugiere que la vacuna de refuerzo debe ser suministrada antes, quizá entre los 8 y 9 años, para proteger a los niños en la preadolescencia, dijo Klein.

El mismo refuerzo es recomendado como una inyección de única vez para los adultos hasta los 64 años en lugar de una vacuna contra el tétanos cada diez años. Pero incluso cuando la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) la ha aprobado solo para su uso una vez, Cherry espera que pronto cambie a una recomendación de refuerzos de TDaP repetidos para reemplazar la dosis contra el tétanos una vez cada década.

“La TDaP es una vacuna relativamente nueva, y no sabemos todavía cuánto tiempo dura su protección”, dijo Klein. “Ahora estamos estudiando esto en Kaiser Permanente”.

Tomando precauciones

La tos convulsa, causada por la bacteria Bordetella pertussis, recibe su nombre popular de la tos que puede acompañar a accesos de tosidos periódicos en la enfermedad totalmente declarada.

La enfermedad empieza con bastante inocencia, de manera muy similar a un resfriado, y podría durar semanas antes de convertirse en los síntomas reveladores de la tosferina. Estudios han demostrado que entre el 13% y 20% de las enfermedades prolongadas que involucran tosidos en adolescentes y adultos son causados por la tosferina.

Esta es la razón de que Cherry, entre otros expertos, inste a alguien con tos a permanecer alejado de los infantes que no hayan recibido aún al menos una o dos de las dosis de DTaP, a menos de que sea seguro que sean inmunes a la tosferina o se hayan sometido a una prueba de laboratorio definitiva –llamada análisis de reacción en cadena de polimerasa– que dé resultado negativo para la tosferina.

¿Cómo pudiera mejorarse la vacuna? Una posibilidad sería incrementar el número de proteínas inductoras de anticuerpos de la bacteria en la vacuna acelular. Otra, dijo Cherry, sería añadir una forma atenuada de la toxina de la bacteria, que causa los síntomas de la enfermedad, o regresar a la vacuna de célula entera con una toxina atenuada.

Mientras tanto, dijo Klein, “aunque se necesita una vacuna mejor, la vacuna actual es segura y efectiva, y algo de protección es mejor que ninguna protección”.

accesos de tos

En infantes y otros que carezcan de la protección de anticuerpos, la tosferina puede causar accesos de tos tan malos que es difícil, si no imposible, comer, beber, dormir o incluso inhalar.

Los infantes podrían dejar de respirar por un acceso, una condición llamada apnea.

 

Tosferina no controlada

Puede causar vómito, periodos de desvanecimiento, pérdida de peso y fractura de costillas. Casi dos de cada 100 adolescentes y cinco de cada 100 adultos con tosferina tienen que ser hospitalizados o sufren de complicaciones graves como neumonía y muerte.

En las embarazadas

Cualquiera que tenga contacto rutinario con infantes debería ser inmunizado contra la tosferina.

Y si las mujeres embarazadas no han recibido recientemente una dosis de refuerzo, los investigadores en vacunas sugieren que se les suministre al final del segundo trimestre o principios del tercero.

 

Infecciones por parientes

James D. Cherry, experto en tos convulsa, dice que los padres también deberían recibir la vacuna de refuerzo de las tosferina. Incluso, los trabajadores de guarderías y niñeras. Sin embargo, la exposición no controlada a la tosferina podría ocurrir bastante inocentemente ante parientes y amigos que visiten o cuiden de los infantes.

 

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