Lactancia en público

13 de Septiembre de 2015

Lo que es natural para unos incomoda a otros. ¿Cuál es el interés que debe primar en el caso de la lactancia? Según Unicef Ecuador, es necesario amamantar sin restricciones, cada vez que el bebé lo pida.

¿Iría usted a comer cada comida al baño?, pregunta Stefania Pow Chon Long, consejera y educadora de lactancia certificada y creadora de la organización La Vía Láctea (lavialacteagye.com), que provee programas de formación para padres. Su cuestionamiento es parecido al de la campaña When Nurture Calls (Cuando la crianza llama), un juego de palabras entre la necesidad de amamantar y la de ir al baño.

Los responsables de este proyecto fueron los estudiantes de la Universidad del Norte de Texas Jonathan Wenske and Kris Haro, en apoyo a una propuesta de ley que protegería a las madres que alimentan a sus bebés fuera de casa. Se trata de una serie de fotografías de mujeres y bebés lactantes encerrados en baños públicos con la leyenda “¿Tú comerías aquí?”, y con una declaración que concluye en que “un bebé nunca debería comer allí donde la naturaleza llama”, refiriéndose al inodoro.

Amamantar sin restricciones

La psicóloga clínica Annabelle Arévalo Lata, del Centro ecuatoriano para la promoción y acción de la mujer (Cepam), afirma que hay que entender que la demanda de alimento de los bebés no tiene horario ni lugar y es distinta en cada niño, de modo que la Organización Mundial de la Salud y Unicef recomiendan la leche materna de forma exclusiva hasta los 6 meses y de ahí en adelante, combinarla con alimentos adecuados.

Arévalo dice que la lactancia va más allá de un proceso de nutrición, pues establece bases prioritarias para el apego entre madre e hijo. Es decir que para los bebés y sus mamás, comer es también un acto social, aunque no implique preparación de los alimentos o instrumentos especiales.

Para la nutricionista Gabriela Prócel, la resistencia a ver a una madre amamantando a su hijo fuera del hogar es un tema cultural. No en todas las sociedades es mal visto. “Al tratarse de un acto de alimentación, no puede ser visto como antinatural. Es como si los adultos nos avergonzáramos de comer en público”. Menciona campañas prolactancia que tratan de cambiar lo que llama “el mito de la desnudez humana”.

Espacios de lactancia

El valor emocional de la lactancia es uno de los aspectos más importantes para sus defensores. Pow propone campañas de información como las ‘grandes lactadas’, que congregan a madres y bebés en sitios abiertos, para establecer récords de lactancia y orientar a las personas sobre cómo reaccionar al ver a una mujer dando de comer a su niño. “Los pechos están completamente sexualizados. Está bien que una artista use un vestido prácticamente invisible en una gala, pero está mal que una mujer amamante a su hijo en un restaurante de moda”.

Arévalo se manifiesta en contra de recriminar u obligar a la madre a utilizar un lugar concreto para dar de lactar, y hace referencia a las políticas públicas de algunos países de la Unión Europea en favor de la lactancia en espacios públicos. “Dar el pecho no es exhibicionismo ni indecencia. Es un acto de amor y una necesidad vital. Si una madre quiere mayor privacidad, que sea por voluntad propia y no por prejuicios de otras personas”.

Hay opciones diseñadas en consideración a las madres que se sienten incómodas al amamantar en público, indica Prócel. Están las mantas de lactancia y los portabebés blandos. Ambos ocultan el pecho y los segundos dejan las manos libres mientras sujetan cómodamente al bebé al cuerpo de la mamá; son especialmente útiles para viajar.

También existen salas de lactancia o salas para atender al bebé en sitios como los centros comerciales. Son espacios cómodos y sin ruido para facilitar la alimentación de los niños y la extracción de leche. La nutricionista las ha encontrado en oficinas privadas.

Motivaciones

Las razones para promover la lactancia no son únicamente sociales. Se trata de una cuestión de salud pública. Los datos de la Encuesta Salud y Nutrición 2011-2013 (Ensanut) indican que hasta el mes de vida, 52,4% de los niños ecuatorianos se alimentaron exclusivamente con leche materna; en el grupo de 3 a 6 meses bajó al 48%, y de 4 a 5 meses, al 34,7%. A medida que mejora el nivel de instrucción, la proporción de madres que amamantan a sus hijos hasta los 5 meses disminuye, según el informe.

Prócel señala que el hecho de que en Ecuador gran parte de los niños menores de 6 meses se alimenten con otros alimentos o líquidos que no son leche materna es causa de aparición de enfermedades crónicas no transmisibles, además de sobrepeso y obesidad. “Los seres humanos tenemos un periodo crítico que son los primeros mil días de vida, que incluyen el periodo de gestación hasta el segundo año”, anota Prócel. “En esta etapa se produce un crecimiento que no se va a volver a repetir en la historia de la persona. También se produce maduración, desarrollo y programación de los sistemas, que puede ser positiva o negativa”.

Importancia en salud mental

De acuerdo con un estudio conducido en 14 mil madres primerizas, publicado en la revista Salud Materna e Infantil, amamantar reduce a la mitad el riesgo de depresión posparto. Entre las posibles explicaciones está la liberación de hormonas como la oxitocina, que generan una sensación placentera y estimulan a la madre a tratar de comunicarse con el bebé.

Por otro lado, la misma investigación encontró un gran incremento en el riesgo de depresión en las mujeres que quieren amamantar a sus bebés, pero no pueden hacerlo por problemas de salud, dificultades laborales o sociales.

Rosemary Dodds, consultora de políticas del fondo británico National Childbirth Trust (NCT), dice que las madres a menudo experimentan tensiones después del parto, como dolor, sueño irregular y ansiedad. Amamantar puede ayudarlas a relajarse y reducir el estrés, y puede ser importante para prevenir el desarrollo de problemas de salud mental.

Entre las recomendaciones del NCT están promover una cultura favorable a la lactancia a través de prácticas que abarquen la educación, empleo, negocios, sistemas legales, servicios de salud y entretenimiento. La organización argumenta que la mayoría de las mujeres quiere amamantar y necesitan información y apoyo para hacerlo todo el tiempo que ellas decidan.

“La lactancia”, asegura el fondo en uno de sus comunicados, se ve amenazada por presiones comerciales, por la cultura occidental moderna y por prácticas laborales, y necesita protección. Es importante para la salud y el bienestar, en especial para familias en desventaja. Tiene un impacto mínimo en el medio ambiente, así que es parte de una forma de vida sostenible”.

Educación para las madres

En los países desarrollados, las mujeres con mayor instrucción tienen mayor tendencia a amamantar a sus hijos. En nuestra región es diferente, según muestra Ensanut. Las mujeres con educación superior son las que deciden cada vez menos dar el pecho a sus hijos.

“Eso puede estar en relación al modo de vida, de las barreras que encuentra una madre para dar de lactar, especialmente en el trabajo”, opina Prócel. “Esas barreras pueden estar presentes desde antes de dar a luz. Una mamá que no está preparada para el concepto de lactancia no sabe, por ejemplo, que no debe ser separada de su bebé en la primera hora de vida, porque es una ‘hora de oro’. Si se pierde esa oportunidad, hay menores posibilidades de implantación de la leche materna”.

Las madres también deben saber que la leche extraída mantiene algunos de los beneficios originales, no todos. Por ejemplo, los factores inmunológicos que atraviesan la leche materna se pueden perder parcialmente. Ciertos macrófagos mueren en el frasco a medida que se congela y se calienta. Y a pesar de eso, la leche extraída es superior a la fórmula.

Beneficios hasta los 2 años

Sobre la edad conveniente para dejar de amamantar, Prócel reconoce que una corriente promueve extender la lactancia mientras la madre y el niño quieran, pero dice que no hay evidencia de que esto vaya a ser beneficioso después del segundo año, ya que los nutrientes de la leche no son suficientes para el crecimiento del niño, y pierden importancia frente a una alimentación equilibrada. (D. V.) (F)

 

Mitos de la lactancia

• Dar coladas a las mamás para que ‘se asiente la leche’. La mamá lo que necesita es una nutrición balanceada y mucha agua, no necesariamente coladas. El problema es que estas tienen muchos carbohidratos, y en vez de ayudarla a nutrirse bien, la hacen engordar.

• Ir muy abrigadas, porque sino se enfría la leche y se resfría el bebé. Tampoco es verdad. La mamá necesita sentirse cómoda.

• Tomar agua de Paraguay u otras infusiones. El líquido ayuda, pero hay que tener en cuenta que no vaya a producir algún efecto. Antes de tomar cualquier tipo de agua aromática, la mamá debe consultar con el pediatra.

• La madre no puede comer ciertos alimentos durante la lactancia. Unicef Ecuador dice que la mujer necesita una dieta balanceada. No hay alimentos que aumenten o disminuyan la producción de leche. A mayor succión corresponde una mayor producción de leche.

La lactancia es especialmente importante para familias en desventaja y tiene un impacto mínimo en el medio ambiente, es parte de una forma de vida sostenible”.
National Childbirth Trust

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