Neumonía infantil

25 de Noviembre de 2012
Sheyla Mosquera de Calderón

Una infección en los pulmones de un niño puede ser severa y mortal. La vacunación es una forma de prevenirla.

Si su hijo pequeño padece tos seca o húmeda, fiebre, dificultad para respirar (disnea), respiración rápida (taquipnea), retracciones de las costillas o luce amoratado, puede ser síntomas o datos de neumonía. Por lo tanto, es necesario que lo atienda de inmediato el pediatra.

Esta es una enfermedad infecciosa muy frecuente que afecta los pulmones a causa de virus, bacterias y hongos. Entre los virus más comunes están los de la gripe, el sincitial y entre las bacterias el neumococo Streptococcus pneumoniae o el Haemophilus influenzae tipo B (HiB).

Según la doctora Catalina Pirez, pediatra uruguaya y profesora de Clínica Pediátrica en la Facultad de Medicina de la Universidad República de Uruguay, la neumonía se transmite mayoritariamente por la vía respiratoria, a un metro de distancia entre una persona y otra, al momento de toser o estornudar, e incluso con las secreciones que se quedan en las manos.

El neumococo, agrega, es la bacteria que más causa neumonía y esta es la razón por la cual muchas veces los niños son tratados con antibióticos. Además, se la asocia con otra infección provocada por los virus, ya que en épocas de frío o lluvia fácilmente se transmiten debido a que hay más humedad.

El doctor Ligio A. Tavárez, director asociado de la Sala de Emergencias Pediátricas del Baptist Hospital of Miami, EE.UU., y el Baptist Health South Florida, dice que los pulmones contienen saquitos diminutos llamados alvéolos, a través de los cuales el oxígeno que respiramos pasa a nuestra sangre. Pero, cuando una persona tiene neumonía, con frecuencia muchos de sus alvéolos se llenan de líquido o pus, lo cual disminuye el oxígeno que el cuerpo debe recibir normalmente.

“La neumonía infantil puede variar de leve a severa dependiendo de la cantidad de alvéolos afectados, el microbio causante, la nutrición, la salud general del niño, el inicio temprano del tratamiento y otros factores”, asegura.

También, dice Tavárez que la neumonía severa puede causar marcada dificultad para respirar y el niño puede llegar a fatigarse y morir. Sobre todo, aquel que tiene las defensas bajas o enfermedades preexistentes como el sida o el sarampión.

Otra de las causas bacterianas de neumonía infantil es el Staphylococcus aureus, refiere la doctora Greta Miño, pediatra infectóloga, y es muy importante acudir al médico tempranamente para que la enfermedad no progrese.

Detectar la enfermedad

Pirez dice que en los niños menores de 2 años es relativamente fácil detectar la neumonía, porque cuando se enferman de esta respiran muy rápido, pero si son más grandes tienen tos persistente y fiebre. Entonces, el médico solicita exámenes y una radiografía de tórax para ver si hay presencia de bacterias o virus. Si hay las primeras se muestra una imagen de consolidación u opacidad en el pulmón, y si están los segundos se afectan más los dos pulmones, agregado a más ruido respiratorio.

También es necesario realizar cultivos de sangre para saber si se encuentra la bacteria o no e incluso hisopados (sacar secreciones de la nariz y faringe) para ver si el virus está presente.

Curar la infección

Para Tavárez la meta del tratamiento contra la neumonía consiste en curar la infección de los pulmones y lograr que el niño vuelva a respirar normalmente. Este podría necesitar oxígeno, antibióticos y rehidratación porque durante la enfermedad no se alimenta bien ni ingiere suficiente líquido.

Si la mayoría de estas neumonías se detectan a tiempo se pueden tratar en el hogar sin necesidad de hospitalización. Sin embargo, dice, lo más importante es que esta enfermedad puede prevenirse mediante vacunas específicas, nutrición adecuada, y medidas básicas de higiene como lavado de manos. Incluso, otras intervenciones efectivas son el saneamiento ambiental y prevención de contaminación e irritantes alrededor y dentro de la vivienda.

Según Miño en Ecuador, el Ministerio de Salud Pública aplica vacuna contra Haemophilus influenzae tipo B en la vacuna Pentavalente a los 2, 4 y 6 meses de vida y la vacuna de neumococo decavalente con Haemophilus influenzae no tipable hasta el año de edad. Existen vacunas contra neumococos de siete, diez y trece serotipos.

La vacuna contra el neumococo, dice Pirez, se aplica en los niños a los 2, 4 y 12 meses. “Es muy importante que las familias entiendan que esos plazos son los específicos para dar una buena respuesta. Si el niño llega al año y no es vacunado y se retrasa mucho, la inmunidad puede caer o el esquema queda incompleto, entonces puede enfermar”.

Tavárez sugiere cumplir con los tratamientos y llevar al niño a las visitas médicas de seguimiento según lo indicado. “Como trabajadores de la salud tenemos una oportunidad aquí: educar a los padres enseñándoles a reconocer las manifestaciones de la neumonía mediante los síntomas y la prevención de esta enfermedad. De hecho, una minoría de pacientes puede sufrir de neumonías repetidas”, asegura.

Dice las Naciones Unidas (ONU)

Esta ha denominado a la neumonía ‘El asesino oculto de los niños’, porque a veces mueren por esta causa y nadie lo sabe, ya que evoluciona muy rápido.

Esta enfermedad afecta a los niños sanos y también a los que tienen la predisposición a padecerla.

 

Prevalencia de neumonía

La neumonía infantil es más prevalente en el sur de Asia y en los países africanos localizados al sur del desierto de Sahara.

Las condiciones socioeconómicas y de salubridad de algunas de estas naciones contribuyen en parte a este problema, según el doctor Ligio A. Tavárez.

 

Leche materna

Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida. Además de prevenir eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.

 

 

 

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