Superar el tartamudeo

08 de Mayo de 2016

No existe una cura para la tartamudez; sin embargo, hay tratamientos efectivos y usted puede ayudar a sus hijos haciendo algunos cambios en su manera de comunicarse con ellos.

Muchos niños pequeños pasan por una etapa entre los 2 y los 5 años en la cual tartamudean, y repiten ciertas sílabas, palabras o frases, las prolongan o se detienen y no emiten determinados sonidos y sílabas. La tartamudez es una forma de disfluencia, una interrupción en la fluidez verbal.

En muchos casos, la tartamudez desaparece sola a los 5 años de edad; en otros, permanece por más tiempo.

¿Cuál es la causa?

Según los expertos, existen diversos factores que contribuyen a la tartamudez, entre ellos, los siguientes:

• La genética: aproximadamente el 60% de las personas que tartamudean tienen un familiar cercano que también lo hace.

• Otros problemas del habla y el lenguaje, o retrasos en el desarrollo.

• Diferencias en el modo en que el cerebro procesa el lenguaje: las personas que tartamudean procesan el lenguaje en diferentes áreas del cerebro. Además, existe un problema en el modo en que los mensajes del cerebro interactúan con los músculos y las partes del cuerpo que se utilizan para hablar.

• Nivel de actividad alto o incrementado.

• Rápida velocidad de habla.

Signos tempranos de tartamudez

Los primeros signos suelen aparecer cuando el niño tiene aproximadamente entre 18 y 24 meses, ya que hay un aumento repentino de vocabulario y los niños comienzan a unir las palabras para formar oraciones. Para los padres, la tartamudez puede ser algo molesto y frustrante, pero es natural que los niños tartamudeen un poco en esta etapa. Es importante tener la mayor paciencia posible con el niño.

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Un niño puede tartamudear durante algunas semanas o varios meses, y la tartamudez puede ser esporádica. La mayoría de los niños que comienzan a tartamudear antes de los 5 años dejan de hacerlo sin necesidad de ninguna intervención, como terapia del habla y del lenguaje.

Sin embargo, si la tartamudez de su hijo es frecuente, continúa empeorando y viene acompañada de movimientos faciales o corporales, es una buena idea realizar una evaluación con un terapeuta del habla y del lenguaje alrededor de los 3 años (no antes).

La etapa escolar

Generalmente, la tartamudez desciende a niveles muy bajos cuando los niños ingresan a la escuela primaria y comienzan a agudizar sus habilidades de comunicación. Un niño en edad escolar que continúa tartamudeando, probablemente, advierta el problema y, tal vez, se sienta avergonzado. Los amigos y compañeros de clase pueden resaltar el problema o, incluso, burlarse del niño.

Si sucede esto con su hijo, hable con el maestro, quien puede abordar este asunto en la clase con los niños. Además, tal vez el maestro pueda disminuir la cantidad de situaciones estresantes en las que el niño deba hablar hasta que comience la terapia del habla.

Cuándo buscar ayuda

Si su hijo tiene 5 años y continúa tartamudeando, hable con su médico y, posiblemente, un terapeuta del habla y del lenguaje. También se recomienda consultar con un terapeuta del habla si ocurre lo siguiente:

• Las repeticiones de frases y palabras completas se vuelven excesivas y constantes.

• Las repeticiones de frases y palabras completas se vuelven excesivas y constantes.

• Hay un incremento en la prolongación de las palabras.

• El habla comienza a ser especialmente difícil o demanda mucho esfuerzo.

• Advierte mayor opresión o tensión facial en los músculos que se utilizan al hablar.

• Su hijo intenta evitar situaciones en las que debe hablar.

• Su hijo cambia una palabra por miedo a tartamudear.

• Su hijo presenta movimientos faciales o corporales junto con el tartamudeo.

• Tiene otras preocupaciones acerca del habla del niño.

La mayoría de las escuelas ofrecen pruebas y una terapia adecuada si la tartamudez ha constituido un motivo de preocupación durante un periodo de 6 meses o más.

¿Qué pueden hacer los padres?

No le exija a su hijo que hable con precisión o de manera correcta en todo momento. Deje que hablar sea algo divertido y que lo pueda disfrutar.

Aproveche las comidas familiares como momento para conversar. Evite que haya distracciones, como la radio o la televisión.

Evite correcciones o críticas, como ‘más lento’, ‘tómate tu tiempo’ o ‘respira profundo’. Estos comentarios, si bien se hacen con buenas intenciones, solo lograrán que su hijo se sienta más inseguro.

Evite que su hijo hable o lea en voz alta cuando se sienta incómodo o cuando aumente la tartamudez. En esos momentos, en cambio, motívelo a que realice actividades en las que no tenga que hablar mucho.

No interrumpa a su hijo ni le diga que comience de nuevo con lo que está diciendo.

Logre que haya una atmósfera tranquila en el hogar. Intente que el ritmo de vida de la familia sea más lento.

Mantenga contacto visual natural con su hijo. Intente no mirar hacia otro lado ni mostrar signos de molestia.

Deje que su hijo hable por sí mismo y termine de expresar pensamientos y oraciones. Haga una pausa antes de responder los comentarios o las preguntas de su hijo.

Hable lentamente con su hijo. ¡Esto requiere práctica! Demostrar una velocidad lenta en el habla ayudará a que su hijo logre fluidez. (F)

Fuente: Kids Health

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