Crisis justo antes de la boda

24 de Enero de 2016

Muchas parejas planean un futuro en común, pero para algunas ese intento de mirar hacia adelante es justamente un indicador de que la relación ha dejado de prosperar.

Usted ya ha hablado con su pareja sobre cuántos hijos quisiera tener y también sobre cuáles serían los nombres favoritos. Ambos han comentado al pasar cuál sería un lugar bonito para celebrar la boda. De pronto, uno de los dos dice “basta, hasta aquí llegamos”. Se acabó la relación. ¿Y ahora qué?

Terminar con una pareja que ha funcionado a la perfección durante años no es sencillo. Pero es cierto que a largo plazo tampoco funcionará quedarse junto a alguien solo por comodidad o porque la normalidad marcha sobre rieles. Hay que tener la claridad para separarse antes de asumir más compromisos.

Es mejor poner el freno a tiempo en lugar de dejar pasar los años y luego ver que, en retrospectiva, fueron tal vez décadas de convivencia pasiva. Cuando el vínculo está muy establecido en el día a día, pueden ser fuertes las dudas: ¿me separo o no?

Para despejarse, es de gran ayuda una separación temporal. No es una situación que siempre derive en la separación. También hay quienes durante ese tiempo se percatan de que no podrían vivir sin el otro.

Lo principal es saber que en esa etapa todos deben poder transitar una fase de duelo, permitirse no pensar, ni hacer nada. Y es bueno recordar que la vida no siempre avanza tal como uno la había planeado. Solo quienes tengan presente y acepten esta gran verdad podrán remontar vuelo.

Separación de bienes

La psicóloga Susana de Rumbea estima que las circunstancias adversas pueden detectarse desde el comienzo de la relación, y ser dialogadas con claridad y sinceridad, asegurándose de que el mensaje fue entendido y de que cada uno escuchó con actitud positiva las respuestas del otro.

Una de estas situaciones es la posible diferencia en la situación económica de los cónyuges. “Para el que ama, es doloroso percibir que a la otra persona le interesa solo lo económico, y esto es notorio en las conversaciones: el deseo manifiesto de tener lujos, viajes, autos nuevos. Y si ninguno de los dos produce los recursos para lograr esos objetivos, por triste y doloroso que sea no conviene seguir la relación”.

Cuando uno de los dos posee bienes heredados o adquiridos por cuenta propia, y reconoce en su pareja rasgos de irresponsabilidad, audacia, proclividad a contraer deudas, a mentir o tendencia a aparentar riquezas, y aún así desea casarse, debería pensar en la separación de bienes, pues así asegura su futuro y el de sus hijos.

“Las separaciones son dolorosas, es reconocer un fracaso de los dos”, reconoce la psicóloga, “sin embargo las heridas cicatrizan, sobre todo si se sana espiritualmente. Así pueden en un futuro encontrar un nuevo amor. Es más fácil hacerlo cuando el sentimiento de culpa desaparece, cuando cada cual se siente seguro de sí mismo”.

También estima que actualmente hombres y mujeres tienen posibilidades de rehacer su vida de pareja, pues trabajan, asisten a compromisos sociales, viajan y pueden ampliar el círculo de amistades “y por qué no, de futuros pretendientes”. (F)

 

¿Cómo seguir después de una ruptura?

Para la parte de la pareja que no dudaba y que estaba segura de que lo más maravilloso sería seguir adelante en el plan de vida con el otro, la separación es un golpe durísimo, que da de lleno en la autopercepción y en la valoración que uno tiene de sí mismo, ya que de pronto se siente rechazado y, además, pierde toda la estructura de vida que había anhelado y planeado.

Los terapeutas consultados recomiendan no lanzarse en busca de una nueva persona con la que uno pueda cumplir directamente todo lo que tenía planeado. Porque si bien la boda y los niños hubiesen sido el próximo deseo a cumplir, no son pasos que se puedan dar con cualquier persona. Por lo general, saltar y sumergirse de inmediato en una nueva relación para lograr todos los objetivos suele fallar.

La parte afectada por una separación hará bien en tomar parte activa del proceso e intentar ver qué elementos positivos puede obtener de esa experiencia. Puede ser una oportunidad para pensar bien qué se quiere en el futuro y qué no. Es una chance para formatear el disco rígido, resetear el programa y darle un nuevo rumbo a la vida.
Eso sí: los especialistas en pareja advierten que no es bueno buscar a alguien bajo la premisa de ser cien por cien feliz. Quienes buscan pareja con ese único objetivo, suelen resultar poco atractivos, comenta el experto en vínculos Dominik Borde. La pareja nueva, si siente esa presión, sale despavorida, asegura.

Borde también observa que suele ser poco productivo mantener contacto con la expareja, ya que en cada encuentro o llamado que se produce vuelve a encenderse la chispa de la esperanza de que la relación podría volver a funcionar. Si alguien quiere sentir pasión en una nueva relación, debe cortar con la anterior. Y habiendo más de 7 mil millones de personas en el mundo, las probabilidades de volver a enamorarse no son bajas.

 

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