Prevenir el abuso sexual

25 de Junio de 2017

No todos los niños pueden hablar fácilmente de lo que los atemoriza, pero sí pueden aprender a reconocer los signos que les da su propio cuerpo cuando alguien los hace sentir incómodos.

¿Cómo hablar a los niños para que estén preparados en caso de encontrarse con un depredador sexual? Material didáctico preparado por la organización ecuatoriana Ecuador Dice No Más indica que los responsables del niño deben explicarles que:

1. Su cuerpo es solo suyo y tiene derecho a decir que no. Nadie puede tocar sus partes privadas, es decir, la boca y las áreas que van debajo del traje de baño, y nadie puede obligarlo a tocar el cuerpo de otro.

2. No todos los secretos y caricias son buenos. Si alguien lo toca en sus partes privadas, son caricias inseguras. Y si le piden que no se lo digan a nadie, eso es un secreto malo.

3. El niño debe confiar en su voz interior. Si sienten que algo es muy malo deben negarse, incluso si la persona que los hace sentir incómodos es cercana o de confianza o es otro niño.

4. Tiene derecho a alejarse y decirlo. Es correcto rechazar las caricias inseguras, alejarse lo más pronto del sitio y contar enseguida a un adulto lo que está pasando.

El niño puede aprender fácilmente las señales de incomodidad que el abuso sexual produce:

1. Se erizan los cabellos.

2. Siente ganas de llorar.

3. Empieza a sudar.

4. No sabe qué decir.

5. Tiene un nudo en la garganta.

6. El corazón le late rápido.

7. Comienza a temblar.

8. Le sudan las palmas de las manos.

9. Necesita ir al baño.

10. Le duele el estómago.

11. Le tiemblan las piernas.

Enseñe a los niños que si alguien los hace sentir inseguros se lo cuenten inmediatamente a los 5 adultos en los que más confían. Algunos de ellos o idealmente todos escucharán al niño, lo harán sentir seguro y actuarán en su favor.

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Educación y responsabilidad

La organización Prevent Child Abuse America explica que se ha centrado en crear conciencia de lo inaceptable del abuso a los niños y promover la noticia de que detenerlo es responsabilidad de todos, así como en educar al público y a los creadores de políticas y en evaluar y fortalecer los programas de prevención (su actual desafío más grande).

Pero tal vez el mayor reto esté en enfocar en los adultos la prevención del abuso sexual infantil. “Aunque los niños pueden retener el conocimiento sobre el abuso, no son capaces de protegerse de él. Los adultos deben ejercitarse en la obligación asertiva de resguardarlos. Educarse para proteger a los niños, entrenarse en detectar un posible abuso y en qué hacer si ocurre”.

Por otra parte, la organización Stop it Now! agrega que hay comportamientos que no implican tocar a los niños y de todas formas son abuso: un joven o adulto que muestra pornografía o expone sus genitales a menores de edad, o les pide a estos que interactúen sexualmente, sea en persona o en línea, los fotografía, los observa al desvestirse en su habitación o en el baño, con o sin conocimiento de los pequeños.

Desde la experiencia de esta entidad, los niños “no deberían tener que prevenir el abuso sexual por ellos mismos. Los adultos tenemos que reconocer cuando la gente está actuando inapropiadamente con ellos y hablar antes de que el niño salga lastimado. Si sabe que un niño está pasando por esto, debe reportarlo. Puede llamar a la policía o servicios de protección de la infancia. También puede llevarlo con un psicoterapeuta o un médico”, pues la intervención de ellos dará mayor seguridad al reporte.

Minimice las oportunidades

La ONG sin fines de lucro Darkness to Light explica que la mayoría de los casos de abuso ocurre en situaciones ‘uno a uno’, en el que el menor está solo con otra persona. Si usted elimina o reduce esas ocasiones, reducirá dramáticamente el riesgo.

Piense cuidadosamente en la seguridad cada vez que el niño vaya a estar solo con alguien. Escoja situaciones de grupo siempre que sea posible, incluso si se trata de chicos mayores a cargo de los más jóvenes. Que haya varios adultos supervisando.

Dé el ejemplo, evitando personalmente situaciones en que esté a solas con otros niños que no sean sus hijos.

Es duro pero necesario aceptar que los abusadores a menudo se hacen amigos de las potenciales víctimas y sus familias, consiguiendo ser invitados a las reuniones en casa, ganándose la confianza y, finalmente, tiempo a solas con los niños.

Monitoree también el uso que los niños hacen de internet. Los ofensores usan este canal en caso de no tener contacto directo con los chicos.

Grupos de apoyo

Los padres de niños que han estado expuestos al abuso sexual y también los sobrevivientes adultos pueden participar en los grupos de apoyo de manera gratuita y anónima. En Guayaquil, Ecuador Dice No Más ofrece este servicio en la ciudadela Atarazana, Av. Roberto Gilbert Elizalde y Nicasio Safadi, en las instalaciones de Fundación Asvolh. También pueden inscribirse a través de las cuentas de Facebook e Instagram: @Ecuadordicenomas. (D.V.) (F)

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