Lo que debemos dar en Navidad

Por Ángela Marulanda
07 de Diciembre de 2014

¿Será que la Navidad sí es hoy una festividad llena de paz y felicidad? A decir verdad, no siempre es así para mucha gente.

Lamentablemente, la temporada navideña es sinónimo de agotadoras carreras por todas partes haciendo compras, de calles con un tráfico más impenetrable que nunca, de centros comerciales atestados de multitudes en donde hay que abrirse paso a empujones, de tiendas atiborradas de gente en las que se corre el peligro de perder la cartera (o la cabeza), de forcejeos para llevar el único juguete que queda para nuestra ahijada, de largas filas esperando a pagarle a una cajera cansada y malgeniada, de niños en vacaciones que mantienen la casa desbaratada, de reuniones navideñas en las que se ganan todos los kilos perdidos con esfuerzo durante el año entero, de noches en vela por la bulla de las parrandas de los vecinos.

Y como si fuera poco, también de miles de gastos, porque hay que darle un regalito al gerente del banco, al jefe inmediato, los compañeros de trabajo, las profesoras de los niños, la secretaria del marido, los hijos del portero del edificio, las amigas detallistas, los ahijados y la familia política (incluidas la suegra o la cuñada que no nos gustan). Como quien dice, no solo corremos el riesgo de quedar absolutamente agotados, sino además también desfalcados.

A decir verdad, la Navidad es un momento ideal para dejar un buen recuerdo en el corazón de quienes amamos y para ello basta con recuperar las tradiciones y significados propios de esta época. Para hacerla inolvidable no hace falta dinero ni tantos regalos, sino un profundo deseo de renovar nuestro amor al prójimo, de dar no solo regalos, sino todo lo bueno que hay en nosotros y de agradecer lo mucho que tenemos. Y una Navidad en estos términos no deja los ahorros agotados ni el corazón desfalcado.

Hagamos los cambios que sean necesarios para que reine el espíritu navideño en nuestra familia y que la Navidad sea una celebración inolvidable porque compartimos lo mejor de nosotros con quienes más amamos. Para que sea feliz basta con dar todo lo bueno y lo bello que hay en nosotros de manera que no nos deje los ahorros agotados, sino el corazón lleno de amor y gratitud.

www.angelamarulanda.com

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