Señor don

Por Mariquita Noboa
03 de Abril de 2016

¿Cuántas veces ha recibido una invitación con el vocativo de “señor don”? Este tratamiento de respeto que precede a los nombres propios masculinos generalmente está dirigido, en la época actual, a las personas con cierta consideración. En tiempos pretéritos se escribían las tres palabras completas: “de origen noble”, pero como el lenguaje es dinámico con el tiempo se redujo a la abreviatura D.O.N. y así mismo, con el paso de los años se llegó simplemente a “don”.

En el caso femenino, la palabra es “doña” y responde igualmente a una fórmula de respeto previo al respectivo nombre.

Se puede escribir “señora doña” o “señorita doña”, no tiene incidencia la edad ni el estado civil.

A diferencia de las comunicaciones comerciales, en una invitación social puede escribir “Señor don Julio Arellano, señora e hijo”.

Solamente si se trata de estados contables o servicios básicos se lo hace en computadora. La invitación social conlleva otro tipo de relación y debe ser escrita a mano.

¿Que es muy cansado o no tiene letra legible? Para eso están los calígrafos. Si su empresa va a realizar un evento relevante, cuide este detalle. Una secretaria eficiente debe confirmar primero el cargo, profesión, jerarquía, investidura eclesiástica o grado militar del destinatario.

En las invitaciones oficiales, protocolarias o ceremoniales hay que considerar la normativa específica, que generalmente tiene relación con las costumbres y tradiciones.

Cuando tenemos invitados especiales debemos darles el trato y la ubicación que se merecen. Las consideraciones son varias: desde facilitar el ingreso y estacionamiento para el vehículo, comisión de recepción para conducirlos a una sala especial donde serán atendidos antes de la iniciación del acto, facilitarles el programa a realizarse, atender y ubicar a los acompañantes, entre otras consideraciones.

En el lenguaje popular es común escuchar la voz “don Bajaña”, como signo de respeto al profesor, o “don Alejandro”, para referirse al jefe. Este “don” no tiene nada que ver con Don Johnson, el actor que encarnaba a un elegante detective en la serie Miami Vice, cuando el mismísimo Gianni Versace le diseñaba los trajes.

Es exactamente lo contrario a “don nadie”. Aunque si quiere presumir de importante puede comprar un título nobiliario como lo hizo el Comendador.

¿Será que me puedo comprar uno? “Doña Mariquita, no meta la mano porque si la mete le pica el gusano; doña Mariquita, no meta los pies porque si los mete le pica el ciempiés”. (O)

mtnoboa@hotmail.com

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