Separados por adicción

15 de Octubre de 2017

Me separé de mi pareja hace 6 meses porque descubrí que consumía drogas. Tenemos contacto por un hijo de 5 años. Vivíamos en casa de mis padres y ahora regresó a vivir con los suyos. Yo lo quiero, es el padre de mi hijo, pero ya no lo amo. Él reclama que lo abandoné en el momento en que más me necesitaba, me hace sentir culpable. Pienso que eso es manipulación. Es triste ver cómo los padres no tienen una vida tranquila, porque temen lo peor. Están buscando un centro de rehabilitación seguro y accesible. Quiero apoyarlo, pero sin contemplar la idea de regresar con él. ¿Eso me hace una mala persona? Para mí está primero la seguridad emocional de mi hijo.  ¿Cómo ayudar si me rechaza y tiene rencor hacia mí?
Patricia,
Manta

Estimada señora, al parecer su decisión de separarse de su pareja va más allá de la sorpresa de haberse enterado de su consumo de drogas. Por lo que puede leerse entre líneas, la situación de consumo de su esposo es hacia una droga fuerte y este hábito tiene ya un tiempo considerable. Lo suficiente como para haber generado en él un trastorno de su personalidad y haber ocasionando con ello que la convivencia en pareja se haya convertido en una situación en extremo difícil e intolerable. Supongo que es a eso a lo que se refiere, cuando nos dice que lo importante para usted es “la seguridad emocional de su hijo”.
Mantener una relación con una persona adicta no es algo fácil. La droga para el adicto se convierte en el centro de su vida y su pareja y familia en general acaban en un segundo plano, junto al resto de las cosas y actividades que no sean su adicción. El que la situación de consumo de su pareja haya terminado con su resistencia y su amor hacia él es una de las consecuencias más usuales de una adicción. Sin embargo, por sus inquietudes e inseguridades en su consulta, es fácil notar que se encuentra muy afectada en su seguridad y autoestima personal. Lo cual es muy comprensible y más si ha pasado por episodios de violencia y agresiones emocionales de parte de su pareja.
Los sentimientos de culpa que experimenta como resultado de su decisión de separación están relacionados con la codependencia que usted ha generado hacia él. La codependencia es una afección causada por pensamientos disfuncionales sobre su rol y consecuente responsabilidad en la afección de la persona adicta. Conforme la persona que tiene un problema de consumo se va volviendo más dependiente de la droga, también se vuelve más ‘dependiente’ de su pareja. La única preocupación en la vida de un adicto es la droga, y el resto de sus necesidades básicas, como comer, vestirse o el cuidado de la casa, pasan a ser atendidas por su pareja (también ocupan este rol los padres y cuidadores en general).
Esa dependencia es mutua. De este modo, se llega a establecer la relación de codependencia entre la persona adicta y su pareja. Porque la persona enferma depende de su pareja para sobrevivir a la adicción, y el consorte encuentra en la dedicación al enfermo una forma de satisfacer sus necesidades emocionales. Esta forma de suplir las necesidades de conexión, intimidad y atención de la pareja de la persona adicta puede acabar resultando tóxica para ambos, ya que contribuye a que la persona con un problema de adicciones no busque ayuda.
En su caso particular, al haber tomado la decisión de separarse de su pareja, ha roto el circuito de la codependencia, lo que es un comienzo muy positivo. La manipulación emocional de su pareja, al acusarla de haberle fallado, la está haciendo dudar de su decisión, lo que también responde a pensamientos disfuncionales de su parte, que debe considerar. Por lo que le conviene mantenerse en su decisión, pues no es posible ayudarlo consintiendo que el consumo de drogas sea parte de sus vidas. Por lo expuesto, me permito recomendarle:  
–Tener muy claro que nunca va a poder controlar la adicción de su pareja adicta. Hasta que esta persona no esté lista para ayudarse a sí misma, nada puede hacer.
–Aprender a centrarse en su vida y en sus necesidades, que su vida no gire en torno a la adicción de su pareja. Tome en consideración su rol materno, pues un menor depende de su estabilidad.
–Lleve un diario en el que escriba los pensamientos y sentimientos relacionados con la adicción de su pareja, como una forma de desahogo. Y como una ayuda para focalizar sus pensamientos disfuncionales.
–Busque ayuda profesional, tanto para su pareja como para usted para que aprenda manejar todos los sentimientos que esta enfermedad le despierta.
Dra. Glenda Pinto Guevara.,
psicóloga clínica, especialista TREC (parejas, familia, niños, adolescentes y adicciones).
Telfs.: 232-4066, 099-961-2322.

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