Cuándo vivir solos

09 de Noviembre de 2014

Quienes se lanzan a vivir completamente solos sin ayuda de nadie aprenden a ser autónomos en las decisiones que toman.

María José, de 25 años, decidió vivir completamente sola desde que cumplió los 21. Ella es una profesional machaleña que ha aprendido a valorar su espacio y a no tener que depender de sus padres.

“Me siento cómoda, tranquila y me gusta mi privacidad. Cuando recién llegué a Guayaquil a mis 18 vivía con un compañero de estudios y compartíamos los gastos. Pero después decidí que lo mejor para mí era vivir sola en una suite”.

Ella, agrega, extraña a su familia, pero no para vivir en la misma casa, sino para tenerla cerca, porque le encanta tener su propio espacio. “Ser independiente me obligó a tener más responsabilidad, a controlar los gastos, a planificar un presupuesto, a cuidar de detalles como botar la basura a tiempo, a no gastar luz o desperdiciar el agua”.

María José dice no recibir ayuda de sus padres para mantenerse, como sucede con otras personas que viven solas y que no se preocupan por sustentar una casa con su propio dinero. “Para estar sola me preparé mentalmente, porque no siempre se está en un lugar bonito, porque el sueldo no alcanza. Pero no descarto la posibilidad de que la situación mejore”, asegura.

Para la psicóloga clínica Mónica Llanos, los jóvenes adultos son los que mayormente buscan independizarse de sus padres, en especial cuando ya se sienten seguros de poder afrontar gastos que demanda su propio sustento. “El que los jóvenes de ahora, a diferencia de los de unos años atrás, trabajen y estudien les permite contar con las posibilidades de independizarse”.

“La cultura ecuatoriana ha sido conservadora en cuanto a preservar la convivencia y las relaciones familiares, y el que los jóvenes quieran vivir solos ha sido asociado por las anteriores generaciones a libertinaje o falta de aprecio por la familia”.

Todavía, agrega, es muy común ver en nuestras ciudades a adultos viviendo con sus padres, sean estos solteros o divorciados. Sin embargo, las nuevas generaciones empiezan a querer mayor independencia y autonomía, ya que los patrones han cambiado.

Según el psicólogo clínico Ernesto Secaira, existen quienes desde la adolescencia han querido vivir solos, porque creen tener la madurez suficiente para hacerlo sin problemas, se consideran independientes y sienten la necesidad de pasar por la experiencia, e incluso desean afrontar los problemas que se les pueda presentar.

En la actualidad, dice, existe más apertura a este estilo de vida, ya que muchas veces no depende del medio, sino del grado de responsabilidad y madurez que tenga la persona que va a tomar la decisión. “Pues a pesar de que exista más amplitud hacia este tema, los hombres se deciden más que las mujeres a vivir solos. Y en ciertos casos, la mujer piensa que puede generar una mala imagen o comentario negativo sobre sí misma”.

Madurez psicológica

Para independizarse, refiere Secaira, hay que estar preparado en el aspecto emocional y económico, sobre todo aprender a aceptar las consecuencias de las equivocaciones o decisiones negativas. La edad apropiada para vivir solo es relativa, ya que hay personas que lo hacen muy jóvenes y no fracasan, así como personas adultas que les ocurre lo contrario.

Asimismo, dice, existen hijos que no se van de la casa a independizarse. ¿Las razones? Muchas veces por comodidad o por miedo al fracaso, a la crítica o al qué dirán, por temor a la soledad o por no sentirse lo suficientemente responsables o con la madurez necesaria.

¿Pero cómo saber si alguien está listo psicológicamente para vivir solo? La madurez psicológica, explica Llanos, no depende de la edad, aunque puede ser un punto de referencia. Sin embargo, una persona demuestra madurez cuando es responsable de tomar sus propias decisiones luego de un análisis de las consecuencias que estas conllevan.

La responsabilidad se la va adquiriendo en el transcurso de la vida. El vivir solos también puede ser una oportunidad para madurar y crecer, ya que no se trata de vivir solos para seguir dependiendo para todo de los padres. “Vivir solo implica ser autónomos en las decisiones que se toma y lo que esto conlleva, el mantenerse, el valerse por sí mismo y el solventar y resolver las situaciones cotidianas de un hogar”, asegura.

Antes de dar el paso

Secaira cree que las personas que deseen vivir solas deben pensar en varios aspectos. El primero es el económico. Hay que analizar si está estable para asumir la responsabilidad de diversos gastos que conlleva una casa. El segundo es el psicológico, porque debe considerar si está en una etapa de madurez emocional para que la soledad no influya a un punto que pueda llevar a la persona a un estado depresivo. Asimismo, hay otros aspectos que debe tomar en cuenta como la salud, lo laboral, etcétera.

También, dice Llanos, se debe pensar en relación con los peligros psicológicos. Por un lado se puede ser vulnerable a los abusos y manipulaciones de otras personas, el aislarse de la familia, experimentar soledad y tristeza que se quiera llenar equivocadamente, el no manejar con responsabilidad la libertad que se tiene, el apresurarse a tener experiencias sin medir las consecuencias de los actos o tratar de demostrar que se es adulto o una imagen de autosuficiencia ante los demás.

¿Por qué se decidió a vivir solo? Coméntenos

Por último, dice Llanos, se debe aprender a disfrutar la soledad, ya que esta no es mala en sí misma, porque permite reflexionar sobre la vida, proyectos y actos. Sin embargo, es importante que quien vive solo pueda tener un equilibrio en el manejo de su tiempo, espacios para estar solo, que no deben ser muchos, espacio para el ocio, el descanso, la recreación, sus obligaciones laborales y de estudios. Tampoco deben alejarse de sus familias, de sus padres, porque es necesario seguir compartiendo tiempo con ellos. (S.M.de.C)

 

Vivir sin nadie

La psicóloga Mónica Llanos da las siguientes recomendaciones para las personas que desean vivir solas:

• Es importante que quien decide vivir solo o sola, esté seguro de que lo que lo motiva a hacerlo es el hecho de hacerse responsable de su vida y alcanzar sus metas personales de autonomía y desarrollo personal, no por alejarse de un problema familiar o por un resentimiento.

• Tener un presupuesto y vivir de acuerdo con los ingresos que se tiene, cuidando de ser responsable con todos los gastos para no incurrir en necesidades o endeudamientos.

• Administrar el tiempo en forma responsable, logrando un equilibrio entre cada una de las actividades.

• Contar con personas de confianza que sepan en todo momento dónde y con quiénes están, especialmente cuando salen de viaje, para evitar cualquier inconveniente o imprevisto por su seguridad.

• Mantener contacto permanente con la familia.

• Hacer un proyecto de vida que le ayude a enfocar sus esfuerzos y actividades por objetivos claros y realistas.

El psicólogo clínico Ernesto Secaira da algunas sugerencias dirigidas a los padres para ayudar a que los hijos se independicen:

• Motivarlos desde pequeños a que crean en su capacidad e inteligencia.

• Ayudarlos a que se pongan metas, objetivos y que luchen por lograrlos.

• Darles consejos sobre humildad, ética, responsabilidad, organización.

• Si los hijos se han equivocado antes, no hay que juzgarlos ni criticarlos.

• Apoyarlos y enseñarles a que aprendan de sus errores.

 

  Deja tu comentario