Ha llegado una invitación

Por Mariquita Noboa
25 de Octubre de 2015

Pregunta de una lectora: ¿De qué manera puedo rechazar educadamente una invitación, sin ofender al que invita?

Agradezco el interés en el tema de los buenos modales y celebro recibir esta pregunta. No se estrese. No estamos, nunca, en la obligación de aceptar todas las invitaciones que nos llegan o que nos hacen. Va a depender de la circunstancia en que nos encontremos para poder denegar esta.

Si es un chico que hace la invitación y a usted no le gusta él, como pareja ni como amigo, simplemente dígale que tiene el tiempo copado por sus estudios o por los motivos que se ajusten a su realidad. Es muy importante hablar con la verdad, este es uno de los principales valores a cultivar en cualquier relación, pero más allá de eso, es lo que va a construir un muy buen nivel de vida, y aunque no se lo digan, siempre esto sale a relucir.

Él va a darse cuenta de la negativa y probablemente no va a seguir insistiendo. Es bueno que se preocupe de no herir los sentimientos de otra persona, dice mucho de usted. Aquí está aplicando una de las primeras y más importantes normas del buen vivir: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”.

En otro tipo de invitaciones, si la recibimos por escrito, lo primero que tenemos que hacer es llamar a confirmar la recepción y, por supuesto, a agradecer. Si no está en nuestros planes asistir a esa reunión, hay que comunicarlo de inmediato. Usted puede dar la excusa que considere conveniente o simplemente decir que se va de viaje, que no va a estar en la ciudad en esa fecha, lo que se ajuste a su realidad, pero es necesario decir que sí va a asistir o que no cuenten con usted.

Cuando se programa un evento, uno de los puntos álgidos es el número de concurrentes y para ello se efectúa la contratación del salón de eventos y del número de preparaciones para atender en los alimentos. Por esa razón, es de vital importancia comunicar que sí vamos o que no podremos asistir.

Si la invitación viene de un familiar cercano, de amigos o conocidos, lo mejor será decir exactamente por qué razón no asistimos. No se olvide de que “más rápido cae el mentiroso”. Para justificar su inasistencia puede enviar flores el día de la invitación; es un detalle elegante que la hará quedar muy bien. No tiene que ser un superbouquet de rosas, puede ser un arreglo pequeño, que acompañado de una tarjetita firmada con su puño y letra, hablan de lo bien de su proceder.

En esta época, donde casi todo se maneja por medio de la electrónica, no están ausentes las tarjetas de mano, así se las llama. Siempre va a ser una buena opción si hace llegar una. (O)

mtnoboa@hotmail.com

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