Obsesiones “sanas”

06 de Mayo de 2012

La ortorexia, un hábito de solo consumir comida saludable, es un trastorno alimentario que requiere atención médica.

Comer sano es un buen hábito que debemos tener todos los días de nuestra vida. Pero cuando se convierte en una preocupación excesiva es un trastorno de la alimentación conocido como ortorexia.

El creador de este vocablo fue Steven Bratman, un médico estadounidense especializado en medicina alternativa, quien publicó el libro Health Food Junkies (best seller en 1997).

Según la doctora Reina de Rubio, máster en Seguridad Alimentaria y Nutrición, Bratman era ortoréxico.  Consumía únicamente comida sana, ya sea orgánica, vegetal, sin conservantes, sin grasa, sin carne, o solo frutas o alimentos crudos.

Sus restricciones dietéticas, agrega, se fueron volviendo cada vez más inflexibles y animaba a los demás a seguir su ejemplo y a castigarse cuando probaban una pequeña porción de algún alimento que consideraba prohibido.  Su obsesión era por la calidad de los alimentos y no por su cantidad. Por eso necesitó varios años para desprenderse de estos hábitos y buscó ayuda de un monje benedictino.

Generó controversia

El planteamiento de Bratman, dice el psiquiatra Salvador Peralta, generó controversia en el mundo, porque no todas las personas que son ordenadas con su salud y alimentación son patológicas, porque tienen cierta elasticidad que no les impide disfrutar de la comida en su casa o evento social.

En cambio, los ortoréxicos –que de por sí son personas obsesivas– centran su problema mental en la correcta alimentación, extremándola y convirtiéndola en un ritual obsesivo compulsivo, probablemente generado por la exigencia de comer sano en casa o por alguna influencia del medio.

De Rubio menciona que los ortoréxicos están más preocupados por la calidad de los alimentos que por el placer de comer, por lo tanto dedican gran parte de su tiempo (tres o más horas al día) a organizar la dieta, a planificarla con mucha antelación y se desplazan a grandes distancias por conseguir alimentos especiales o ecológicos, los pesan y analizan sus componentes.

Ellos, agrega, se creen superiores a aquellos que no siguen esta forma de vida, porque están convencidos de que su alimentación es mejor que la del resto. Pero a la larga sufren de ansiedad, depresión, sentimientos de culpa, tristeza inadecuada, rechazo social o dificultades laborales. Incluso anemia y desnutrición, porque evitan consumir carnes rojas, huevos, azúcares, lácteos, grasas, entre otros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la ortorexia afecta al 28% de la población de los países occidentales, principalmente a adolescentes y a mujeres, y su prevalencia puede ir aumentando en los próximos años, ya que la sociedad actual tiende a los extremos y un grupo vulnerable pueden ser  personas que se dedican más a deportes como el culturismo o atletismo.

Tratamiento no es simple

Peralta asegura que el tratamiento no es simple, porque una de las patologías más difíciles de tratar es el trastorno obsesivo compulsivo como el que sufren los ortoréxicos. Por lo tanto necesitan recibir terapia cognitiva conductual, es decir, a partir procesos de pensamientos se van modificando las conductas mal adaptativas.

Incluso requieren asistencia psiquiátrica con medicamentos para mejorar los niveles de serotonina  en el cerebro. Esta es la sustancia que controla las emociones, el estado de ánimo o la capacidad de satisfacerse controlando el apetito, entre otros.

De Rubio considera fundamental hacer hincapié en la prevención y en el diagnóstico precoz de la ortorexia, ya que cuanto antes se lo haga es mejor el pronóstico de la enfermedad.

Por último, agrega, desde el punto de vista dietético y nutricional los objetivos del tratamiento son  cubrir los requerimientos nutricionales mínimos de la persona. Se ha de aportar progresivamente a una mayor cantidad de alimentos básicos hasta llegar al nivel adecuado considerando edad, sexo, talla y peso real. (S.M.de.C.)

 

 

Test diagnóstico

Steven Bratman estableció pautas para diagnosticar si una persona padece de ortorexia mediante las siguientes preguntas.
• Pasa más de tres horas pensando en la dieta.
• Planea sus comidas con varios días de antelación.
• Considera que el valor nutritivo de una comida es más importante que el placer que aporta.
• Ha disminuido la calidad de su vida a medida que aumentaba la calidad de su dieta.
• Se ha vuelto más estricto consigo mismo.
• Ha renunciado a comer alimentos que le gustaban para comer alimentos “buenos”.
• Se siente culpable cuando se salta su régimen.
• Se siente en paz consigo mismo y cree que todo está bajo control.
Si responde afirmativamente a 4 o  5 de estos puntos, significa que es necesario relajarse más en lo que respecta a la alimentación, y si responde sí a todas, se traduce en una verdadera obsesión por la alimentación sana.

 

 

 

Término

La palabra ortorexia se deriva del griego orthos que significa correcto y orexis, apetito correcto. La palabra es un símil de anorexia, que significa sin apetito (pérdida autoinducida de peso acompañada por una distorsión de la imagen corporal).

 

 

 

 

 

Comer saludablemente

Es la alimentación que cubre todos los requerimientos diarios de los nutrientes necesarios para estar  saludable. Estos dependen del gasto de energía, velocidad del crecimiento por el que atraviesa una persona y tamaño corporal.

 

 

 

 

 

Curar la ortorexia

El primer paso es que el afectado acepte que siente una obsesión por la comida sana y desea que este problema se acabe. Este supone un gran cambio en la creencia de que lo que uno come es una virtud y que la persona empiece a entender que realmente tiene una enfermedad.

 

 

 

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