Recrearse a gusto

08 de Enero de 2012
  • Niñas de la academia Danzas Jazz durante una clase de danza.
  • Niños y adolescentes del campamento Aire Libre mientras circunvalan la laguna de Cuicocha, en la provincia de Imbabura.
  • Estudiante de piano en el conservatorio Federico Chopin.
Sheyla Mosquera de Calderón

Toda actividad recreativa que los niños o adolescentes realicen debe ser elegida por ellos mismos de acuerdo con sus intereses y aptitudes, es la única forma de que sea provechosa y divertida.

Salir de vacaciones es lo mejor que puede pasarle a algunos niños y adolescentes. Mientras unos están pensando en realizar actividades relacionadas con el arte, otros buscan hacer deportes o quizás simplemente ir en busca de aventuras.

Definitivamente, son seres que saben cómo divertirse aprendiendo. Esto porque sus padres descubrieron en ellos que tenían aptitudes y supieron dar rienda suelta a esos intereses.

Sin embargo, hay progenitores que aún desconocen o dudan en qué tipo de cursos o talleres conviene inscribir a sus hijos. Pero los profesionales indican que obtener esa respuesta no es tan difícil, solo basta observarlos.

En música, por ejemplo, si el niño canta constantemente y pide que lo inscriban en algún curso vacacional para aprender, es porque tiene interés en ella. Entonces, dice Elina Félix Manzano,subdirectora del Conservatorio de Música Federico Chopin, es cuando los padres deben aprovecharlos y darles la oportunidad de descubrir qué tan buenos son.

Para ello, agrega, será necesario que los lleven a clases y hacerlos estudiar en casa también, porque si existe el talento, la formación académica y la constancia lograrán las metas.

“Todo niño que estudia música es más organizado e incluso la lectura musical despierta en él la parte intelectual, la lógica y la sensibilidad. Además, mejora las relaciones interpersonales”, asegura Manzano.

Asimismo, agrega, la práctica grupal y el esfuerzo por lograr una afinación correcta, la concepción general de la obra y la perfección en la interpretación llevan al alumno al éxito y a obtener grandes satisfacciones personales, sobre todo, a una conciencia de grupo, estrechando vínculos de amistad y de respeto entre ellos, además de la  admiración por sus profesores.

Artes plásticas

En cuanto a las artes plásticas que agrupan  la pintura, escultura, dibujo, técnicas de grabado, arte gráfico, entre otras,  la Lcda. Fátima Ampuero, rectora encargada del Colegio de Bellas Artes, cree que los niños y adolescentes que se inscriben en algún curso o taller es porque tienen aptitud. Son personas que constantemente pintan, dibujan o esculpen en plastilina o barro.

El artista plástico generalmente es pasivo y necesita tener tranquilidad para poder crear. Siempre es pensante, tiene desinterés por lo externo y más bien se fija en los conflictos de la humanidad, y los plasma de acuerdo con sus sentimientos en sus obras.

Para hacer, por ejemplo, un cuadro o una escultura su temática puede ser de algún conflicto o de situaciones especiales relacionadas con la mendicidad o pobreza, entre otras, y en cuanto al arte gráfico, a la forma de hacer publicidad.

Pero las artes plásticas no solo conviene a aquellos que tienen aptitud, sino a aquellos que necesitan ir corrigiendo su forma de escribir. Lo logran al desarrollar las destrezas al esculpir o dibujar.

Artes escénicas

Para José Miguel Salem, director de Danzas Jazz,  las bases que se necesitan en las artes escénicas para ser un futuro artista integral o un ser humano de éxito son la danza, el canto y la actuación. Los integrantes no solo reciben clases de estilos de danza como el jazz, hip hop, danza lírica, moderna y canto, sino que aprenden los primeros ejercicios de solfeo y entrenamiento vocal con prácticas de canciones pop (de moda). Incluso en la rama de la actuación disfrutan de diferentes clases de interpretación, improvisación, vestuario, utilería y expresión corporal.

“Con la danza el ser humano aprende coordinación y ritmo, entre otros, pero también a sentir la música y vivirla a plenitud, lo que ayuda a desarrollar mucho más los sentidos y a la vez la responsabilidad de trabajar en equipo. Además, agiliza la memoria durante el aprendizaje de las diferentes coreografías”.

Tanto el canto como la actuación, agrega Salem, permiten el desarrollo de la personalidad mediante la caracterización e interpretación de diferentes personajes. Los alumnos descubren varios aspectos de su personalidad que jamás los han sentido y con el canto tienen la facilidad de la interpretación, lo que les da una sensación de libertad y satisfacción que ayuda mucho a sentirse seguros, positivos y triunfadores.

Emociones, etiqueta e imagen

Las vacaciones también son propicias para desarrollar las habilidades sociales y emocionales en los niños y adolescentes. Según el psicólogo Wilson Betancourt, director del Centro Privado de Atención Psicológica (Ceprivap),  las pueden ampliar mediante programas de inteligencia emocional, en los que se aprende sobre cómo es la personalidad o las ventajas de tener autocontrol de nuestras emociones.

Incluso, agrega, ayuda a desarrollar las habilidades para hacer amistades, hablar en público o mejorar la memoria, la atención, el razonamiento, la espontaneidad, la seguridad, entre otros aspectos. “La mejor manera de lograrlo es a través de actividades lúdicas o dinámicas que buscan que los participantes ganen más conciencia sobre su manejo emocional.

Según Marielisa Marques, experta en etiqueta e imagen, es importante que las disciplinas que maneja sean adquiridas desde los primeros años de vida, porque ayudan a incrementar la habilidad social, a reforzar la personalidad y autoestima, y aprender a conducirse dentro de la sociedad con seguridad.

Sin embargo, para aprender etiqueta e imagen, agrega, es importante ser guiados en cómo saludar o comunicarse. Además, sobre postura en la mesa, el uso de servilletas o en evitar los ruidos al comer, y todos los aspectos que deben tomar en consideración en lugares públicos para que las demás personas se sientan a gusto con su presencia.

Es importante recalcar, dice Marques, que en estos cursos de etiqueta se refuerza lo aprendido en casa y la participación de los padres es primordial para lograr un cambio integral en el niño o adolescente, lo cual lo proyectará como un adulto respetuoso para convivir con los demás.

Aparte de los conocimientos de etiqueta, agrega, también es necesario recibir modelado, para corregir la postura, caminar con elegancia y proyectarse con seguridad. Asimismo, hay que aprender sobre arreglo personal, porque en su momento asistirán a eventos sociales o fiestas. Entonces, estos conocimientos refuerzan su autoestima al quererse y sentirse bien consigo mismos.

Para la psicóloga Blanca Zea otra buena idea para los chicos es inculcarles el amor por la lectura, porque es parte del desarrollo intelectual de una persona. “Esto se hace desde el vientre materno, porque su madre debe leer, informarse, actualizarse desde esa etapa. Si lo hacemos, estamos estimulando el crecimiento intelectual y el reforzamiento de las inteligencias  múltiples”.

Ellos se destacan en concursos de libros leídos, poesías, eventos literarios, entre otros. Además, la buena lectura aumenta y desarrolla la personalidad y autoestima.

Grandes lecciones

Con seguridad, dice el andinista y educador Fabián Zurita,  asistir a un campamento es ingresar a un mundo de aventura que exige mucho esfuerzo y un cambio total de vida.

“Los niños o adolescentes que tienen entre 10 y 15 años se desconectan del mundo. Dejan atrás el uso de la radio, televisión, la música, la moda y los celulares, para estar en contacto directo con la naturaleza”.

Ellos, agrega, desde muy temprano están en acción, pues trotan o caminan en silencio por el bosque. “Al principio el campamento es duro, porque por primera vez  tienen que desarrollarse por sí mismos, sin los padres o empleadas. Pues aprenden desde lavar la vajilla hasta su ropa o a dormir en literas en cabañas sencillas”.

La finalidad del campamento, dice Zurita, es brindarles la oportunidad de recibir grandes lecciones que da la misma naturaleza como son la alegría del esfuerzo, el compañerismo, la tolerancia, la responsabilidad, el saber vencerse, la audacia y la valentía. Todo a través de excursiones en las quebradas, en los ríos, lagunas o ascensiones a las montañas o a la nieve.

 

Actividad deportiva

Para Denis Dau Karam, director de los interbarriales de Diario EL UNIVERSO, todo deporte a más de importante es formativo, y es de suma aceptación que el niño y adolescente en estas épocas, especialmente en vacaciones, practique alguna disciplina deportiva, porque le ayuda a su formación física e integral y lo conduce a ser un ser humano positivo a la sociedad.

Indiscutiblemente, dice, en la actualidad la actividad deportiva es un factor determinante en la conducción, a más del estudio,  de las normas que deben impartir los padres y los profesores, para que llegue a triunfar en la vida como un buen profesional.

También es un medio referencial para que el deportista adquiera un carácter o temperamento eficaz para sobreponerse a actitudes que en un momento determinado le sirvan para su bien.

“El deporte en estos instantes de globalización justifica que sea practicado de una forma didáctica, pedagógica y que sean altamente analizadas sus unidades de trabajo”, asegura.

Según Dau, hay distintos tipos de deporte, pero el más popular es el fútbol. También hay otros como atletismo,  básquet, voleibol, natación, tenis, ajedrez, artes marciales, equitación.

Pero, agrega, lo más importante que se debe tener en cuenta es el deseo de aspiración o el gusto. “Jamás hay que imponer a los niños o adolescentes a que hagan un deporte, si no les agrada, porque no va a ser provechoso para su formación integral o lúdica”, asegura el director de los interbarriales.

 

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