Bichectomía: Rostros afinados

29 de Mayo de 2016

La bichectomía reduce el volumen de los cachetes mediante la extracción de las bolsas de grasa bucal.

En cada mejilla, sea que usted tenga una cara afinada o redondeada, hay una bolsa de grasa bucal (BGB). Son un par de masas encapsuladas dentro del rostro y están implicadas en la formación del contorno de las mejillas y de los pliegues nasolabiales (líneas de la sonrisa), pero nada tienen que ver con la formación de la papada.

También son llamadas bolas de Bichat, en memoria de Xavier Bichat, anatomista francés del siglo XVIII que las describió, de ahí que la cirugía para retirarlas se llama bichectomía. “Las tenemos desde el nacimiento y no dependen de la contextura, contrario a lo que la gente cree: ‘si estoy gordo, las tengo’, ‘si soy flaco, no las tengo’. No tienen relación con el peso”, aclara Mauricio Sandoval, cirujano plástico y reconstructivo del centro médico estético Medsiluet.

El tamaño de esos cúmulos de grasa varía en cada individuo, por ello algunos lucen ‘más cachetones’ que otros.

Están alojadas entre los músculos faciales buccinador y masetero y están relacionadas con ramas del nervio facial, con el conducto parotideo o de Stenon, que controla la excreción de la saliva, con la arteria y la vena facial y con la arteria temporal superficial y temporal media.

Cabe resaltar que las bolas de Bichat no son grasa innecesaria como la que se acumula en el abdomen y otras partes del cuerpo, sino que cumplen ciertas funciones, dice el cirujano plástico, reconstructivo y estético Nelson Rodríguez Alvarado. Es un recurso para mantener el efecto de juventud en el rostro y formar una plataforma para los músculos de la masticación, por lo cual no se las extrae en su totalidad, sino solo un porcentaje.

Proceso estético

El profesional a cargo es el responsable de definir el camino directo y preciso para la extracción. “Con experiencia clínica se consiguen resultados estéticos sorprendentes del contorno facial”, afirman el cirujano plástico Flavio Nicolich y el cirujano dermatólogo Carlos Montenegro, en un tratado sobre la bichectomía.

La intervención consiste en una incisión intraoral de un centímetro y medio a dos centímetros máximo, en cada mejilla, a la altura de los molares. 24 horas antes del procedimiento, Sandoval recomienda a los pacientes realizarse enjuagues con líquidos antisépticos, como los que acompañan al cepillado de dientes, a manera de contrarrestar la contaminación de la cavidad oral durante la cirugía.

El paciente recibirá anestesia local, pues debe estar consciente durante todo el proceso y en condiciones de colaborar con el cirujano y su equipo. En este punto habrá diferencias entre un paciente y otro, añade Rodríguez, pues a mayor musculatura facial mayor grado de dificultad.

Con una ligera presión en la cara externa de las mejillas se estimulará al paquete graso hasta quedar expuesto y entonces se realizará el corte. Luego de 20 a 35 minutos, se colocarán los puntos de sutura. Se pone un vendaje compresivo inmediatamente y durante varios días después, para evitar hematomas.

La operación es ambulatoria y en las horas posteriores, el paciente podrá irse a casa, siguiendo las recomendaciones de reposo, dieta blanda y la prescripción de analgésicos y antibióticos. La sutura no genera ningún tipo de cicatriz externa y termina cayéndose sola, por lo que no hay que preocuparse por marcas visibles, dice Sandoval.

Aunque el procedimiento es sencillo, Rodríguez recalca que no deja de ser una cirugía en una zona delicada y solo puede ser realizada por un especialista con experiencia, pues la manipulación indebida puede dar lugar a lesiones en las estructuras neurovasculares o del conducto de Stenon. Otro riesgo es la asimetría facial, causada por inexperiencia, al extraer diferentes volúmenes de BGB.

Candidatos a la operación

Quienes aspiran a la cirugía, hombres y mujeres, deben ser valorados y aprobados a través de exámenes de laboratorio, incluidos un hemograma completo y un análisis del tiempo de coagulación de la sangre. De acuerdo con Rodríguez, la bichectomía no es posible para quienes tienen problemas de coagulación. En cambio, pacientes con hipertensión o diabetes controladas sí pueden ser considerados.

También se efectúa un examen físico, en el cual el cirujano valora la piel, su turgencia, cómo se tensa y retrae, con maniobras de pinzamiento, dentro y fuera de la boca, agrega Sandoval, quien sugiere someterse a este procedimiento a partir de los 25 años, cuando el rostro ha dejado de crecer.

Aunque toda persona que considere tener mejillas muy robustas puede acceder a esta cirugía, los especialistas enfatizan que no todas son candidatas para la operación. Ambos opinan que no es recomendable para personas muy delgadas o con pómulos muy marcados, y menos aún en pacientes mayores a 50 años, pues a medida que ocurra el proceso natural de envejecimiento tenderán a presentar lo que se conoce como facies cadavérica (mejillas hundidas).

¿Aun así persiste su deseo de afinar el rostro? El cirujano plástico puede sugerirle otros métodos que dan similares resultados, como redefinir el mentón o los pómulos. Podría darse el caso de que estas partes de la cara sean las que estén generando algún tipo de asimetría, en vez de los cachetes. Pero eso solo lo definirá el experto. (G.Q. - D.V.) (I)

 

Xavier Bichat

Era un biólogo, anatomista y fisiólogo francés. En 1802, luego de estudios minuciosos en cadáveres, descubrió la configuración de una masa en la mejilla, calificándola como una bolsa netamente de grasa, llevando desde entonces su nombre.
 

Relaciones anatómicas

La bolsa de Bichat se asocia con la llenura de las mejillas en los niños; con la edad y el crecimiento de las estructuras faciales subyacentes, la BGB disminuye relativamente en tamaño. Sin embargo, en siluetas faciales rellenitas, su evidencia y prevalencia es notoria.
 

 

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