Disciplina en necesidades especiales

08 de Enero de 2017
Fuente: Kids Health

Dejar pasar conductas equivocadas porque siente que su hijo no merece ser disciplinado, equivale a decirle: “No creo que puedas aprender”. Y si usted no lo cree, ¿cómo podrá llegar a creerlo algún día su hijo?

Desde el momento en que recibió el diagnóstico, supo que la vida iba a presentar más desafíos para su hijo. Por lo tanto, cuando le pide que haga algo y no lo hace, lo deja pasar. ¿Será que usted teme que lo que desea que haga o deje de hacer le resulte imposible de lograr?

Lo que los expertos denominan ‘manejo de la conducta’ no tiene nada que ver con castigar o desmoralizar a su hijo. Al contrario, se trata de una manera de establecer límites y comunicar las expectativas con amor y para educar. Corregir los actos de los niños, mostrándoles qué está bien y qué no es una de las maneras más importantes en las que todos los padres pueden mostrarles a sus hijos cuanto los aman y se preocupan por ellos.

A continuación, incluimos algunas estrategias para ayudar a los padres a disciplinar a un niño con necesidades especiales.

Sea coherente

Los beneficios de la disciplina son los mismos, sin importar si se trata de niños con necesidades especiales. De hecho, los niños que tienen problemas para aprender responden muy bien a la disciplina y la estructura. Pero para que esto funcione, los padres deben transformar la disciplina en una prioridad y ser coherentes.

Corregir a los niños implica establecer normas (ya sea que se trate de fijar una rutina matinal o de modales a la hora de la cena) para luego enseñarles cómo alcanzar esas expectativas. Todos los niños, sin importar sus capacidades y sus necesidades, necesitan esta coherencia. Cuando pueden predecir lo que ocurrirá a continuación en el día, se sienten seguros y confiados.

Obviamente, pondrán a prueba los límites; todos los niños lo hacen. Pero de usted depende afirmar que esas normas son importantes y hacerle saber al niño que cree que puede cumplirlas.

Obtenga información

Para comprender la conducta de su hijo, debe comprender los factores que la afectan (incluida su afección). Por lo tanto, sin importar cuál sea el problema de su hijo, intente obtener la mayor cantidad de información acerca de los factores médicos, conductuales y psicológicos particulares que afectan su desarrollo.

Lea acerca de la afección y pregúntele al médico si no comprende algo. Además, hable con los integrantes del equipo de atención de su hijo y con otros padres (en especial con los que tienen hijos con problemas similares) para que lo ayuden a determinar si la conducta de su hijo es típica o está relacionada con su discapacidad individual. Por ejemplo, ¿otro padre puede comprender el problema que usted tiene para que su hijo de 5 años se vista por las mañanas? Compartir experiencias le dará un criterio para medir sus expectativas y determinar qué conductas están relacionadas con el diagnóstico de su hijo y cuáles se deben exclusivamente a su desarrollo.

Si tiene problemas para encontrar padres de niños con problemas similares, tenga en cuenta la posibilidad de unirse a un grupo de apoyo y defensa en línea (internet) para familias de niños con necesidades especiales. Una vez que sepa cuál es el comportamiento típico para la edad de su hijo y sus problemas de salud, podrá establecer expectativas realistas de conducta.

¿Qué disciplina conviene en estos casos? Coméntenos

Defina sus expectativas

Establecer reglas y disciplina es un desafío para cualquier padre. Por lo tanto, su plan de conducta debe ser sencillo y debe trabajar sobre un problema por vez. A medida que su hijo alcance una meta de conducta, puede esforzarse para alcanzar la siguiente.

1. Utilice recompensas y consecuencias. Trabaje con un sistema que incluya recompensas (refuerzo positivo) para las conductas adecuadas y consecuencias naturales para las inadecuadas. Las consecuencias naturales son castigos relacionados directamente con la conducta. Por ejemplo, si su hijo arroja comida, le quitará el plato.

Pero no todos los niños responden a las consecuencias naturales. Un niño a quien le agrada pasar el tiempo solo podría considerar la penitencia tradicional como una recompensa; en su lugar, quítele su juguete favorito durante un tiempo.

La ignorancia activa es una buena consecuencia para el mal comportamiento que va dirigido a obtener su atención. No recompense una conducta inadecuada con atención (ni siquiera un reto o un grito).

2. Utilice mensajes simples y claros. Tal vez necesite usar imágenes, actuar o realizar gestos para asegurarse de que su hijo sepa qué es lo que se espera de él.

3. Mantenga un lenguaje verbal y visual simple, claro y coherente. Explíquele con la mayor sencillez posible qué conductas desea ver. Asegúrese de que los abuelos, niñeras, hermanos y maestros compartan sus mensajes. 

4. Felicítelo. Aliente el esfuerzo y los logros recordándole a su hijo lo que puede obtener si alcanza las metas que usted fijó, ya sean pegatinas, tiempo para pasar frente a una pantalla o escuchar su canción favorita. Y asegúrese de felicitar y recompensar a su hijo tanto el esfuerzo como el éxito. (F) 

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