Usando el celular

Por Mariquita Noboa
06 de Octubre de 2013

Motivados por esa inquebrantable fe católica, el domingo pasado nos fuimos a la Catedral a ver la réplica del cuadro de la Virgen de Guadalupe. Antes de ingresar, la recomendación de mi hija María Cristina no se hizo esperar: “Apaguen los celulares”. Fue muy grato comprobar que durante toda la hora de la misa a nadie le sonó el celular.

Son muchos los aspectos positivos de este pequeño adminículo considerado el mayor avance tecnológico de esta época. Recuerdo que hace veinte años mi amiga Alegría llamó al gerente de una entidad financiera, que se encontraba en su yate, en el Mar Caribe, para que le solucionara un asunto económico que requería inmediata atención. Hoy, los avances son incuestionables; me asombra ver a otra amiga, Lilian, sentada plácidamente en Plaza Lagos, bebiendo un sorbete de naranjilla y conversando con sus hijas que están en Australia, por medio de videoconferencia.

Pero, ¿qué es lo que debemos hacer cuando utilizamos el celular?

• Preguntar a quien estamos llamando si puede atendernos.

• Instruir a los más jóvenes sobre la correcta utilización del celular.

• Cuidar el nivel de voz. Hay que hablar en tono bajo de manera que ninguna persona alrededor se entere de nuestra conversación.

• Si vamos al cine, a una obra de teatro, conferencia o ingresamos a una biblioteca, lo primero que hay que hacer es apagar el celular. Recuerde que todas las llamadas quedan registradas, entonces siempre habrá un momento para responder adecuadamente.

• En la oficina o lugar de trabajo no se responden llamadas personales, estas quedan para después del horario laboral.

• Si vamos en el avión, respetar las normas de aeronáutica.

Y ¿qué es lo que no se debe hacer?

• Hablar a “grito pelado”. Eso es inapropiado y a nadie le interesa lo que solamente a usted le importa.

• Evite hablar sobre problemas personales. Eso se resuelve entre las cuatro paredes del hogar.

• No es conveniente reenviar mensajes personales de terceras personas.

• Enviar felicitaciones o pésame por “mensajito”. Nada puede compararse a una nota personalizada o una esquela directa.

• Silenciar y guardar el celular cuando vamos a comer.

• El celular nos acerca, acorta distancias, nos trae buenas nuevas, pero nada se compara al valor de una conversación personal.

• En términos de tiempo, debemos aplicar una regla fundamental: que el celular no nos domine.

mtnoboa@hotmail.com

  Deja tu comentario