Detectar el cáncer de colon

05 de Junio de 2016
Jane E. Brody | NYT

Desde 1975, los índices de muertes a raíz de cáncer colorrectal han bajado y las pruebas de detección son responsables de más de la mitad de ese descenso.

Como alumna de Cornell que se había sentido sumamente emocionada por la selección de la primera presidenta de la universidad el otoño pasado, Elizabeth Garret, me dolió profundamente enterarme de su prematura muerte por cáncer de colon a los 52 años, el mes pasado. Ojalá sirva como un momento de enseñanza que pudiera salvar a muchos de una enfermedad que será diagnosticada en 134.000 personas, con base en estimados, y que cobrará 49.000 vidas en Estados Unidos este año.

Si bien el cáncer colorrectal es el tercer cáncer más común, es la segunda causa de muerte por cáncer, después del cáncer de pulmón. Las normas para su detección piden que las revisiones empiecen a los 50 años para la mayoría de la gente, pero el cáncer de colon está aumentando actualmente entre personas menores de 50 años, y todos deberían estar conscientes de los riesgos y las primeras señales de advertencia.

Si bien las circunstancias que llevaron al diagnóstico de Garrett no han sido reveladas en público, el cáncer de colon puede prevenirse casi siempre mediante la detección y remoción de sus lesiones precursoras, llamadas comúnmente adenomas o pólipos adenomatosos. Con mayor frecuencia puede curarse si una de varias pruebas conduce a detección temprana, antes de que el cáncer se haya extendido más allá de su punto de origen.

Actualmente, un esfuerzo conjunto de la Sociedad Estadounidense del Cáncer y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades está intentando lograr que estos métodos de detección estén disponibles para 40% de los estadounidenses que aún deben someterse a la prueba. El objetivo de esta Mesa Redonda Nacional sobre Cáncer Colorrectal, como se conoce, es lograr que 80% de los estadounidenses se sometan a revisiones de cáncer colorrectal para 2018.

Más de 690 organizaciones se han unido al esfuerzo por remover barreras a la revisión que pueden incluir costo, transportación y resistencia a lo que la mayoría de la gente ve como una desagradable experiencia. La colonoscopia, la regla de oro para detectar cáncer y remover pólipos precancerosos, tiene la dudosa distinción de ser la menos agradable de todas las pruebas disponibles de detección. Pero las otras opciones, que tienen que ver con reunir una muestra de las propias heces para la detección de un posible cáncer, tampoco son las favoritas de nadie.

Yo he hecho ambas; de hecho, me han hecho tres colonoscopias, a los 50, 60 y 70 años. La prueba en sí se lleva a cabo bajo tenue sedación, y nunca he sentido dolor alguno, solo ligera presión, mientras me analizan.

Es la preparación para una colonoscopia, la necesidad de limpiar totalmente el contenido del colon para hacer que su revestimiento sea claramente visible, lo que yo y muchos otros consideramos más agobiante.

El hecho sigue siendo que someterse a una prueba de detección de cáncer de colon puede salvarle la vida. La reducción en muertes se ha acelerado en la última década, bajando a casi 3% al año. Esto se atribuye principalmente a que más personas se someten a colonoscopias a edades apropiadas.

Para la mayoría de la gente sin un historial familiar o síntomas, la colonoscopia se recomienda por lo general a partir de los 50 años, y después cada 10 años si no se encuentra nada inusual.

Uno de cada 20 adultos en Estados Unidos presentará cáncer de colon tarde o temprano, después de los 50 años en 85% de los casos. Entre el 15% restante, cuyos cánceres se desarrollan antes de los 50 años, muchos tienen historiales familiares de cáncer que sugiere que sería prudente empezar las revisiones a los 40 años. De manera estremecedora, sigue habiendo unos pocos en quienes el cáncer se desarrolla a una edad particularmente temprana, digamos a los 20 o 30 años, en personas que no tenían indicación alguna de que necesitaran someterse a pruebas de detección.

En el ejemplar del 17 de marzo de la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, el Dr. Williamson B. Strum, gastroenterólogo en el Grupo Médico Scripps de La Jolla, California, destaca que entre 20 y 50% de la población estadounidense tiene adenomas del colon, los crecimientos benignos de los cuales surge la mayoría de los cánceres colorrectales.

La prueba de detección con una tradicional colonoscopia puede encontrar estos crecimientos y, al mismo tiempo, el médico puede removerlos y detener un posible cáncer.

Una nueva técnica llamada colonografía por tomografía computarizada o colonoscopia virtual, usa un tomógrafo en vez de una sonda para captar estas lesiones. Y si se detectan pólipos, se requiere de una colonoscopia tradicional para removerlos.

Las otras pruebas que revisan las heces en busca de señales de cáncer son menos invasivas, más seguras y más fáciles de hacer, pero son también menos definitivas y tienen menos probabilidades de detectar señales de peligrosos pólipos antes de que surja un cáncer en ellos. Tiene que ver con muestras de heces encerradas en juegos que son enviados a un laboratorio para su análisis. Si el resultado de la prueba da positivo, se necesita una colonoscopia de seguimiento.

Este procedimiento es inequívocamente el mejor para encontrar cáncer y precáncer, pero la mejor prueba de detección es la que usted tome tan frecuentemente como sea recomendable. Hacer algo siempre es mejor que no hacer nada para evitar la muerte por cáncer de colon.

De igual importancia es atender factores de riesgo conocidos y preventivos para el cáncer de colon. El primero es la edad: La incidencia de pólipos potencialmente peligrosos aumenta marcadamente después de los 50 años, han demostrado estudios de decenas de miles de personas. Sin embargo, el cáncer colorrectal está aumentando entre personas que rondan los 40 años, llevando a Strum a sugerir una evaluación completa de cualquier síntoma sospechoso entre personas menores de 50 años. Los posibles síntomas incluyen sangrado rectal o sangre en las heces, material fecal oscura o manchada, estreñimiento persistente o diarrea, calambres, inflamación o aumento de flatulencia.

Otros factores de riesgo conocidos son fumar, consumo excesivo de alcohol, obesidad y una dieta rica en carne roja. Entre los factores protectores están el consumo de mucha fruta y vegetales, ejercitarse con regularidad, uso de terapia de reemplazo hormonal en la menopausia, así como tomar un fármaco antiinflamatorio no esteroideo al menos dos veces por semana durante un año o más. Beber café, de igual forma, se ha vinculado con un riesgo menor: es 54% menor entre quienes consumen 2,5 tazas al día o más.

Lo más prometedor, escribió Strum, es el uso diario de una aspirina infantil (81 miligramos) durante 10 años o más, lo cual también contribuye a proteger contra la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, el beneficio de cualquier antiinflamatorio no esteroideo debe equilibrarse contra un riesgo mayor de sangrado gastrointestinal, advirtió. (F)

 

EXÁMENES EN ECUADOR

“Las pruebas permiten observar lesiones tempranas: cánceres, pólipos (adenomas) o lesiones premalignas. Podemos curar a los pacientes y prevenir cánceres avanzados. Se puede prevenir metástasis y muerte”, dice el doctor Carlos Robles Medranda, director del Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (Ieced). Se evitan cirugías, radioterapias o quimioterapias.

Entre los análisis que permitirían descubrir el cáncer de colon están el de sangre oculta en las heces junto con el de ADN, el de marcadores serológicos y la colonoscopia, “el mejor método de despistaje, permite detectar lesiones con mayor facilidad”, explica Robles. También existe la cápsula endoscópica de colon, un método menos invasivo que se utiliza en quienes no desean ser sometidos en una primera instancia a una colonoscopia.

Es un dispositivo electrónico similar a una cámara miniatura (20 x 11 mm), contenida en una píldora, que realiza de 3 a 4 fotografías por segundo mientras explora el aparato digestivo. Un dispositivo portátil, conectado a varios sensores colocados en la zona abdominal del paciente, capta las imágenes del viaje digestivo, que dura alrededor de doce horas. Con las fotos se produce un video que analizará el especialista.

En hombres y mujeres

En los hombres, el cáncer colorrectal fue el tercero más común en 2012. Entre las mujeres fue el segundo. Un tercio de las muertes por cáncer se deben a: alto IMC, bajo consumo de frutas y vegetales, poca actividad física, tabaco, alcohol.
 

Antes de los 50 años

Se requiere un examen antes de esa edad si: el paciente o un familiar cercano han tenido pólipos colorrectales, cáncer de colon, enfermedad inflamatoria intestinal, de Crohn, colitis ulcerosa, poliposis adenomatosa familiar (PAF) o síndrome de Lynch.
 

 

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