Nació el bebé: regreso al trabajo

14 de Enero de 2018

¿Qué habrá cambiado en la empresa? ¿El trabajo será distinto? ¿Podré retomar la rutina? ¿Estaré a la altura de lo que me piden? Tener todos estos interrogantes es lo más normal del mundo.

Las mujeres tienden a menudo a creer que son responsables de todo y asumen todo

Tener que cambiar pañales y amamantar es un cambio radical cuando uno llevaba una vida de mil correos electrónicos, videoconferencias y multitasking. Para la mayoría de las parejas, hacer un giro tan drástico puede ser igual de difícil que regresar al trabajo.

La vuelta a la oficina suele generar mucha incertidumbre. ¿Qué habrá cambiado en la empresa? ¿El trabajo será distinto? ¿Seré capaz de retomar la rutina? ¿Estaré a la altura de lo que me piden? Tener todos estos interrogantes es lo más normal del mundo.

Pero hay formas para que esas preguntas no la/0 invadan. Lo que siempre ayuda es mantener el contacto, por ejemplo, yendo a las reuniones de fin de año o participando en las excursiones del equipo. “También se puede pasar con el bebé por la oficina, aunque sea un minutito, para saludar, siempre y cuando la rutina de la compañía lo permita”, explica Cornelia Spachtholz, quien colabora con una asociación de madres trabajadoras.

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Si uno tiene un buen vínculo con algunos compañeros de trabajo, también es bueno mantenerlo durante la pausa por maternidad, y luego, unos dos meses antes de reintegrarse, es bueno que se ponga en contacto con el jefe del equipo para preparar el terreno. En esa conversación podrá aclarar los detalles.

Además de preguntar qué ha cambiado, si hay nuevos clientes y cómo se organiza la transición, es bueno que fijen los horarios. “Piense muy bien qué puede dar y cuánto puede estar en ese momento”, recomienda la asesora Michaela Deckert. Es muy importante que revea lo que tenía planeado antes de ser mamá y evalúe si esa es la disponibilidad que realmente tendrá. “A veces es mejor comenzar con pocas horas e ir aumentando de a poco”.

El regreso paulatino no solo es útil para ir reincorporando de a poco las novedades del trabajo, sino también para que sea menos difícil la despedida diaria de su hijo, algo que suele ser más complejo de lo que piensan muchos padres. “Lo ideal es que el niño ya haya tenido un periodo de acostumbramiento a la niñera o a la guardería antes de que se comience a trabajar. Si la adaptación del bebé se hace en paralelo al regreso al trabajo, puede ser problemático”, explica Cornelia.

Las redes ayudan mucho, sea que sus padres, suegros o amigos le dan una mano. “Saber que hay alguien que puede ayudar y que está disponible si sucede algo da mucha tranquilidad a la hora de tener que trabajar y repercute en forma positiva en nuestro modo de actuar en el contexto laboral”, dice Cornelia.

Si sigue todo al pie de la letra, pero le estresa, no se preocupe. Es normal, sobre todo porque no es que una vez que llega al trabajo y el niño duerme puede relajarse o mirar algo que quedó pendiente. “Por eso, entre otras cosas, es fundamental que cuando retome el trabajo hable con su pareja y decidan juntos cómo repartir las tareas de la casa”, recomienda la especialista Alexandra Stieper.

Las mujeres tienden a menudo a creer que son responsables de todo y asumen todo lo que haya que hacer, observa Alexandra. Para reducir el estrés, concéntrese de a poco en lo que está haciendo y pídale a su superior hablar cada cuatro semanas como para tener una retroalimentación (feedback) de cómo va todo. Y si está sobrepasada, dígalo a tiempo. Hoy ya no es ningún tabú hablar de lo complejo que es querer compaginar el trabajo con la familia. Es mejor hablarlo con quien corresponda y adaptar las condiciones a tiempo. Muchas veces los colegas y los jefes conocen estas circunstancias y saben comprender.

Y no hace falta que se sienta mal si no lo puede hacer, pero de vez en cuando, aunque sea cortito, le hará muy bien darse un rato para sumarse a alguna salida a tomar un café o al cine que organice el grupo. (DPA)

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