Psicoterapia: mitos y verdades

Por Lenín E. Salmon
06 de Abril de 2014

Recibir terapia psicológica es parte del diario vivir para muchísima gente alrededor del mundo, y actualmente existen docenas de diferentes enfoques orientados a mejorar la calidad de la vida emocional de un ser humano en particular. Sin embargo, a pesar de la amplia difusión y aceptación que recibe en la sociedad, existen todavía muchos mitos y tergiversaciones sobre lo que es la psicoterapia y la forma en que opera.

Un mito muy común es pensar que es solo para enfermos mentales. La realidad es que la mayoría de los pacientes psicológicos son perfectamente sanos, pero están atravesando un periodo de estrés emocional que puede ocasionar ansiedad, depresión o inseguridad, y la terapia los ayudará a recuperar el control sobre su mente. Otro mito es pensar que ir a terapia es una demostración de debilidad. Por muy fuerte que uno se considere, puede llegar el momento en que será muy difícil lograr total objetividad en el análisis de sus problemas emocionales, y aquí es donde la perspectiva profesional será invalorable.

También muchos piensan que el terapeuta va a encontrar solo culpas en el paciente (o en sus padres), lo cual no es correcto: en la terapia por lo general se intenta establecer un flujo entre causas, interpretaciones emocionales y manifestaciones conductuales perjudiciales. Al progresar la terapia, el paciente empezará a cambiar la manera de percibir su realidad y comenzará a aplicar ajustes en sus comportamientos, que serán más adaptativos.

No es raro encontrar personas que creen que la psicología emplea métodos misteriosos, o que el terapeuta puede “leer la mente”. Nada podría estar más alejado de la verdad. El objetivo fundamental de la terapia es justamente ayudar al paciente a aclarar su panorama mental, asignándole a cada cosa su nombre y su peso emocional: el resultado final es la recuperación del equilibrio y el funcionamiento normal.

Para finalizar, hay en muchos la creencia de que, una vez iniciada, la terapia no terminará nunca. Por el contrario, desde el comienzo del tratamiento se establecen los objetivos por conseguir y los caminos por recorrer para alcanzarlos; una vez logradas estas metas tanto el profesional como el paciente terminarán con beneplácito su relación.

salmonlenin@yahoo.com

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