Claves para ser amantes de verdad

12 de Noviembre de 2017
Sheyla Mosquera

Los expertos en sexualidad humana creen que el verdadero amante es quien mantiene su vínculo conyugal sólido.

Un buen amante no es quien tiene una gran habilidad en la práctica de las famosas posiciones sexuales del Kamasutra. Es más que eso. Es lograr que la pareja se sienta complacida en todo sentido: desde la pasión encendida hasta los momentos simples o difíciles de la vida.

Para el psicólogo clínico Samuel Merlano, la clave para ser verdaderos amantes está en hacer que el vínculo sea sólido. Para ello, los cónyuges se deben sincronizar en tres aspectos: filial, erótico y espiritual.

El primero consiste en aprender a ser amigos. Una amistad profunda en la que ambos adquieren simpatía, conversan, disfrutan, no se critican, se aceptan como son y son incondicionales.

El segundo aspecto radica en alcanzar la mutua satisfacción erótica. Sin embargo, a veces, es complicado cuando uno de los dos quiere autosatisfacerse o que lo satisfagan, pero no piensa en complacer al otro.

Y el tercero es la búsqueda de la espiritualidad que produce fortaleza, motivación y bienestar físico y mental. A través de la meditación o, si comparten la fe, dejándose guiar por el Todopoderoso. La sincronización crea intimidad en la pareja y permite amarse, quererse y aceptarse.

¿Pareja o socios?

Pero, según la psicóloga clínica Cecilia Chávez Bowen de Larrea, cuando la intimidad se descuida, la motivación por mantener el matrimonio baja, hasta que dejan de ser pareja y comienzan a ser padres de familia, socios en la compra de un bien o solo amigos.

“La confianza se pierde y cada uno se guarda cosas, ya no se proyectan juntos a futuro y se imaginan una vida aparte. Si este proceso no se revierte, lleva a la separación o a la infidelidad”.

Por eso, las parejas deben prepararse para ser verdaderos amantes. El sentimiento de unión e intimidad mantiene la chispa para que el matrimonio sea feliz.

Cuando se pierde este sentimiento, explica la psicóloga, las cosas que antes se pasaban por alto (el desordenado, la gastadora) se vuelven notorias y empiezan las peleas y silencios. Las tentaciones se hacen mayores y prácticamente se las justifica.

Merlano pone como ejemplo de tentación la película estadounidense Mentiras verdaderas (1994) protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Jamie Lee Curtis. Él era un espía que por razones de seguridad nacional ocultó su verdadera profesión a su esposa. Ella empezó a aburrirse del hombre gris y rutinario, que según creía era un vendedor de ordenadores. Necesitaba experiencias fuertes y salir de la rutina. Hasta que un vendedor de autos interpretado por Bill Paxton se hizo pasar como espía y comenzó a seducirla. Ella estuvo a punto de ser infiel a su esposo, pero este descubrió la inquietud y tras interrogarla secretamente sobre su relación matrimonial decidió reparar el daño y hacer que viva aventuras, riesgo, pasión.

El film, comenta el psicólogo, muestra lo que pasa en una relación de pareja. Cuando hay descuido y no se alimentan afectiva ni sexualmente se hacen sedientos de amor y de pasión.

Este comportamiento, agrega, se origina en la parte cerebral. El ser humano, según la teoría evolutiva del neurocientífico estadounidense Paul McLean (1913-2007), es en realidad tres cerebros en uno: el neocórtex o racional, el límbico o emocional y el reptil o primitivo.

El neocórtex nos domina en un 12%, mientras que el límbico y el reptil tienen más del 75%; el último es de donde surgen los impulsos más profundos y la persona los emplea para sobrevivir.

Merlano afirma que cuando la persona está vacía afectivamente, se estimula el sistema límbico emocional y reptil de supervivencia. Y el nivel de aceptación a esa tentación será mayor.

Es querer que la pareja se sienta bien, que las relaciones sexuales sean muestra de amor mutuo, deseo y admiración; sentirnos atractivos y deseables, pero también amados. Ponernos en manos de la pareja”.
Cecilia Chávez-Bowen

Dimensión erótica

El sexólogo Germánico Zambrano Torres señala que las personas asumen que ser buenos amantes radica en los aspectos físicos del acto sexual y se quedan estancados en creer que las poses son todo. Pero, la verdadera dimensión erótica está en la habilidad o destreza psicoafectiva para hacer vibrar de pasión a la pareja.

Estudios científicos, agrega, describen cómo se logra encender la pasión. Se refiere a los aspectos biopsicosociales implícitos en la fisiología, respuesta sexual humana o etapas que atraviesa la persona desde que se motiva, excita y llega a la plenitud orgásmica.

Masters y Johnson (1966), pioneros de la sexología, la describen de forma lineal o secuencial: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Helen Kaplan (1974) incluye una fase previa de deseo. Por lo que en la actualidad se considera que son deseo, excitación, orgasmo y resolución.

Incluso, nuevas investigaciones (Rossmery Basson, 2010) plantean un nuevo modelo circular que se da en algunas mujeres. El deseo en ellas no es comúnmente el comienzo de la respuesta sexual, como sucede en el varón, sino que se inicia con un periodo de intimidad con su pareja y luego de la excitación, le sigue la fase del deseo sexual.

Las parejas, comenta Merlano, lo primero que requieren es afectividad e intimidad. Y cuando estos dos ingredientes están presentes con la creatividad se logra la satisfacción sexual. “Para mí, cualquier tipo de enseñanzas a nivel de las posiciones sexuales es un tema complementario”.

Zambrano añade que si, por ejemplo, el varón es buen amante va a poder disfrutar de una excelente salud sexual. Para esto, es necesario que se sienta bien en el desempeño sexual con su pareja, no solo por placer que puede brindarle a él, sino también por compartir y ver que esta lo disfruta. En esos momentos se logra conexión física y espiritual única.

Esa conexión, refiere Chávez Bowen de Larrea, significa conocerse, saber cómo se sienten y qué necesitan. Conversar de todo, incluyendo fantasías, temores, mitos, tabúes y falsas vergüenzas con los que cada uno ha crecido. “Es querer que la pareja se sienta bien, que las relaciones sexuales sean muestra de amor mutuo, de deseo y admiración; sentirnos atractivos y deseables, pero también amados. Ponernos en manos de la pareja”.

Tips para una relación amorosa

El sexólogo Germánico Zambrano sugiere:

-Aprender que la diferencia entre tener sexo y hacer el amor, es lograr la intimidad emocional con la pareja; la conexión afectiva y confianza. No en vano los famosos sexólogos Masters y Johnson, dicen que el acto sexual empieza cuando aún se lleva la ropa puesta.

-Hacer sentir sexi y deseada a su pareja.

-Conocer qué le gusta en la cama y jugar a darle gusto.

-Disfrutar del preámbulo. Saber que la respuesta sexual femenina tarda más en excitarse.

-Ser creativo, innovar e informarse.

La psicóloga clínica Cecilia Chávez Bowen propone:

-Entender que hacer el amor no puede ser egoísta, pero tampoco un sacrificio. Se hace el amor en cada gesto y cada frase que intercambiamos con la pareja. Todo lleva a sentirse en intimidad o distantes.

-Evitar la rutina. Es bueno y divertido que la pareja explore cosas nuevas. Por ejemplo, puede visitar un sexshop.

-Buscar tiempo para compartir.

-Ver juntos películas eróticas y “escapar” a un hotel o a un sitio que los emocione.

-Escuchar a su pareja qué fantasías tiene, qué le gusta más (no suponer) o qué quisiera probar, entre otras.

-Mantener buena higiene y arreglo personal.

El psicólogo Samuel Merlano recomienda:

-Trabajar mucho en su crecimiento, fortaleza y desarrollo.

-Tener una autoestima saludable y un amor propio estable para poder intercambiar afectividad.

-No casarse para que alguien le haga feliz, sino para intercambiar felicidad, proyectos, sentimientos y pensamientos.

-Establecer un vínculo profundo de igual a igual.

-Desintoxicarse del pasado, de esos ambientes negativos y destructivos, que de una u otra manera lo va a querer compartir en la nueva relación. Se soluciona con psicoterapia y los cursos prematrimoniales.

 

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