Lo peor... y lo mejor

Por Ángela Marulanda
14 de Abril de 2013

Lo más perjudicial que podemos darle a un hijo es mal ejemplo.

• Lo más duro que le puede pasar es creer que nos ha defraudado.

• Lo más angustiante que puede sucederle es temer que puede perdernos.

• Lo más infame que podemos decirle es que nos ha decepcionado.

• Lo más absurdo que podemos preguntarle es que si es tonto o bruto.

• Lo más injusto que podemos hacerle es responsabilizarlo de nuestras responsabilidades o culparlo de nuestros problemas.

• Lo más angustiante que podemos asegurarle es que “nos va a matar de un infarto”.

• Y lo más cruel que podemos decirle es que no sirve para nada.

• Lo mejor que podemos hacer por el bien de los hijos es darle prioridad a nuestro matrimonio.

• Lo más enriquecedor que podemos cultivar en ellos es un buen corazón.

• Lo más útil que podemos darles son buenas razones para que confíen en sí mismos y en los demás.

• Lo más apropiado que podemos hacer por su bien es permitir que paguen las consecuencias de sus errores por duras que sean.

• La mejor ayuda que podemos ofrecerles es no hacer nada por ellos que puedan hacer por sí mismos.

• Lo más importante que tenemos para ofrecerles es un ejemplo vivo de lo que queremos ver en ellos.

• Lo más productivo que podemos hacer es llenarlos de buenos recuerdos en su infancia.

• Lo más valioso que podemos enseñarles es amarse a sí mismos, amar a los demás, amar la vida y, ante todo, amar a Dios.

www.angelamarulanda.com

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