Estilo dependiente

Por Carlos Muñoz Gallardo
20 de Noviembre de 2016

Los trabajadores con estilos dependientes tienen gran necesidad de aprobación de los demás. Suelen aceptar las órdenes de sus jefes para complacerlos, pero sin estar convencidos de lo que se les pide. En ocasiones llegan a la sumisión y evitan omitir opiniones distintas a las de su entorno para evitar la confrontación. Un buen jefe promueve una recta autonomía de sus trabajadores en la que promueve que expresen sus puntos de vista con libertad y responsabilidad.

Los trabajadores con un estilo dependiente aparentemente cumplen con todas las normas externas, pero no las asimilan internamente. Un trabajador complaciente responderá a estímulos externos para evitar el conflicto, pero una vez que desaparecen dichos condicionantes del entorno no avanzará, pues no ha visto en ello algo significativo para sí.

Una manera de ayudar al proceso de maduración es permitir que el trabajador sea capaz de internalizar los valores y principios que guíen sus acciones, de tal forma que pueda decidir habiendo descubierto lo significativo que es la realidad por la que ha optado.

Las personas dependientes buscan que los demás sean los que tomen las decisiones, incluso relacionadas con temas que afectan su vida personal, delegando en otros aspectos que ellos deberían resolver por sí mismos.

Los trabajadores con estilo dependiente deben ir adquiriendo la habilidad de la asertividad, en el que puedan ir expresando con cada vez mayor libertad sus ideas e incluso en ocasiones exigir sus derechos cuando estos no son considerados por su entorno. Es importante educarlos en un sano pensamiento crítico en el que pueda analizar la realidad desde otros puntos de vista. De esta forma el trabajador irá desarrollándose no desde un molde externo, sino desde las riquezas propias de su identidad y lo que está llamado a aportar en la empresa desde sus características personales. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec

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