Chi chi chi, le le le, ¡viva Chile!

Por Mariquita Noboa
18 de Septiembre de 2016

Es el grito que se escuchará en cualquier parte del globo terráqueo donde se encuentre un ciudadano de origen chileno, por celebrarse hoy un año más de la independencia de su país.

Si usted tiene amigos chilenos o está emparentado con alguien de la colonia de esa nación hermana, tenga la seguridad de que lo van a invitar a hacer un brindis por la ocasión. Los chilenos son alegres, cálidos, generosos y espontáneos. En su mesa no falta una botella de vino ni esas deliciosas empanadas.

Recuerde que la copa se la sujeta por el pedestal. Los dedos no deben tener contacto con el contenedor. Y ya sabe, no levante ningún dedito.

La viticultura chilena es ampliamente reconocida en todo el mundo. No se ponga a disertar y mucho menos a discutir sobre cepas, lágrimas, colores o sabores. Ellos son dueños de más de ciento cincuenta mil hectáreas de viñedos y se las saben, de todas, todas.

Si le ofrecen una empanada de pino, lo que va a encontrar es un generoso relleno de carne molida, enriquecido con huevo duro, pasas y aceitunas. Se cocinan al horno y no se cierran con repulgue. “El secreto está en la masa”, así dice la maestra Celeste Calderón.

Le pueden presentar esa gran empanada en un plato, lo que significa que debe comer con tenedor y cuchillo.

Si se la ofrecen en la mano, en ambiente informal, ayúdese con servilletas de papel. Una buena anfitriona siempre va a proporcionarlas al momento de servir.

La paila marina es otra de las especialidades (ya sé en lo que está pensando), se parece, pero no es igual. Está preparada con la inmensa variedad de productos de su extenso litoral, entre ellos el congrio, un pescado que no tiene escamas y que por su forma se lo conoce como anguila de mar. Se sirve en plato profundo.

Las costumbres y tradiciones son una magnífica oportunidad para entablar buenos temas de conversación. Aprendemos y nos enriquecemos.

No cometa el desatino de hacer comparaciones con los vinos de ningún otro país. Simplemente alce su copa hasta la altura de los ojos y con donaire y elegancia diga ¡salud por Chile! (O)

mtnoboa@hotmail.com

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