El valor de la compasión

Por Carlos Muñoz Gallardo
29 de Julio de 2018

Cuando se piensan en atributos de los líderes se suelen asociar características tales cómo: fortaleza, tenacidad, excelencia o competitividad. Sin embargo, existen otros rasgos del líder que resultan significativos según lo muestran los resultados del estudio realizado durante la última década por la consultora americana Gallup a miles de trabajadores. Las personas entrevistadas mencionaron 4 atributos o características principales que valoraban y que les había impactado positivamente: La estabilidad del líder, confianza que inspire, esperanza acerca del futuro, y la compasión. Refiriéndose al último atributo, el estudio la describe como la comprensión de las necesidades globales de la persona en aspectos tales como: salud, relaciones interpersonales, su satisfacción y proyección.

La referencia a la compasión como un atributo deseado para el líder parece ser un reclamo a la necesidad del trabajador a ser entendido, aceptado y motivado en medio de sus propias fragilidades o errores.

J. Strauss, experto investigador de enfermedades mentales, analizando las terapias que más funcionaron, evidencia que lo más importante en su sanación resultó ser la mirada afectuosa hacia quien sufre. En su artículo denominado Salud mental, compasión y la vida humana felizmente vivida, el autor Rufino J. Meana describe la necesidad que tiene la persona de “aprender a vivir y convivir con la fragilidad humana, tanto la propia como la ajena, para que el ser humano viva feliz”.

¿No será este también un desafío en el mundo empresarial? ¿Reconocer nuestras limitaciones y aceptarlas no generaría un ambiente de cooperación? ¿No permitiría que los trabajadores expresen sus limitaciones sin temor para ser ayudados?

Compasión en el mundo laboral no es sinónimo de solapar la mediocridad ni minusvalorar los errores, sino de entender a la persona como alguien que está en camino de mejora, sin sorprenderse de los yerros. Compasión implica poder entender la situación actual de la persona sin caer en idealizaciones o esquemas rígidos que lejos de motivar, pueden generar la experiencia de temor o frustración permanente. La persona a través de la compasión al ser comprendida y aceptada es capaz de recibir el impulso para avanzar y desarrollar adecuadamente. (O)

carlosmunoz@humane.edu.ec, dhi.com.ec

  Deja tu comentario