Ellos también pueden

15 de Junio de 2014
  • Marcelino Castillo junto con su hijo Roberto, de 26 años, en un reciente viaje que realizaron a Panamá. El joven tiene capacidades especiales, por eso el padre desea enseñarle a cuidarse y mantenerse por sí solo.
  • Héctor Peñaherrera con María Anahy
  • Ernesto Pincay, Adrián y Marcos
  • Carlos Álvarez y Julián

Es una realidad: hombres que se quedan al cuidado de sus hijos. Se requieren cualidades especiales y mucho esfuerzo para ser un papá soltero.

En los actuales momentos se ha incrementado el número de padres solteros, según la psicóloga clínica Linda Coronel de Arias. ¿La razón? Por la serie de divorcios, en los que en ocasiones el padre gana la custodia de los hijos; por viudez; por migración de la madre; por abandono del hogar de la madre y su no aceptación del rol materno.

Por esos motivos, explica, los hogares se convierten en disfuncionales y los varones, en papás solteros. Ellos deben asumir completamente la crianza de los hijos y buscar las medidas idóneas para realizar el mejor desempeño en esta misión difícil, pero no imposible.

Lo ideal es que sean comprensivos y cariñosos con sus pequeños, proveedores, cuidadores, protectores, analistas y buenos financistas en la economía del hogar. Para que todo esto se dé, deben revestirse de una gran entereza y estabilidad emocional, que les permitan criar a sus vástagos equilibradamente.

¿Pero qué tan capaz es un papá soltero para criar a los hijos? El doctor Eduardo Santillán Sosa, neuropsicólogo y especialista en terapia individual, de parejas y de familias, explica que depende de las aptitudes y capacidades que tenga.

“Es imprescindible determinar la voluntad como padre, su desarrollo emotivo, sus niveles de responsabilidad efectiva, su profundidad o superficialidad de compromiso. Incluso, sus destrezas y/o habilidades funcionales y empáticas, y su madurez”. También tiene que ver el entorno familiar donde se crio, las características de sus padres y abuelos, la ternura, frialdad o indiferencia que recibió de ellos cuando era niño.

En realidad, explica Coronel, muchas son las dificultades que puede enfrentar un papá soltero, desde los comentarios negativos que pueden venir por parte de la expareja debido a resentimientos del pasado, por no disponer de tiempo por horarios rígidos dentro del trabajo, así como la lucha por ser el progenitor preferido por los hijos. Incluso dificultades de disponibilidad de dinero o en asumir los cambios en el desarrollo de los vástagos.

Siempre ayudarlos
Coronel considera necesario que un padre soltero siempre ayude a sus hijos para que crezcan con autoconfianza, sin resentimientos ni tristezas.

Para ello es muy importante permitir que los pequeños tengan un acercamiento con su madre y evitar que sirvan de mensajeros o sean utilizados en las peleas de sus progenitores. Además, deben involucrarse en sus estudios, motivarlos adecuadamente en todo aquello que emprendan, reconocer sus éxitos, consolarlos en sus fracasos y darles una gran dosis de respeto, amor, consideración y comprensión.

Santillán considera que el padre soltero debe procurar que sus hijos se sientan orgullosos de él. Entonces, para conseguirlo debe enseñar con el ejemplo (nunca usar malas palabras ni trato violento), ser un modelo digno de imitar, comunicativo, cumplidor de su palabra y que realicen actividades juntos.

Es indispensable premiar al hijo cuando exista mérito o esfuerzo y no solo sancionarlo. Asimismo, impedir que hable mal de su madre o de sus familiares y asistir con buen ánimo a las reuniones de padres de familia en la escuela o colegio.

También será valioso ofrecer disculpas cuando se equivoque, otorgar caricias verbales, corporales y actitudinales y, sobre todo, demostrar autocontrol en situaciones críticas. Así podrá desempeñar el verdadero rol de un padre.

Historias con pantalones
Hace 5 años, Marcelino Castillo se divorció de su esposa. Desde esa fecha, dice, quedó a cargo de su hijo Roberto, un joven con capacidades especiales. “El divorcio me llevó a ser padre soltero y la responsabilidad que tengo con mi hijo”, cuenta Marcelino, un comerciante de 50 años.

Aunque comparte la mayor parte de su tiempo con su vástago (de 26 años) gracias a la flexibilidad de su oficio, esta faceta en su vida le llegó acompañada de sacrificios. “No puedo tener un empleo fijo, no puedo viajar, si voy con él debe ir una tercera persona”, explica.

Y en la parte sentimental, agrega, las nuevas parejas tienen celos del contacto con su exesposa, quien suele visitar a Roberto. “No entienden que ella siempre será la madre, pero piensan que vamos a volver”. Y resalta: “Es mi hijo, lo amo y estaré con él hasta el fin”.

Pero su mayor preocupación, destaca, es su propia edad. “Uno ya no es joven, con más años uno cambia el humor y se debilita. Y con mi hijo necesito estar siempre activo”. Por eso, el mayor aprendizaje que le deja a Robertito, como le dice de cariño, es poder mantenerse por sí mismo. “Él quiere trabajar, quiere sentirse útil y ganar su sueldo; eso siempre le he enseñado, así que le digo: ‘hijo el día que yo muera, tienes que valerte por ti solo’” (S.M. y G.Q.).

Vivir mejor

La psicóloga Linda Coronel de Arias indica varias recomendaciones para ayudar a los papás solteros a vivir mejor con sus hijos:

  • Recurra a la ayuda de los familiares.
  • Evite lugares que no brinden la seguridad necesaria a sus hijos.
  • Equilibre su carácter para que sea afable con sus pequeños.
  • Libérese del estrés.
  • Planifique todas las actividades.
  • Organice viajes y paseos, pero más que todo olvídese del pasado y recupere la tranquilidad en el presente.

Ahora, para que sean felices, el psicólogo Eduardo Santillán sugiere:

  • Reconozca que sus hijos no son de su propiedad, que es el padre no su dueño.
  • Separe espacio cada día para compartir con ellos.
  • Despídase cariñosamente de ellos cuando vaya a salir o ellos lo hagan.
  • No critique sus lágrimas.
  • Aprenda a escuchar y a hablar con calma.
  • Si son infantes o niños lea algo edificante con ellos antes de dormir.
  • Juegue con sus niños cada vez que sea posible.
  • Procure conocer a sus amigos o amigas.
  • Tenga al menos una comida cada día con su compañía.
  • Tome fotografías siempre que sea posible y permita que su niño o adolescente decida dónde exponerlas en la casa.
  • Deje notitas cariñosas y apropiadas a su edad.
  • Sea un padre amigable, no solo un amigo.
  • Hable ocasionalmente de las virtudes de su cónyuge.

Héctor Peñaherrera con María Anahy
Un equipo amistoso

Héctor es un papá soltero, de 44 años, quien vive con su única hija María Anahy, de 13, desde que tenía 7. Por diversas situaciones, dice, se separó de su esposa. Ahora ambos llevan una vida independiente.

“Con mi pequeña siempre hemos tenido un lazo de unión muy fuerte, mantenemos una buena comunicación y me considera un buen amigo, porque le doy mucha importancia. Si quiere conversar, dejo de hacer todo lo que estoy haciendo para atenderla. Ella es mi prioridad”.

Ahora que está entrando en la adolescencia, indica Héctor, le cuenta si le gusta o no tal chico y le da su punto de vista. Incluso en todo momento trata de encaminarla con valores y principios.

Ambos viven solos y en casa son un equipo. Mientras María Anahy mantiene en orden su dormitorio, su papá se encarga del resto, es decir la limpieza de la ropa y la preparación de la comida. “Me levanto a las cinco de la mañana a realizar el almuerzo para que cuando mi hija llegue del colegio pueda comer”.

De hecho, asegura, le ha enseñado que si por alguna razón él llega tarde a la casa, ella pueda subsistir. Le ha dado herramientas para que prepare sus alimentos e incluso se mantienen en constante comunicación por celular. Por seguridad él pidió autorización a la dirección del colegio para que le permitan usarlo. Así ambos están conectados no solo por la tecnología, sino por los lazos de amor. (S.M.)

Ernesto Pincay, Adrián y Marcos
Siempre con valentía

El recuerdo de la madre de esta familia, María Muñoz Castro, está muy presente en los corazones de Ernesto Pincay Serrano y sus hijos: Adrián (derecha en la foto) y Marcos, de 15 y 13 años.

“Era una mujer maravillosa, solidaria, la extrañamos mucho”, indica Ernesto sobre su cónyuge, quien falleció hace seis años debido al cáncer. “Los primeros meses fueron los más tristes, porque mis hijos estaban más pequeños, pero me di cuenta de que debía reponerme para sacarlos adelante”, comenta este manabita de 47 años, quien en esos momentos recibió el apoyo de la familia de ella y de la suya.

Ernesto se levanta cada mañana a las 04:45 para preparar el desayuno y ayudar a sus hijos para que vayan al colegio, luego pasa el día en su trabajo y, a las 17:30, regresa a su casa para prepararles la merienda y acompañarlos mientras hacen los deberes y estudian las materias.

En los ratos libres les gusta jugar fútbol en el parque, ver televisión, ir al cine, nadar en la playa y salir a pasear por Guayaquil.

“Mi papá se esfuerza siempre por nosotros, por acompañarnos, por poner el pan en la mesa”, indica Marcos. ¿Cómo es la vida sin mamá? “Es complicado, pero con mi papá salimos adelante. Con él compartimos y lo queremos mucho”, dice Adrián, quien desea estudiar informática.

“Mis hijos son mi gran tesoro, mi vida. Por ellos debo ser valiente, por ellos debo esforzarme”, concluye Ernesto. (M.P.).

Carlos Álvarez y Julián
excelente relación

Tenían 21 años, eran novios en la universidad. Ella quedó embarazada. Decidieron vivir juntos por su hijo, a pesar de la juventud de ambos y de que no habían culminado sus estudios. Pero, lamentablemente, no funcionó. “Cuando nuestro hijo estaba por entrar al jardín, por diversos problemas que surgieron, nos separamos. Ella se quedó con él, como es habitual”, cuenta Carlos, de 34 años.

No obstante, al paso de los años, otros inconvenientes aparecieron y finalmente el pequeño Julián terminó al cuidado de su padre. Ahora el niño es un adolescente de 13 años.

Carlos expresa tener un excelente vínculo con su hijo, con quien disfruta compartir su tiempo y darle su cariño. “Salimos a ver películas, estamos armando el álbum del mundial. Soy runner, me gusta correr y desde hace algún tiempo lo llevo conmigo. También nos gusta acampar”. Añade además que Julián visita a su madre los fines de semana.

No obstante, como padre soltero tiene que afrontar algunas situaciones que requieren de su parte mucha delicadeza. “Él está pasando por los conflictos de la adolescencia (...). Siento que me hace falta un poco de sensibilidad que tienen las mamás, yo le abrazo, lo beso, le hablo, pero siento que me falta algo más que eso”, explica. Actualmente, Carlos tiene una nueva pareja. ¿Cómo combina estas dos facetas de su vida? “Tengo una buena relación con ella, creo que se debe a que le puse las cartas sobre la mesa, es consciente de que mi hijo está por encima de cualquier cosa”, dice Carlos (G.Q.).

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