Las raíces de la homosexualidad

Por Lenín E. Salmon
21 de Abril de 2013

Pocos temas existen en el campo psicológico que sean tan controvertidos como el de la sexualidad y sus diferentes manifestaciones. En teoría no debería ser complicado: Normalmente al nacer a todo ser humano se le asigna un sexo de acuerdo con su genitalia visible, y las expectativas son que si es hombre será fuerte, determinado y le gustarán las actividades físicas; de una mujer se esperará más sensibilidad, delicadeza y emocionabilidad. En ambos casos se sobreentiende que existirá alguna variabilidad (por ejemplo, hombres más sensibles o mujeres más fuertes). Así es la realidad para algo más del 90% de la gente, y su desarrollo sexual cumplirá con las expectativas antedichas.

El resto tiene que recorrer un camino más difícil, a veces fatalmente más difícil. Es la historia de las personas cuyo género (el concepto que tienen de su propia sexualidad) no coincide con el sexo asignado al nacer. Esta es la homosexualidad, para efectos de este artículo. Existen varias teorías sobre su origen, pero ninguna es completa. Unas enfatizan lo genético, otras la influencia de los padres, algunas lo social, otras el aprendizaje. Lo más probable es que sea una combinación de factores que, en determinada proporción, causan dicho efecto en una persona pero no en otra, que requeriría de otra combinación, u otra proporción. Se presume que la identificación con el padre del mismo sexo afianza mucho las expectativas del niño sobre su propia sexualidad, pero no es una explicación completa.

Saliendo de lo especulativo, la realidad es que una persona potencialmente homosexual, en la inmensa mayoría de los casos, gradualmente irá dándose cuenta, desde antes de la pubertad, de que es y se siente diferente al resto de su grupo en la interpretación de su sexualidad. No es una decisión que él toma. Y no es un sentimiento bienvenido, más bien es combatido en silencio por sobre las burlas y ofensas de familia y amigos, lo que lo empujará más hacia el aislamiento y la confusión. Usualmente recibirá apoyo de personas que piensan como él y comenzará a sentir algo de seguridad. Es entonces cuando reunirá el valor para decírselo a sus padres, quienes nunca imaginaron que esto fuera posible.

lsalmon@gye.satnet.net

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