Niños y deporte, una buena dupla

La edad escolar es propicia para fomentar la práctica deportiva y los valores que esta conlleva.

Un niño que practica deportes no solo obtiene un mejor desarrollo físico y de sus funciones motoras y cognitivas, sino que además muestra una mejor autoestima y desempeño social.

En su experiencia como director de Lacademia, el MSc. Miguel Eduardo Egas ha podido observar que el entusiasmo y la dedicación de los más pequeños (entre los 4 y 9 años) son superiores que los de los deportistas de mayor edad, lo que repercute en que los avances de los pequeños son más acelerados. Los niños que hacen deporte van desarrollando hábitos de organización y aprenden a manejar mejor su tiempo, de tal manera que pueden cumplir con sus tareas escolares sin que les afecte el tiempo que destinan al deporte.

Padres y maestros motivados

Egas señala que los padres son los más grandes referentes de las aficiones y costumbres que desarrollan los niños. Sus primeros conceptos y percepciones del mundo están estrechamente ligadas a los estilos de vida que imponen los padres en el hogar. Por este motivo, los padres deben no solo fomentar la práctica del deporte en sus hijos, sino también hacerla parte importante de la cultura familiar, en la que los niños la asocien directamente con momentos de felicidad, unión familiar, sana competencia y otros valores que se pueden interiorizar a través del deporte.

Las instituciones educativas tienen en el deporte una gran oportunidad para formar a los educandos, sostiene Egas, pues son momentos en los que los valores inculcados en las aulas dejan de ser abstractos para convertirse en verdaderas experiencias de vida: solidaridad en el trabajo en equipo, disciplina y perseverancia en los entrenamientos, constancia en alcanzar los objetivos deseados, respeto al rival y a la autoridad, valentía para aceptar la derrota, humildad para festejar el triunfo, etcétera.

Escenarios deportivos

Niños y jóvenes que no cuentan con instalaciones deportivas adecuadas cercanas a su hogar dependen de la actividad física que les provee la escuela o el colegio.

Respecto de esto, el planificador deportivo Roberto Rojas plantea retomar las competencias intercolegiales, que “eran eventos de verdadera animosidad en el deporte”.

Reconoce que al momento hay varios programas de actividad física muy importantes, tales como los que efectúa el Ministerio del Deporte para reducir el sedentarismo a través de bailoterapia y aeróbicos; la Prefectura del Guayas, por medio de sus escuelas deportivas; el Municipio de Guayaquil, con los ciclopaseos y proyectos de actividad física en los CAMI (Centro de Atención Municipal Integral); la Federación Deportiva del Guayas, con su programa Domingos en Familia, escuelas de formación deportiva y preparación integral de talentos deportivos... Pero considera que son iniciativas aisladas que deberían articularse mediante un eje integrador para que la práctica deportiva llegue a los sectores populares.

Adicionalmente, considera que por medio de la práctica deportiva se puede contribuir eficazmente a prevenir el consumo de drogas entre los jóvenes, ayudándolos a hacer frente a situaciones difíciles y potenciando su personalidad y confianza en ellos mismos, transmitiéndoles los valores de autodisciplina, justicia y cooperación, que forman parte de la ética olímpica.

Deporte y diversión

Montar en bicicleta, encestar canastas, tapar goles o ir a la piscina suponen un estímulo deportivo para los pequeños. Los padres que comparten con sus hijos estos momentos de diversión están a la vez fomentando un saludable hábito.