Líder prometeico

Por Carlos Muñoz Gallardo
14 de Enero de 2018

En la mitología griega, Prometeo es el amigo de los mortales que roba fuego de los dioses para dárselo a los hombres por lo que fue castigado por Zeus al haber usurpado el papel de la divinidad. Haciendo analogía con el estilo de liderazgo, el líder prometeico es aquel que se engrandece a sí mismo y se atribuye un rol excesivamente protagónico en la organización. La visión sobrevalorada de sí mismo lo lleva a creer que es el único capaz de resolver y entender los problemas de la organización, imponiendo sus criterios sobre el resto.

El líder prometeico centraliza todas las funciones para que nada se haga sin su consentimiento. La persona ejerce así un control absoluto para poder garantizar que todas las decisiones importantes se canalicen a través suyo. Como consecuencia de dicho estilo de trabajo, la organización se torna ineficiente. Adicionalmente, el personal de la organización carece de recta autonomía y la posibilidad de desarrollo profesional, mermando una adecuada sucesión en los puestos de autoridad. El líder prometeico no suele ser consciente de sus propios límites y se siente en la responsabilidad de asumir tareas que no le corresponden. Dicho estilo de liderazgo tiene dificultades en delegar responsabilidades en los demás. No tiene un balance adecuado entre el desgaste que le demandan sus responsabilidades y el tiempo necesario de reposición y cuidado personal. Por ello, dichos perfiles suelen caer en el mediano plazo en situaciones de burnout y desgaste personal. Es necesario ayudar a la persona a crecer en una visión realista de sí mismo y que sea capaz de identificar los propios límites, así como reconocerse necesitado de los demás. En un mundo globalizado y cambiante es iluso y temerario hacer depender la sostenibilidad de la organización en una o pocas personas. Una de las tareas principales del líder es el desarrollo de sus colaboradores y poder transmitir todos sus conocimientos a la mayor cantidad de personas. Se requieren líderes que puedan generar una dinámica colaborativa, valorando la complementariedad del equipo de trabajo, con una mirada integradora de las riquezas particulares de cada miembro de la organización. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec

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