El mundo de los introvertidos

05 de Agosto de 2012
Sheyla Mosquera de Calderón

Hay personas que prefieren pensar mucho antes de hablar y tomar decisiones, por ello deslumbran al actuar. Bill Gates, Gandhi y Picasso son ejemplos.

Muchos creen que la introversión es un defecto, pero no es así. Es una característica de la personalidad en la que algunas personas muestran preferencia por entornos más tranquilos, menos ruidosos, con bajo nivel de estimulación y sin aglomeraciones de gente, a diferencia de las extravertidas que necesitan de todos estos impulsos para sentirse cómodas.

La psicóloga estadounidense Susan Cain en su libro Tranquilo. El poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar, hace una exposición a la introversión y defiende que, aunque nos hayan hecho creer lo contrario, esta tiene muchas ventajas. De hecho, grandes hombres y mujeres, son o han sido introvertidos natos.

Uno de ellos es el científico Albert Einstein, de quien se sabe que en buena parte de su infancia fue considerado como un alumno con deficiencias mentales, y luego se descubrió que era un ser superdotado.

Según la psicóloga clínica Glenda Pinto Guevara, está comprobado que el 70% de los individuos con un coeficiente intelectual de nivel genio es proclive a la introversión o bien comparte esa característica.

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Además, existe el estudio (Silverman, 1986) que demuestra que el porcentaje de coeficiencia intelectual de estas personas está en aumento. Así como también otras investigaciones indican que los introvertidos responden a determinaciones genéticas más que a circunstancias personales, y que no requieren de grandes dosis del neurotransmisor dopamina para estimularse.

Cain también dice que “los introvertidos no son más listos que los extravertidos. De acuerdo con los valores de CI, los dos tipos de personalidad tienen cocientes intelectuales parecidos; y en algunas habilidades, especialmente las que están relacionadas con las presión social y la multitarea, los extravertidos tienen más habilidad que los introvertidos”.

Bill Gates

Para Pinto un mundo sin introvertidos sería un mundo con pocos científicos, músicos, artistas, poetas, cineastas, doctores, matemáticos, escritores o filósofos. Un ejemplo es Bill Gates, el fundador y presidente de Microsoft, y el segundo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes (2011).

Cuando tenía 12 años, los chicos de su clase lo creían ridículo y un payaso. Por eso, Gates intentó por varios años no mostrar interés en ellos, huía de la gente y prefería leer libros en el sótano de su casa.

Tal comportamiento preocupó a sus padres, quienes lo llevaron a donde un psicólogo. El resultado fue que Bill Gates no tenía ningún problema psicológico, más bien poseía un gran poder de concentración, lo que le permitió pasarse largas horas escribiendo códigos.

Asimismo, hay otros personajes introvertidos que se han destacado por sus méritos creativos e intelectuales. Estos son Picasso, Mahatma Gandhi, Barak Obama, Al Gore, entre otros.

Para la psicóloga clínica Linda Coronel de Arias, estas personas han alcanzado fama debido a su naturaleza introvertida, por su gran capacidad de análisis, y por saber escuchar las ideas de los demás, ya que se han dedicado a investigar profundamente cada tema, sin tratar de vincular varios a la vez.

“Su claridad, coherencia y tranquilidad les ha servido para ganar muchos adeptos proactivos que han confiado plenamente en ellos, y que son un complemento para el logro de sus ideales”.

Analizan las situaciones

Los introvertidos, dicen las psicólogas, también tienen una forma muy particular y hasta individualista de analizar las situaciones, y reparan más en detalles y en otros aspectos de una realidad, lo que les permite realizar un análisis más profundo de un problema, que otras personalidades suelen pasar por alto.

Incluso, dice Coronel, les agrada que los valoricen por su forma de ser y actuar. Miran siempre hacia sus experiencias internas y, además, dan la impresión de ser cohibidos, pero, en realidad, no necesitan de mucho público para sentirse felices, pues ellos pueden ser muy sociables en círculos íntimos o familiares los cuales disfrutan.

Pero también, agrega, el introvertido es muy sensible frente a las críticas y burlas de sus familiares y amigos. Situación que lo indispone mucho frente a este tipo de situaciones. Y la manera de expresarse, en estos momentos es directa, porque no ven la necesidad de irse por las ramas con bromas sociales.

Timidez vs. introversión

En muchos lugares del mundo, dice Pinto, se tiende a confundir timidez con introversión, cuando son en realidad dos aspectos diferentes que tienen una similar caracterología, y por ende, no son excluyentes y pueden coexistir.

“Mientras los introvertidos prefieren tener pocos amigos, los tímidos por miedo no llegan a tenerlos y esto les impide relacionarse y se aíslan”.

En realidad, agrega, lo que confunde a la gente es que al no haber desechado ciertos mitos sobre la introversión se la ha considerado desde hace mucho como un defecto o una mala característica personal, e incluso la causa responsable de ciertas “falencias” como la baja autoestima, la falta de adaptación a situaciones sociales exigentes o de ciertas habilidades cognitivas o de un rendimiento escolar deficiente.

Tal es así, dice, que existe en nuestro medio una gran preocupación por corregir ese “defecto” en la formación escolar. Incluso, constituye un motivo de preocupación, tanto por parte de los padres como de los maestros, que llegan a ser especialmente exigentes con sus hijos o alumnos.

Hogar y trabajo

Según Linda Coronel, a los introvertidos les resulta más difícil encontrar pareja dada su apariencia de timidez y de abstracción, pero luego en la intimidad de su hogar son afables, apasionados, solidarios, se preocupan por el bienestar de los suyos y entablan comunicación, sobre todo, si son temas de interés para ellos. No obstante, aun así necesitan tener su tiempo de soledad en la que recargan sus energías.

En cambio, en el ambiente laboral son personas que permiten las iniciativas de sus compañeros, son persistentes, cautelosos y obstinados en el cumplimiento de sus deberes.

Es más, dice Susan Cain, suelen enfrentar mejor las crisis: no intentan llamar la atención con las soluciones que plantean. Y, al ser más pausados, se dan más tiempo para reflexionar los pros y los contras de una situación. Es por eso por lo que son grandes negociadores, sobre todo, porque piensan antes de hablar, se expresan con tranquilidad y saben escuchar.

Por último, Pinto cree que todas las personas poseemos un grado mayor o menor de introversión y que este cambia a lo largo de nuestra vida junto con nuestras circunstancias y madurez personal. De ahí que los introvertidos puros, son muy pocos. Por lo que el desconocer sus grandes cualidades, equivale a desconocer nuestras grandes potencialidades humanas.

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