Noviazgo y matrimonio

01 de Junio de 2014
Sheyla Mosquera

Los novios deben prepararse para dirigir, una vez casados, la gran empresa de sus vidas: su hogar.

Una relación de novios basada en el amor y la confianza tiene un alto porcentaje de éxito cuando la pareja decide unirse en matrimonio. Según la psicóloga clínica Andrea Villacrés Palacios, este vínculo es un compromiso, un acuerdo adquirido con quien se comparte un lazo afectivo y se decide establecer una vida de convivencia.

“El matrimonio se lo podría comparar con una empresa solo en el factor de que en las dos instituciones se busca el bien común y el progreso. Este pacto es fácil cuando existe la predisposición de construir y mantener la estabilidad emocional de cada miembro que conforma la pareja; pero se puede tornar difícil y la convivencia se ve afectada cuando la comunicación y la comprensión tienen falencias”.

Este enlace, asegura, no se fundamenta en mandar, ya que sus bases se construyen con la contribución de los dos miembros, los cuales tienen el rol de guía uno con el otro. “Los dos deben orientar, opinar, aportar y tomar decisiones en conjunto, por algo se llaman pareja”.

Noviazgo exitoso
Para la psicóloga clínica Cecilia Chávez Bowen de Larrea, quienes van a contraer nupcias deben saber que el noviazgo es una etapa para conocerse mejor, para ir planificando un proyecto conjunto e irse organizando como pareja, incluyendo al otro en los planes a futuro.

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Incluso, asegura, para tener mayores oportunidades de éxito en el matrimonio, se deben tocar todos los temas posibles, pero si se evita uno para no tener “encontrones”, se van a casar sobre bases falsas.

Se debe hablar de toda inquietud referente a familia política, menciona, ya que es mejor tener claras las cosas y saber la estructura familiar de donde viene nuestra pareja, porque la traerá como equipaje al nuevo hogar, al igual que uno.

Es indispensable, explica, conversar sobre asuntos económicos (si se tienen deudas personales, porque van a afectar el nivel de la pareja también), fantasías sexuales (hay química o habrá tentaciones), proyectos personales (que no deben abandonarse por matrimonio), cuestiones religiosas, pasatiempos, entre otros.

Asimismo, conviene conocer a la futura familia política y ver su manera de interactuar para comprender ciertas conductas de la pareja. Hay familias muy afectuosas y otras parcas; no obstante, en ambas hay amor, pero lo demuestran de formas distintas. Y, asegura, se debe elegir para el hogar la manera que nos agrade más.

“Si la familia de nuestra pareja nos acepta, es un alivio, pero no siempre se da desde el inicio. Recordar que nuestra pareja debe abrirnos espacio en su familia y viceversa, luego cada uno se hace querer o no, pero debe quedar claro que el trato a nuestra pareja es como a uno mismo y hacerla respetar”.

Según Toyi de Jácome, psicóloga, orientadora y terapeuta familiar, es importante eliminar en el noviazgo el egoísmo, el sentido de posesión que se cree tener el uno hacia el otro y aprender a respetar la individualidad y libertad de la pareja. También, dice, hay que tener claro que no es una etapa de placer sexual. Por lo tanto, este pensamiento hay que cortarlo, ya que muchos novios piensan que se aman porque se entienden bien sexualmente.

Incluso durante el noviazgo hay que erradicar la mentira, el engaño, la traición y el irrespeto, porque son antivalores que no deben existir y deberán ser reemplazados por otros como el respeto, la honestidad, la transparencia y la fidelidad.

También, agrega, se deben eliminar las relaciones enfermizas de codependencia, como fruto de una mala elección al escoger a personas adictas al alcohol, drogas, sexo. Además, hay que evitar la rutina, para ello se deben crear situaciones diferentes.

Buen o mal camino
Una forma de saber si la relación marcha por buen camino, indica Villacrés, es cuando la pareja se siente feliz, amada, respetada y sobre todo cuando ha aprendido a comunicarse, comprendiéndose asertivamente.

“Las demostraciones de afecto son importantes, pero debe haber un equilibrio, y lo más necesario, que siempre estén presentes el respeto y la valoración hacia la pareja como tal, dándole el lugar que le corresponde”.

La pareja, expresa, puede considerar que algo está fallando en su relación cuando las peleas se vuelven frecuentes y no pueden hallar soluciones eficaces. Una de las causas más comunes es cuando uno de los dos no se enfoca en su relación y se deja llevar por terceras personas o problemáticas. Esto ocurre cuando uno de los dos no se encuentra capacitado para sobrellevar dificultades y la técnica que utiliza no es la más indicada para obtener una resolución.

Además, explica de Jácome, muchas parejas de novios no tienen la capacidad de reaccionar emocionalmente bien, ya que traen heridas resentimientos, falta de perdón y amargura del pasado. Por lo tanto, deberán procesar estas emociones hablándolas con los especialistas del caso tanto en el ámbito espiritual como profesional.

“Hay que concienciar que los patrones del pasado pueden provocar crisis mayores en el matrimonio, y que no se deben repetir conductas disfuncionales, maltrato, violencia intrafamiliar, entre otros. Tampoco pretender medir fuerzas para demostrar quién tiene el poder”.

Para evitar todo esto, ella sugiere a los novios tomar una consejería o taller prematrimonial, con consejeros expertos y capacitados psicólogos, orientadores familiares y terapeutas de parejas, quienes los acompañarán durante dos o tres meses aproximadamente para compartir y afilar algunos aspectos importantes que deben conocer antes de casarse, como por ejemplo, los acuerdos a los que deben llegar en función de dónde van a vivir, cuántos hijos van a tener, cómo se va a manejar la economía.

Además, tener la ayuda de un consejero espiritual, leer material de autoayuda que los oriente en esta búsqueda de respuestas, libros como Los cinco lenguajes del amor para matrimonios, de Gary Chapman; El matrimonio que siempre has deseado, del mismo autor.

Asimismo, ver películas que presenten la problemática de un matrimonio y cómo salieron adelante como A prueba de fuego, asistir a un retiro espiritual individual y luego a un retiro de parejas, donde serán afirmados en relación con dificultades y adversidades que presentaron en esta nueva etapa.

Por último, “el matrimonio es una experiencia desconocida. Por lo tanto, trae un sinnúmero de situaciones adversas que la pareja deberá atravesar, pero que deberá esforzarse para superarlas”, asegura.

 

buen matrimonio, si es posible

La psicóloga Cecilia Chávez Bowen de Larrea da variadas sugerencias para que el matrimonio funcione:
•  Ser sinceros, porque todo lo oculto se descubre (más con internet).
•  No esperar que nuestra pareja cambie porque nosotros lo queramos, solo se dan cambios por motivación propia.
•  Analice las señales, no crea que por usar alianza va a dejar de ser mujeriego o coqueta, ni van a resolverse los problemas previos solo por cambio en estado civil.  Sea realista.
•  Cuando tengan desacuerdos,  eviten perder la paciencia,  prefieran postergar la discusión para no llegar a ser groseros o herir los sentimientos.  Pero, no evite el tema cuando ambos estén serenos.
• Los problemas solo se resuelven comunicándose. No espere pelear y que al siguiente día todo siga igual. Pida perdón o perdone,  según sea el caso y no saque en cara lo pasado.

La psicóloga clínica Andrea Villacrés Palacios recomienda: •  Fomentar y mantener la comunicación siempre, ya que así existirá esa conexión que lleva a la comprensión de los sentimientos y pensamientos del otro, y a su vez al respeto mutuo.
•  Dar valor y prioridad a la relación, a la nueva familia que están conformando. Esta es la base de sus vidas para sostener el equilibrio emocional, no solo de la pareja, sino de los miembros que la van a conformar o que ya la conforman.

En cambio, la psicóloga Toyi de Jácome dice:
•  Orar juntos y poner siempre a Dios en medio de su relación.
•  No permitir que haya ningún ser humano que tome mayor importancia que su compromiso.
•  Tratar de tener un detalle importante o una palabra cariñosa para cada día.
•  Entender qué le molesta al cónyuge y trabajar para evitarlo.
•  Separar tiempo para estar solos y evitar la rutina y el mal humor.

 

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