Patricia Zeas: Docente a todo nivel

02 de Diciembre de 2012

Durante 30 años, la profesora Patricia Zeas ha estado inmiscuida en la educación fiscal, particular y universitaria. Conozca sus aportes en estos ámbitos a lo largo de su historia profesional.

Su trabajo no es de escritorio, pasivo o hermético. La oficina donde la doctora en Ciencias de la Educación Patricia Zeas de Alarcón ejerce como directora de la primaria de la Unidad Educativa Particular Bilingüe Liceo Panamericano es prácticamente al aire libre, cerca de los juegos de los niños, al lado de aulas y rodeada de padres de familia y docentes que le comunican sus necesidades, sugerencias y solicitan consejos.

Quince años lleva ocupando este cargo, y hace más de 30 está involucrada de forma activa y siempre actualizada en los distintos niveles educativos. Un gran bagaje de experiencia para un docente.

Zeas, de 54 años, además es profesora en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, en donde hace un par de años ocupó importantes cargos, como el de directora de la carrera de Pedagogía. Asimismo, trabajó con nombramiento en la escuela fiscal Nº 210 Blanca Gilbert de Intriago.

Sus aportes van desde transmitir al padre de familia que los hijos son educados desde la concepción; luego, cuando crecen, los docentes complementan esta labor, y cuando llegan a la universidad y se interesan, por ejemplo, en la Pedagogía, deben saber que esta carrera es tan seria como las otras porque se trabaja con elementos humanos.

Esto último Patricia lo entendió desde su primer día en el preuniversitario de la carrera de Educación de Párvulos en la Universidad Católica. “¡Me apasioné tanto! No existía nada más hermoso que escuchar cómo tratar a niños, estimularlos, enseñarles; y eso que antes de inmiscuirme en la carrera no tuve experiencia con estos. Sabía desde el principio de mi carrera que iba a dar y a hacer lo mejor”, dice.

Etapa formativa

Al conseguir su licenciatura en Ciencias de la Educación, especialización en Supervisión y Administración Educativa, trabajó con hasta 50 niños de 5 años en las aulas de escuela fiscal antes citada.

“Se convirtieron, en un momento dado, en aulas modelos a nivel de la zona sur de la ciudad porque se implementaron, entre otros aportes, los rincones de trabajo. La directora me apoyaba en todos mis proyectos”, indica.

... Aunque yo guío, oriento, yo me nutro con los diferentes temas que se van desarrollando en las diferentes investigaciones. El docente nunca termina de aprender”.

Otra contribución fue la de incentivar una verdadera vinculación con los padres de familia, porque Patricia se encontró con papás que necesitaban que se los escuchara y orientara.

También hizo que imperara la imaginación ante la necesidad de crear recursos o materiales didácticos. Zeas era de las que los elaboraba, junto con los padres de familia. “No había excusa para no trabajar, por lo que creo que dejé un pequeño legado”, asevera.

Lectura, comunicación e inclusión

Al tiempo de verse inmiscuida en toda esta aventura en el ámbito fiscal, la universidad donde se graduó a los 22 años comenzaba a ofrecerle para que impartiera materias. Dos de las primeras fueron ‘Principios y organización del kinder’ y ‘Didáctica general’.

Llegó el 95 y con él aceptar el reto de asumir durante dos años la Coordinación Académica y Administrativa de la Facultad de Filosofía, así que solicitó durante ese tiempo una licencia en la escuela fiscal.

“Fue un gran reto esta experiencia de pasar del nivel preescolar a este mundo que no era totalmente desconocido, pero sí en función administrativa. Lo pude hacer, pero dos años después recibí una llamada importante”, cuenta.

“En el 97 me contactó la rectora del Liceo Panamericano, colegio donde me gradué de bachiller, para invitarme a mi cargo actual (…) . Yo venía acá con más experiencia, ya que había administrado y dirigido una facultad, así que me tocó ejecutar y operativizar un proceso administrativo que lo tenía clarísimo”, agrega.

Patricia también desarrolló proyectos nuevos como el de Animación a la Lectura, por lo que comenzó a trabajar en distintas obras teatrales dentro del área de Lenguaje y comunicación. “Estas técnicas de Animación a la Lectura se han convertido en espectáculos en el Teatro Centro de Arte”, menciona.

Asimismo, ha sugerido nuevos conceptos de trabajo personalizado con los padres, al igual que el de considerar a cada niño siempre una individualidad.

Además, tiene la capacidad de identificar a infantes con potenciales, necesidades educativas, problemas de aprendizaje y con capacidades especiales.

“Al inicio de estos 30 años de carerra jamás se me ocurrió trabajar con niños con ciertas capacidades especiales. Pero eso ha cambiado. He abierto las puertas a niños no videntes, lo que ha sido un gran desafío dentro de la institución. Más allá que la Constitución lo dijera, por responsabilidad hay que incluirlos y ofrecerles el aprendizaje y amor necesario”, afirma.

Por ello, siempre ha tenido claro que es básica la formación, capacitación y actualización

Particularmente, Zeas nunca deja de innovar y transmite a sus colaboradores todo lo que aprende y conoce en cursos, congresos y simposios internacionales.

“Me he tenido que formar en lo relacionado con las adaptaciones o adecuaciones curriculares, en el Liceo trabajando con un equipo humano que ya tenía cierto tiempo y otro nuevo al que siempre le digo que sí se puede dar lo mejor. En la actualidad soy muy feliz, el Liceo está próximo a cumplir 43 años de labor educativa”.

En constante innovación

Paralelamente a esa labor, Zeas continuaba con su trabajo en la Universidad Católica. Aquí también se destacan algunas de sus contribuciones profesionales, como la revisión académica de los textos para educación a distancia de todas las carreras de esta institución. Esto la motivó a obtener el título de magíster en Educación a Distancia.

Zeas es directora de muchos trabajos de graduación de la licenciatura en Educación de Párvulos. En este punto reflexiona: “En la actualidad estamos en un momento de interaprendizaje… Aunque yo guío, oriento, yo me nutro con los diferentes temas que se van desarrollando en las diferentes investigaciones. El docente nunca termina de aprender”.

A esta doctora le apasiona indagar, por lo que hace poco llevó a cabo una investigación sobre el rol mediador de los docentes que trabajan en los jardines de la Universidad Católica.

Hoy en día también imparte nuevas materias optativas, como la de Interculturalidad.

“Los maestros siempre se van a topar con niños de diversas nacionalidades, costumbres, valores, etnias, por lo que tienen que hacer las adaptaciones necesarias para hacerle entender su entorno y no forzarlo a que acepte todo lo que le imponemos los adultos”.

En el ámbito editorial, hace poco publicó un libro titulado Juego, pienso y aprendo con Ana y Paco, que responde a la actualización y fortalecimiento curricular y está dirigido a niños de 5 años.

“Se trabajan siete ejes de aprendizaje que van desde la identidad y autonomía hasta la expresión plástica. Además, se incluyen cuentos escritos por Margarita de Baquerizo”, dice.

“El trabajo del maestro no es simplemente decirles a los niños que abran tal hoja de un libro equis y ya. Debe saber qué hacer previamente, durante y posteriormente a la destreza que enseñará (…). Lo importante es formar a un ser íntegro, solidario y más que nada un buen ser humano, ese que al pasar de los años te recuerde por lo que dejaste sembrado en él”. (L.L.V.)

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