El mejor estilo de alimentación

¿Qué es más ventajoso, alimento entero o las papillas? Ambos métodos pueden ser beneficiosos y requieren gran involucramiento de los cuidadores del niño.

Tradicionalmente, se empieza a destetar a los niños a partir de los 6 meses, al ofrecerle jugos y papillas de frutas y vegetales. Pero la edad no es el único referente para saber si es momento de que su hijo pruebe los alimentos.

Hay señales como el desarrollo psicomotor. “Uno puede empezar a alimentar al niño una vez que es capaz de sentarse solo. Si aún no lo ha logrado, no le dé otra cosa además de leche materna, así el pequeño haya cumplido el medio año de nacido”, recomienda Gabriela Peré, especialista en nutrición y metabolismo.

Escuelas y sugerencias

El niño puede ser alimentado a partir de los 6 meses, dice la escuela europea. Desde los 4, opina la escuela americana. Ambas coinciden en que se introducen los alimentos de menos a más alergénicos, generalmente licuados, triturados y administrados por los cuidadores.

Pero en los últimos años ha cobrado fuerza el método baby led weaning (destete dirigido por el bebé), en que el bebé tiene contacto con los alimentos enteros, juega con ellos y luego come voluntariamente.

Los dos métodos son igual de buenos, dice Peré, pero hay que saber cuál le conviene a cada niño en particular. El pediatra y nutricionista indicarán si su hijo está listo para seguir este proceso. “No podemos ofrecer alimentos enteros a niños que tienen un ligero retraso psicomotor”, o una condición como la estenosis esofágica.

Si usted quiere intentar el baby led weaning, tiene que saber que este estilo requiere de los cuidadores la misma atenta vigilancia que si estuviesen dando al niño una papilla, porque si el niño llega a atorarse, puede desarrollar temor y rechazo a comer, dice la nutricionista.

Usted también tiene la opción de mezclar ambos métodos, siempre y cuando siga el orden: 1. introduzca frutas y vegetales blancos y amarillos, 2. continúe con alimentos verdes y 3. al octavo mes incorpore proteínas, como pollo y yema de huevo. Deje la clara para después, porque esta tiene una carga mayor de proteínas que suele ser causa de alergia en los niños. Los frutos secos no se aconsejan hasta que su hijo cumpla cuatro años, por riesgo de que se atragante.

Compartiendo la mesa

La alimentación de los niños no tiene porqué ser marcadamente diferente al resto de la familia, mientras se respeten los tiempos de introducción ya mencionados. “La comida del bebé no incluye sal, pues las papilas gustativas aún no discriminan lo salado. Mientras antes se pueda integrar al niño a la mesa familiar (8-9 meses de edad), mejor. Y que comparta la comida familiar a partir del año”.

En este punto, la pediatra enfatiza que si a partir del año el niño ha conocido todos los grupos de alimentos, no necesita suplementos vitamínicos. Los lactantes necesitan vitaminas, porque la leche no las contiene todas. “Y mientras más tarde se les dé azúcares, colorantes y bebidas gaseosas, mejor”.

Recuerde que el lunch que el niño suele llevar a la escuela es un snack para cubrir el desgaste energético de sus actividades de la mañana. “No reemplaza el desayuno”, enfatiza Peré. El niño debe desayunar en casa y llevar una pequeña colación, de preferencia no enlatada, enfundada ni encartonada.

¿Necesita el niño hacer dieta?

Solo si el médico lo indica. Las dietas tienen efectos en el desarrollo físico y neuronal del niño. Por ejemplo, gran número de pacientes con epilepsia idiopática (de causa desconocida) no responden favorablemente a la medicación. Con ellos se emplea un método alternativo, la dieta cetogénica, alta en grasa. El organismo utiliza las grasas como fuente de energía y las convierte en cuerpos cetónicos, que actúan como neurotransmisores y contribuyen a detener las convulsiones. Esta dieta no puede ser espontánea, sino que debe estar controlada siempre por el pediatra. Este es el tema que Gabriela Peré expondrá durante el XVIII Congreso Internacional de Pediatría y VI Jornadas de Enfermería Pediátrica, que se realizarán en el Hospital de Niños Roberto Gilbert Elizalde del 9 al 13 de julio, con el aval académico de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. (D.V.)