Sueños o alucinaciones

15 de Septiembre de 2013

Mientras dormimos experimentamos vivencias que pueden parecer reales. ¿Qué tan cierto es esto?

Un día Amalia, de 40 años, se despertó un tanto confundida. No sabía si lo que había experimentado mientras dormía era parte de un sueño o de la realidad. “Sentí que me besaron profundamente y fue tanta la intensidad que me gustó. Esta experiencia me sucedió en dos ocasiones en tiempos distintos. Unos me decían que era una fuerza oscura que quería apoderarse de mí. Mientras que otros lo atribuían a la necesidad de tener pareja”.

Para la psiquiatra Julieta Sagnay, experta en salud mental, existen varias teorías acerca del concepto de los sueños. Algunos científicos dicen que estos solo responden al azar; otros, que son derivados de nuestra actividad cerebral o que tienen que ver con la expresión de nuestro subconsciente. Incluso, que son una manifestación de imágenes y a veces sonidos que muestran interrelaciones comunes y no comunes como un espejo que refleja algún aspecto de la vida o el inconsciente.

“Nuestros sueños son resultado de un complicado proceso que implica a los recuerdos y al hipocampo, una región del cerebro asociada a la memoria. También a la forma en que los recuerdos autobiográficos se consolidan a lo largo del tiempo en nuestras mentes”.

Una de las características de los sueños, agrega, es que rara vez, excepto en casos de problemas postraumáticos, reflejan una experiencia completa. Una fracción de una idea, de un objeto o de una textura que hemos percibido durante el día. Es lo que en realidad aparece mayormente en nuestros sueños. También hay personas, por ejemplo, que experimentan sueños que parecen reales: han sentido orgasmos, que han sido besadas o tocadas. Esto, dice Sagnay, es otro de los mitos en discusión, ya que este tipo de sueños son exclusivos de la adolescencia o la temprana juventud. En esas edades es cuando alcanzan su mayor frecuencia las erecciones y la lubricación vaginal.

“Estudios indican que el hombre tiene cuatro o cinco erecciones parciales o totales mientras duerme, algunas de las cuales pueden llegar al clímax con una eyaculación; mientras que las mujeres viven sus experiencias oníricas en la fase REM (Movimientos Oculares Rápidos) o sueño profundo”.

Distintos sueños

Según el doctor Samuel Merlano, psicólogo clínico y organizacional, las personas tienen distintos sueños. Hay quienes, por ejemplo, han tenido experiencias de cumplimiento de los sueños, como si fueran premonitorios, dentro del contexto religioso o espiritual, e incluso manifiestan que le han pedido a Dios que les guíe en qué pasos deben tomar o qué necesitan hacer frente a determinadas situaciones. “Estas se consideran sensibles a los mensajes divinos y tienen sus apoyos en textos de la Biblia como aparece en el libro de Job 33:14 y 15, donde menciona que Dios habla a través de los sueños y el hombre no entiende”.

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Incluso, agrega, quienes sueñan con algún familiar muerto o con animales u objetos, entre otros, tienen que ver mucho con su vida inconsciente. Sigmund Freud en el siglo pasado ya lo manifestaba en los estudios de los sueños. Él decía que existe un lenguaje escondido cada vez que uno sueña, y que al psicoanalista le corresponde en cada sesión ir descubriendo el material inconsciente que está proyectando a la hora de dormir.

Para Freud, dice Merlano, todos los sueños representan la realización de un deseo por parte de la persona, aun los de contenido negativo (pesadillas). En estos casos lo que sucede es el incumplimiento de un deseo. Inconscientemente significaría satisfacción de una tendencia masoquista.

También decía Freud que los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos. Por tal razón, para él era importante el análisis de los sueños para su respectiva interpretación.

Según Merlano, para muchos artistas o escritores los sueños que tienen mientras duermen vendrían a ser el campo o la escena de su inspiración y creatividad, donde las imágenes, sonidos o eventos tienen formas lúdicas y vivas que les permite proyectar en el mundo real su arte en cualquier tipo de expresión, sea pintura, escultura, letras, música, entre otros. Esto para el público es muy revelador e impactante.

Cuerpo se paraliza

Cuando alguien sueña, explica Sagnay, puede entrar en un estado conocido como hipnogógico transicional, entre la vigilia y el sueño. En ese instante, el cuerpo se paraliza y solo funcionan los músculos de los ojos, el corazón, el cerebro y la respiración. En ese estado es común creer que se está despierto, hasta el punto de que se está seguro de tener los ojos abiertos y de ver y escuchar cosas alrededor.

La característica de este estado es que el cuerpo no puede moverse, está inmovilizado. Si el sujeto quiere moverse, no podrá hacerlo. Hay incluso ocasiones en que la persona que está durmiendo en ese estado se despierta y la inmovilidad permanece.

Sin embargo, el cuadro revierte a la normalidad en cosa de minutos, no requiere intervención alguna ni tiene mayor significación patológica. “Este estado ha llevado a mucha gente a interpretar que está sufriendo una experiencia paranormal o que algo o alguien les está impidiendo moverse y/o hablar”.

Una alucinación hipnogógica, agrega, es una alucinación auditiva, visual o táctil que se produce poco antes del inicio del sueño. La palabra hipnogógica (o hipnagógico) expresa una situación de tránsito entre la vigilia y el sueño. Estos fenómenos se presentan en las fases 3 y 4 del sueño profundo no REM. Son frecuentes en niños de 6 a 15 años. Cuando se impide dormir a una persona varios días o simplemente se le impide soñar (se lo despierta inmediatamente cada vez que empiezan los movimientos oculares durante el dormir), el estado mental de la persona se acerca al de un psicótico, (alucinaciones), pero no son fenómenos patológicos.

Las alucinaciones, explica Merlano, son percepciones que no corresponden a ningún estímulo físico externo. Pero la persona las siente como reales. Estas tienen varias fuentes, según las investigaciones científicas y religiosas, como son: ciertas drogas llamadas alucinógenas, entre ellas la marihuana, también se debe a trastornos psiquiátricos como es la esquizofrenia. Además, se deben a problemas de los neurotransmisores como la dopamina. Incluso, hay quienes creen que Dios les guía a través de un mensaje divino.

Esto les puede suceder, explica, a las personas inmovilizadas o que tienen pesadillas. “Sienten que todo lo que les sucede alrededor es real, pero no es más que una “jugada” neurológica, que les hace tener esa sensación o percepción, que las hace alucinar, y cuando realmente despiertan, cuentan la experiencia vivida como real”. (S.M.deC.)

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