¡Gracias!

Por Mariquita Noboa
08 de Diciembre de 2013

Después de darle gracias al Creador, estaremos de acuerdo en que el primero y más importante agradecimiento es a nuestros padres. Esto no tiene discusión. En la intimidad del hogar o por cartas, si se encuentran lejos, o por teléfono o e-mail y hasta por Twitter, el agradecimiento siempre será una forma más de demostrar el amor filial.

En esta ocasión me corresponde presentar mi reconocido agradecimiento a los lectores de La Revista de EL UNIVERSO. Sus comentarios, variados, positivos y siempre generosos, contribuyen a animar a esta trabajadora de las letras. Por eso, un bien timbrado ¡gracias!

Es verdad, son muchas y muy variadas las ocasiones en las que tenemos que dar las gracias. Enumeraremos unas cuantas, a nivel empresarial y social.

• En el ámbito laboral estamos obligados a responder cada invitación que se recibe, independientemente de la decisión que se tome, asistir o no. Al tiempo de agradecer por la invitación, hay que confirmar la asistencia o justificar la ausencia.

• Si en la invitación consta “R.S.V.P.”, que en idioma francés dice “répondez, s’il vous plait” y que en castellano significa “responda, por favor”, usted está en la obligación no solamente de responder, sino de agradecer, en este caso, igualmente por escrito.

• También puede ser que reciba una invitación donde conste “S.R.C.A.”, que en nuestro idioma equivale a “se ruega confirmar asistencia”, y no le queda otro camino que responder… y agradecer.

• Agradecer a los colaboradores por el buen desempeño en una actividad especial, en el aniversario de la empresa, por un logro obtenido, cuando llega el momento de la jubilación o al finalizar el año.

• Agradecer a los clientes por su fidelidad, si es que la política de la empresa así lo ha considerado.

• Agradecer todo tipo de invitaciones: matrimonios, aniversarios, cocteles, presentaciones, lanzamientos, inauguraciones.

• A los maestros, por sus enseñanzas; al sacerdote, al terapeuta, a la oreja del amigo que nos escuchó cuando más lo necesitábamos, al compañero de labores o de estudio, al taxista, a la costurera, al jardinero, a la mesera, al electricista o al portero.

• Sí, eso mismo. Es lo que estás pensando, esto es lo que marca la diferencia. Es el primer eslabón en la cadena de nuestro buen comportamiento. Y también puedes agradecer por Twitter.

• Y si te invitaron a la casa de una compañerita, agradécele cuando no te escuchen otras compañeras. Ya sabes que no hay que herir susceptibilidades. Nuevamente, gracias a todos.

mtnoboa@hotmail.com

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