Ser abuela antes de ser mamá

Por Ángela Marulanda
10 de Marzo de 2013

Si me hubiera tocado criar a mis hijos después de haber pasado por la experiencia de ser abuela y no antes, posiblemente los habría disfrutado más y hecho las cosas mejor. Sería ideal haber podido contar con la sabiduría y la claridad que tenemos cuando hemos vivido las consecuencias de la inexperiencia, porque...

Habría dedicado menos esfuerzos a corregir a mis hijos y más tiempo y energías a disfrutar los años en que era la persona más importante del mundo para ellos.

Los habría escuchado con tanto interés como escuchaba los problemas de mis amigas o los chismes en las reuniones sociales.

Les habría permitido que saltaran en la cama o desbarataran su habitación porque estas se pueden reponer si se dañan, pero su infancia transcurre muy rápido y no hay forma de reponerlas.

Le habría dado menos importancia a castigarlos por lo que hicieron mal y más a celebrar sus aciertos y lo que hicieron bien, por pequeños que fueran.

Les habría insistido menos en que cumplieran con las normas de urbanidad y más en que pusieran en práctica los 10 Mandamientos.

Les habría presionado menos a que actuaran bien para que me hicieran quedar bien y me habría concentrado más en acoger y respetar lo que son para que pudieran ser ellos mismos.

Le habría dado más importancia a cultivar su buen corazón que a cultivar ante todo su intelecto y sus capacidades.

Les habría hablado menos sobre las fallas de mis padres y mis suegros y más sobre los buenos recuerdos que tengo de sus abuelos.

Los habría mortificado menos insistiéndoles en que fueran virtuosos, y me habría dedicado más a cultivar en mí las virtudes que esperaba ver en ellos.

Habría pasado menos tiempo acosándolos, reprendiéndolos y señalándoles sus errores, y más disfrutándolos, conversando, acariciándolos y... amándolos.

www.angelamarulanda.com

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