La palabra enseña, el ejemplo arrastra

Por Ángela Marulanda
18 de Octubre de 2015

Hoy parece que la formación del carácter en los niños, esa capacidad que regula su conducta moral y los anima a obrar bien, ha dejado de ser lo único primordial en la formación de los hijos. Ahora tiene mucha importancia el cultivo de su inteligencia, de sus habilidades y sus atributos, porque son estos los que les permitirán destacarse profesionalmente y ganar buen dinero.

Quizás por eso, a menudo, se dedican más esfuerzos y recursos a cultivar la inteligencia, las habilidades y la apariencia física de los hijos que a desarrollar sus virtudes morales y sus dones espirituales.

Sin embargo, a veces ignoramos que, en materia de valores y principios éticos, los colegios solo pueden reforzar lo que les enseñemos en casa a través de nuestro ejemplo. Aun cuando en el colegio se les insista a los alumnos que actúen correctamente, ellos no lo aprenden solo a base de sermones, amenazas o reproches, sino por el ejemplo de lo que ven hacer a los adultos que ellos más aman y, por eso, quieren imitar.

Los hijos solo integran los valores y principios éticos cuando los asimilan y adoptan gracias a lo que ven, dicen y hacen las personas adultas que más admiran, como son su papá y su mamá. Aun cuando insistamos en que deben ser generosos, amables, respetuosos, honestos… poco lograremos si los niños ven que, a menudo, nosotros no practicamos lo que les decimos con palabras, pero no con actos.

Además, cuando permitimos que ellos se entretengan con toda suerte de películas, series, shows y canciones en las que los protagonistas sobresalen por la agresividad, la deshonestidad o la vulgaridad con que actúan, estamos diciéndoles que está bien proceder mal.

Lo fundamental para que los niños obren correctamente y hagan el bien es que actúen motivados por sus virtudes y guiados por los principios que aprenden, ante todo, de nosotros… porque la palabra enseña, pero el ejemplo arrastra.

Los hijos tendrán más posibilidades de ser personas correctas y bondadosas si han visto que para sus padres es más importante dar que recibir, contribuir que ganar, servir que sobresalir y cosechar satisfacciones que acumular millones. (O)

www.angelamarulanda.com

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