Listos, a gatear

14 de Septiembre de 2014

El gateo ayuda a los bebés no solo a desplazarse, sino al aprendizaje escolar.

Si su bebé se da vueltas en la cama, levanta la cabeza, se sienta y se arrastra un poco, quiere decir que ya está listo para que lo ponga en el piso para aprender a gatear. Pero si no es así, deberá llevarlo a un centro de estimulación temprana confiable para que le enseñen a hacerlo.

No todos gatean a los seis meses de edad, pues dependerá si nacieron a término entre las 38 y 40 semanas o si fueron prematuros, antes de las 37. Entonces a estos últimos les tomará un poquito más de tiempo.

Según la licenciada en psicopedagogía Tatiana Orellana Rivera, del centro Baby Place, antes de poner al bebé en el piso hay que crear el ambiente ideal para que no se lastime. En la sala o en alguna habitación de la casa se debe colocar una alfombra armable, que las hay de distinta calidad y diseño, o un edredón grueso para que cuando se caiga lo amortigue.

“Prefiero que las alfombras sean llanas, porque cuando tienen figuras desarmables el bebé tiende a sacarlas, a morderlas por la misma textura o porque las encías le pican, ya que los dientes le están saliendo, y las piezas se pierden”.

Lo más importante, agrega, es que la mamá o quien lo cuide siempre supervise al niño, porque cuando logra desplazarse se saldrá de la alfombra y habrá que regresarlo al sitio para jugar. “Es bueno hacerlo con un juguete que llame su atención o que produzca sonidos, porque lo motiva a desplazarse para agarrarlo”.

Muchas veces, explica, las mamás por temor a que el bebé se ensucie no lo ponen en el piso a gatear, sino en un andador. Esto es perjudicial porque la etapa del gateo no debe ser saltada.

Emilio Roca sobre un edredón.Estimula los sentidos

Según Alexandra Carrera de Gavilanes, educadora de párvulos y directora del Centro de Desarrollo Infantil Chikitines, el gateo estimula los sentidos: el tacto, al estar directamente en contacto con el piso y explorando juguetes o los distintos materiales que encuentre en el camino; la visión, al descubrir objetos de manera directa desarrolla una mayor visión a corta distancia, que se complementa al mejorar la coordinación ojo-mano.

Incluso, asegura, ayuda al sentido vestibular (el equilibrio), ya que requiere apoyarse en las manos y rodillas para cumplir con el movimiento propicio del gateo. Tomará conciencia de su propio cuerpo (sistema propioceptivo) y estimulará el sentido de orientación. Además, contribuye a la solución de problemas, porque cuando se gatea se cambia de plano y esto permite que tenga una visión periférica (visión amplia) mejorada.

Es más inteligente

Mientras más gatea un bebé, dice Orellana, más destrezas obtiene. El desplazamiento ayuda en su equilibrio, lateralidad y motricidad. Pues el niño está trabajando en un patrón cruzado, es decir, el brazo derecho con la pierna izquierda y el brazo izquierdo con la pierna derecha, y ese movimiento es el que hace que trabajen ambos hemisferios cerebrales, lo que permite desarrollarse mejor en la parte cognitiva.

“Estudios dicen que un bebé que ha gateado más es más inteligente y que dentro de la parte lectoescritora en la escuela el gateo lo ha preparado para la caligrafía”.

También, explica, es importante motivar al bebé a que aprenda mediante el uso de objetos sencillos colocados en el piso, puede ser un vaso plástico o fundas de toallitas húmedas, porque hacen sonidos y eso llama su atención.

Lo ideal, dice Carrera, es lanzarle una pelota para que la alcance, pues hará que se distraiga, ejercite y se divierta. También se puede colocar un papelógrafo o varios en el piso, para que no traspase la pintura en este, y poner al bebé en pañales para gatear. No hay que tener miedo a que él se ensucie, pues sin ensuciarse no aprenderá.

Paola Narváez con su hijo Paolo Guevara en una clase de gateo.

“Debemos saber también que un niño seguro tendrá mayor libertad para gatear, ya que sabe que su madre y/o cuidador más cercano estará presente por si le pasa algo, al contrario de un niño inseguro, ya que pensará que no habrá quién lo vea en caso de alguna emergencia”.

No hay que olvidar, agrega Carrera, que cada bebé tiene su ritmo para gatear y hay que respetarlo. “El gateo es un ejercicio físico que cansa cuando recién se lo está iniciando. Pero cuando ya tiene una marcha constante puede pasar en el piso el tiempo que la madre desee, siempre y cuando sea con los cuidados necesarios para que ningún accidente interceda en su desarrollo”. (S.M.)

 

Mamás... no distraerse

Según Alexandra Carrera de Gavilanes, los cuidados que deben tener las mamás para poner al bebé en el piso son:

• No descuidar ni un segundo al bebé, ya que su curiosidad puede llevarlo a tener un accidente.

• Tener un piso adecuado. Recordar que un golpe en la cabeza de un niño puede llegar a tener consecuencias graves.

• Una vez que el bebé gatee libremente, tomar en cuenta las esquinas de las mesas de la sala, las esquinas de las sillas y tener la precaución necesaria en las escaleras de la casa.

 

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