Bienestar hormonal

11 de Mayo de 2014

Toda mujer debe preocuparse porque sus hormonas funcionen adecuadamente. Es vital para tener buen ánimo y salud.

Dentro del cuerpo tenemos hormonas que son mensajeros químicos que viajan a través del torrente sanguíneo hacia los tejidos y órganos. Tienen que ver con el estado de ánimo, con la reproducción, la función sexual, el metabolismo e incluso con el crecimiento y desarrollo.

Según la endocrinóloga Paulina Flórez Cuevas, la mujer tiene varias hormonas. Entre ellas están los esteroides sexuales adrenales que no vienen del ovario, sino de las glándulas suprarrenales (localizadas en la parte superior de los riñones), y no tienen actividad androgénica per se, es decir que no tienen la actividad de hormonas sexuales masculinas por sí solas.

Otras hormonas son las que vienen de la glándula hipófisis (localizada en el cerebro) y las más importantes son la foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH), porque regulan el ciclo menstrual al regular a su vez la secreción de estrógenos y de progesterona.

Los estrógenos (estradiol, estriol y estrona) son los responsables de dar la apariencia femenina a la mujer como, por ejemplo, la aparición de mamas. Además, ayudan a la distribución de la grasa corporal formando la silueta de la mujer. Son producidos por los ovarios y conjuntamente con la progesterona forman el ciclo menstrual. Incluso los siete primeros días de este ciclo, los estrógenos son los que más función tienen.

En cuanto a la progesterona, agrega, es la hormona de la segunda parte del ciclo. Produce cambios madurativos preparando al endometrio (mucosa que recubre el interior del útero) para la implantación del embrión. Más adelante sirve para mantener el embarazo. Tiene efecto sobre las mamas también produciendo a veces sensibilidad mamaria.

También está la prolactina, que se encarga de la secreción de leche materna y que se secreta durante el embarazo y la lactancia. Incluso la testosterona que la mujer tiene en poca cantidad es responsable del apetito sexual.

 

Mantenerse activas

Para la ginecóloga e instructora de yoga Eufemia Guamán, no solo las hormonas influyen para que la mujer tenga bienestar, sino todo el entorno familiar, laboral y social. Por eso considera que si está bien consigo misma, es segura, trabaja, se mantiene activa, se siente útil, hace ejercicios, se alimenta bien y se preocupa por su salud y belleza, la disminución hormonal, sobre todo, en la etapa de la menopausia no la sentirá y la pasará bien.

“Las hormonas trabajarán bien y le volverán a dar la estabilidad que tenían en la juventud, ya que los ovarios empezarán a secretar justamente lo que necesitaban para sentirse tranquilas”.

Pero, agrega, si no trabaja, son abandonadas por el marido, se van los hijos o no tiene una actividad que le dé seguridad, confianza, libertad económica o tranquilidad, pueden presentar trastornos hormonales y entrarán en una crisis terrible debido a su fragilidad.

“Todas las glándulas endocrinas al secretar las hormonas producen un equilibrio hormonal. Por eso, cuando hay problemas de tiroides se trastornan con taquicardias, angustias, pérdida de peso o lo contrario, depresión o aumento de peso, desgano de vivir”, asegura.

Más bienestar

Entre todas las hormonas que la mujer tiene las que más bienestar le proporciona son los estrógenos, ya que mantienen las formas femeninas. También contribuyen a la formación de los huesos, mantienen los colesteroles en rangos normales promoviendo la formación del llamado colesterol bueno o HDL.

Además, dice Flórez, tienen efecto positivo sobre el humor y el sueño y dan sensación de bienestar. También actúan a nivel de la vejiga, sobre todo de su mucosa y sostienen la frecuencia urinaria normal y el ph vaginal y del entorno, que incluye a la uretra, para evitar infecciones de las vías urinarias. Es más, ayudan a la formación de colágeno con lo que mantienen la piel tersa y sana.

En cambio, menciona, la progesterona produce en algunas mujeres tensión mamaria y podría estar relacionada con el síndrome de tensión premenstrual.

¿Pero cómo saber si las hormonas funcionan bien? La forma de saberlo es que la mujer se someta a un perfil hormonal, es decir, a un control de hormonas sexuales femeninas al día 21 del ciclo. Con esto se puede establecer si una mujer tiene un ciclo normal e indirectamente se puede saber si ha habido ovulación en ese ciclo también.

Los controles, explica Flórez, usualmente se hacen cuando la adolescente empieza a menstruar, si es que sus reglas no son regulares o si son muy abundantes o muy escasas. Muchas mujeres se hacen controles en la época fértil si no les queda fácil embarazarse, y los controles más frecuentes se ven en la consulta médica cuando la mujer entra al climaterio, que es la etapa que precede a la menopausia (cese definitivo de la menstruación).

Si algo anda mal

“Una mujer puede saber que sus hormonas no están bien si se salta menstruaciones (menstrúa menos de 10 veces al año) o tiene menstruaciones muy prolongadas o muy abundantes, aunque estas últimas dos condiciones pueden verse en mujeres que tienen sus hormonas normales”.

Si una hormona falta hay que reemplazarla. Por ejemplo, sin progesterona la mujer no tendrá regla y hay que dársela para que menstrúe; y si faltan estrógenos por alguna razón como la menopausia o extirpación quirúrgica de ovarios, entre otras, tendrá síntomas de menopausia y pérdida de masa ósea y debería ser objeto de reemplazo hormonal. En este caso, dice Flórez, se pueden dar estrógenos naturales y si la mujer tiene útero deberá combinarse con progesterona.

Si la mujer tiene déficit de estrógeno puede perder sus formas femeninas, ya que predominan los andrógenos. Estos pueden hacer que ella presente vello facial, entre otros. También experimenta pérdida de masa ósea, por lo que puede llegar a sufrir osteoporosis.

Asimismo, al faltar el estrógeno pierde el efecto protector cardiovascular de estos y la mujer puede presentar infartos. Incluso, en la esfera emocional podría tener cambios bruscos de humor, depresión, falta de sueño y baja de autoestima cuando le llega la menopausia. (S.M.)

 

Oxitocina y Prolactina

La oxitocina o “molécula del amor” es una hormona que estimula las contracciones del útero en el momento del parto y la expulsión de la leche en las mamas; mientras que la prolactina estimula el crecimiento de las mamas y la producción de leche materna durante el embarazo y mantiene la lactancia luego del parto.
 

Fitoestrógeno

Es un compuesto químico similar a los estrógenos humanos que se encuentra en varios vegetales como, por ejemplo, la soya, alfalfa, cerezas, lentejas, maní, entre otros. Son ideales para ayudar a incrementar los niveles de estrógeno.
 

 

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